La cosa empieza con la colocación del belén en la iglesia. Sigue con las cenas en cada parroquia, continúa con las confesiones a niños, adolescentes y mayores. Luego están los ensayos del belén viviente que, aunque no he podido ir a muchos, lo he intentado. Sin olvidar, el viernes pasado, los villancicos en los pisos tutelados y luego por la calle, por las casas de la gente mayor. Algunos directamente nos dicen que no quieren que les cantemos, y otros escuchan las coplas con una expresión entre resignada ("no queda más remedio que aguantar este chaparrón"), triste y perpleja. Por Los Barrios íbamos empapados porque nibleaba, y cuando ya parecía que habíamos terminado fuimos a Las Cruces, luego a casa de Justo a por una copita de María Brizar que nos entonó; menos mal, porque aún subí de nuevo a los Salgueros a acompañar a Lucía, María Rafael y a la Bicha, que se escondía en la puerta de su casa esperando a que me fuese.
Ayer sábado teníamos en el programa dos campañas del kilo dos, una en cada Valle. Por la mañana me tocó recorrerme parte del pueblo con Ana y Esperanza, que tocaban en las puertas y recogían las bolsas. Comida rápida y a las 4 menos cuarto ya estaba en el otro lado; el coche se transformó en un microbús lleno de zagales, y no se nos dio mal. Llegué justo a tiempo para ver el pasacalles de nuestra banda santanera. Y a misa. Y al centro sociocultural con los muchachos. Y a las 10 a casa agotao.
Hoy domingo he amanecido a las 7:30, porque a las 8 habíamos quedado para tomar un café antes de empezar a montar el estaribé del belén viviente en la plaza. Ha quedado muy gracioso el decorado, la puerta de la iglesia era el castillo de Herodes (nos ha hecho gracia la casualidad... ¿o no tanta?). He hecho lo que he podido hasta las 10:30, hora de ducharme y marcharme a celebrar dos misas. Y luego a echar un cable con los niños y el ensayo general.
El castillo de Herodes. ¿Os acordáis de la explosión de la caja de registro? Todavía está la pared churruscaíta... |
¿Que por qué me meto en tantos berenjenales?
Porque me llaman y cuentan conmigo, y de eso me siento orgulloso. Porque creo que el cura tiene que estar apoyando las iniciativas que contribuyen a que el pueblo tenga más vida, y con más razón si tienen que ver con algo religioso como la Navidad. Porque solo echando una mano en lo que dinamiza y construye el pueblo nos ganamos el derecho a proponer, a participar y a pedir ayuda cuando la parroquia lo necesita. Porque creo que es esencial que el cura se mezcle con la gente como uno más, sin estar tan "en su papel", y se deje la piel el primero para que todo sea más humano. Porque es fenomemal que te acepten y tu presencia no repela, sino que anime y aporte. No vaya a ser que quedemos nada más que para el castillo de Herodes del belén... o para el tío cagando.
Me encanta ver como disfrutas y eres feliz con los demás. Un día voy a verte y un besazo gordoooooooooooooooo muaaaaaaaaaaaaaaaaa Feliz Navidad amigoooooooooo!
ResponderEliminar¡Buena reflexión! Me alegro de que estas Navidades sean tan entretenidas para ti y para el pueblo ;)
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