Aspecto del "real" de la feria |
¿Y qué contar de la barra joven? Un montón de gente a mediodía bajo una carpa en el Abanico, cerveza y vinitos tiraos de precio, más de 30 grados, música, buen rollo y apariciones de tortillas de patatas, chorizo, queso, picadillo, salchichón... ¡Cómo mueve el personal el esqueleto! ¡Qué risas, lo hemos pasado estupendamente!
Pepa, José Manuel, Mari, Enrique y Mª José en la barra joven |
También he tenido visitas: Nemesio que desapareció y apareció de nuevo a las 2 de la mañana, mis amigos Morke, Luci, Mamen y Lourdes de Almendralejo y Zafra, y las chicas de Valencia: Mamen, Valle y Rosalía la inofensiva. A todos los he ido invitando a mi botellón, porque este año me apunté a un grupo de 40 personas que se organizan para la compra de alpiste: "bebidas espirituosas" que se comparte debidamente en una cochera cercana a la feria. Allí te sientas mientras te echas un Barceló y vas charlando y riendo.
Porque la feria es casi simplemente una excusa para estar con los amigos. El negro contando cosas de la Morronga y Enrique de Chocholoco no tienen desperdicio, te partes el pecho y merecen entradas aparte...Jajajajaja!!! Es estupendo tener con quién salir, que te llamen y te echen de menos para pasar estos ratos de juerga; es muy bonito que te admitan en su botellón, me siento uno más y me parece un milagro. Me han dejao hasta pagar los churros, cosa increíble...
En resumidas cuentas, ya quedó dicho: lo más importante que nos puede dar la vida es... amigos. Buenos amigos. Estar en su compañía me hace sentir vivo, querido... y privilegiado. Estoy reventado pero feliz.
Ceferino y Grabiel de lo más "ambientados" |
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