martes, 31 de julio de 2012

RECORD DE PERMANENCIA

La casa del cura en la calle el Cuerno
31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola: ¡llevo ya tres años aquí en mis Valles! ¡¡¡Récord !!!

Tres años con Josefita, Mari, Rubio, Enrique, Ceci, Pepa, Mª José Cuenda, Grabriel, Toni, Tommy Hilfiger, Rosario, Manuela, Mª José Fonseca, Ascensión, Ani, Dolores, Mª José, Conchi, Gabriel, Lolo, Isabel, Avelina, Reme, Reme, Loli, Margarita, Josefa, Mari Carmen, Inés, Mari Conchi, Lola, Cefe, Poli, Carmen culona, Estrella, Josefina, Elena, Noni, Esperanza, Catalina, Antonia, loli, Celes, Carmen, Ana Méndez, Ana Mari, Mª José Pastelero, Vicenta, Pepe, Manuela Amadeo, Mac Gyver, Merce, Ana Corbacho, Ana la-de-la-plaza, Lourdes, Petra, Mati, Jesús, Mª José, Mari Cruz, Anastasia, Aniceto, Loli, Inma, Mari Carmen, Mª Ángeles, Mari, Mamen, Loli, Maribel, Bárbara, Blasi, Jesús, Loli, Paca, Juliana, Isabel, Lupe, Mª Eugenia... etc. etc. etc...

Nunca he durando tanto en una parroquia, en unos pueblos; lazos auténticos y duraderos, cariño que me da seguridad, raíces con nombres, historias, circunstancias y futuro. El otro día mi compañero Jaime me decía en Isla Cristina que me ve más... asentado, con más seguridad, más madurez... ¿Cómo no, contando con personas excepcionales a mi lado?

Permanecer significa tiempo para construir algo "sólido", que deje la comunidad encarrilada, capaz de vivir y crecer de manera autónoma; posibilidad de poso duradero en la parroquia... y en mi corazón. Porque cuanto más vida comparto con esta gente más aprendo de ellos, soy más persona humilde "al estilo de ellos", creyente más simple y llano, sin aparato ni artificio ni ínfulas ni "importancias".

GRACIAS. Sé que soy mejor persona que cuando llegué; os lo debo a cada uno de vosotros y al Señor, que ha tenido la gran idea de cruzar nuestros caminos.

domingo, 29 de julio de 2012

UNA FERIA INOLVIDABLE


Aspecto del "real" de la feria
¡Qué bien lo he pasado en estos días de feria en mi pueblo! ¡Cómo he disfrutado! El día de Santiago con las piezas de teatro de las mujeres (esa Manuela haciendo de culebra embaucadora de Eva en el jardín del Edén), con el DJ cubano, el ambientillo en el real de la feria... El día de Santa Ana la misa, la procesión, todo tan sencillo, tan distendido, con mis compañeros entre pinchitos y montaos de lomo, ese Campanón diciedo ¡jiu!

¿Y qué contar de la barra joven? Un montón de gente a mediodía bajo una carpa en el Abanico, cerveza y vinitos tiraos de precio, más de 30 grados, música, buen rollo y apariciones de tortillas de patatas, chorizo, queso, picadillo, salchichón... ¡Cómo mueve el personal el esqueleto! ¡Qué risas, lo hemos pasado estupendamente!


Pepa, José Manuel, Mari, Enrique y Mª José en la barra joven

También he tenido visitas: Nemesio que desapareció y apareció de nuevo a las 2 de la mañana, mis amigos Morke, Luci, Mamen y Lourdes de Almendralejo y Zafra, y las chicas de Valencia: Mamen, Valle y Rosalía la inofensiva. A todos los he ido invitando a mi botellón, porque este año me apunté a un grupo de 40 personas que se organizan para la compra de alpiste: "bebidas espirituosas" que se comparte debidamente en una cochera cercana a la feria. Allí te sientas mientras te echas un Barceló y vas charlando y riendo.

Porque la feria es casi simplemente una excusa para estar con los amigos. El negro contando cosas de la Morronga y Enrique de Chocholoco no tienen desperdicio, te partes el pecho y merecen entradas aparte...Jajajajaja!!! Es estupendo tener con quién salir, que te llamen y te echen de menos para pasar estos ratos de juerga; es muy bonito que te admitan en su botellón, me siento uno más y me parece un milagro. Me han dejao hasta pagar los churros, cosa increíble...

En resumidas cuentas, ya quedó dicho: lo más importante que nos puede dar la vida es... amigos. Buenos amigos. Estar en su compañía me hace sentir vivo, querido... y privilegiado. Estoy reventado pero feliz.



Ceferino y Grabiel de lo más "ambientados"
 


jueves, 26 de julio de 2012

FLORES EN EL ARCÉN. Imágenes para creer

Me han pedido que lea unas palabras de presentación a la magnífica exposición fotográfica "Flores en el arcén", creada por Diego Caballo Ardila y que se inauguró esta mañana con motivo de las fiestas patronales de mi pueblo (se puede ver algo en http://www.youtube.com/watch?v=SBwrfUugGvI ). Esto es lo que me ha salido.

Presentar estas imágenes merecería un generoso instante de silencio del bueno, de ese que nos hace de surco para las emociones. Porque las fotos de Diego, más que golpear, sugieren, susurran, provocan con una intensidad serena pero rotunda.

Sabe el autor que la realidad la construimos cuando observamos, esa paradoja que da a nuestro mirar una soberanía peligrosa y estimulante: “la lámpara del cuerpo es el ojo”, dice el Evangelio (Mt 6, 22). Él quiere captar la magnitud de la herida, y lo hace con delicadeza y reverencia, casi de puntillas.

Todos conocemos personas que han perdido la vida en la carretera, todos hemos sentido esa mezcla de rabia y de indefensión ante un accidente mortal. Estas imágenes no golpean; nos conectan con el abismo de tristeza de lo remediable, nos asoman a la tenue frontera que distingue la debilidad y la genialidad de lo humano: inventamos máquinas para viajar incluso a la Luna, que son al mismo tiempo fosas donde enterramos parte de nuestra felicidad.

Son imágenes que, al desvelar algo de nuestra contradicción, invitan a contemplarlas de pie. Narran la complicidad con la pérdida, son brochazos de una solidaridad que mantiene enteros los corazones; por eso me parecen instantáneas de fe, de eso que nos hace invencibles como personas y nos nutre de esperanza para clavar una cruz, escribir un nombre o poner una flor en una cuneta. Aunque sea de plástico.

Enhorabuena, maestro, por tu sabiduría contemplativa y por la destreza con que cargas estas imágenes para que cobren vida dentro cada persona; seguramente el secreto está en dotarlas de tu propia vibración, en mostrar algo de tu propia cicatriz.

“Vivir no es solo estar vivo”- son tus palabras; pero hay una vida tan profunda que ninguna muerte puede aniquilar. Hay una cruz con un coche de juguete, casi sonriente. Y tú te atreves a insinuarla. Gracias por compartir esto tuyo y por estar hoy entre nosotros.




lunes, 23 de julio de 2012

PANCARTAS

Mi amiga Mercedes Cuerva me envía un correo muy divertido con imágenes de unas cuantas pancartas de lo más ocurrentes y graciosas. Refrescante para el verano, espero que os guste.









Jejejejee! Y la mejor de todas:



sábado, 7 de julio de 2012

A ESTE TÍO HABRÍA QUE CLONARLO

Conocer a José Juan Azparren es toda una experiencia. Aparentemente tiene pinta de abuelo en edad de tomar sopitas, pero se trata un hombre excepcional.

Navarro de Artazu, eligió ser cura, pero podría haber sido lo que hubiera querido; de hecho estudió ingeniería mecánica como si tal cosa. Y su profesión frustrada es la de médico, aunque dudo mucho de que en la facultad le hubieran enseñado algo que ya no supiera: sus amigos lo llaman para que les diagnostique y en África fue capaz de operarse a sí mismo la rodilla con ayuda de un espejo, de colocarse él solito una costilla que se le había salido por un golpe. Flipante pero verídico.

Porque José Juan, o "Fanta", que así le llaman también, estuvo 19 años en Ruanda. Allí aprendió tranquilamente a hablar kinyaruanda y se dedicó mucho a construir y equipar un hospital; y fue capaz de fabricar con sus propias manos de todo, como un aparato de rayos X que aún funciona. En aquellas tierras conoció los horrores del holocausto hutu y la represión tutsi, siempre junto a sus compañeros misioneros.

Regresó y ahora está en Pamplona, en Chantrea (perdón, Txantrea...), un barrio-nido de abertzales con una parroquia que nadie quería. Con sus propias manos reconstruyó el piso donde vive y acoge a todo el mundo, como a mí esta semana. Trabaja como un todoterreno, con una inteligencia sobrenatural y una capacidad asombrosa de comprender, proyectar, saber... y también para querer y servir. Un crack. Fue él quien me llevó a Roncesvalles para que comenzase el Camino aquel día de mayo en que nevaba; era 2004.

De los machetes de Ruanda pasó al "conflicto de baja intensidad" de la kale borroka. Cuenta que al llegar él a la parroquia había que rezar el padrenuestro en euskera y en español; así que él quitó lo del euskera. Vinieron a recriminárselo y él les dijo: "¿Pero vosotros sabéis euskera? Vale, vamos a rezarlo juntos" - y lo rezó en kinyaruanda sin que se dieran ni cuenta, jejeje. Y los mandó a tomar por c., claro.

Desde entonces le tienen en la lista negra, pero él no tiene miedo, y oyes, es como para tenerlo: uno de los días que he estado allí han capturado a unos etarras en Francia; me levanto por la mañana y me dice: "Mira la pared aquella de la iglesia"; miro y han hecho una pintada: "Policía asesina". Joé. Al rato, después de desayunar, me dice que mire otra vez y ya no había nada, la policía está al quite inmediatamente, como en una tétrica rutina. Y el jueves, los vascos pidiendo en el parque el acercamiento de los presos: con banderas, en silencio y con cara de póker...

Ni que decir tiene que lo he pasado estupendamente con Merche y José Juan, que es una de las personas más impresionantes que he conocido en mi vida. De él dijo una chica: "a este tío habría que clonarlo". A Navarra no se puede, ni a Francisco Javier tampoco...


El castillo de Javier
El monasterio de Leyre

El Cristo sonriente ante el cual Francisco Javier tantas veces oró