Efectivamente, fue el 6 de mayo de 2000 cuando Don Carlos Amigo, entonces arzobispo de Sevilla ordenó sacerdotes a un grupo de cinco salesianos, entre los que se encontraba un servidor. De la homilía recuerdo: "Y como premio... serviréis a vuestros hermanos". ¡Han pasado diez años!
Han ocurrido tantas cosas en este tiempo, ha sido tan lleno, tan denso, tan decisivo, que no, no "parece que fue ayer" aunque el discurrir de las fechas le de a uno un poco de vértigo.
Ha habido muchos cambios en mi vida; me quise ir a África, me fui y me volví. Saltaron por los aires mis certezas y mi proyecto de vida se puso patas arriba; me lié y necesité tiempo y ayuda para deshacer el entuerto; estuve prácticamente un par de años "entre paréntesis" como sacerdote, viviendo experiencias, conociendo gente, trabajando, creciendo y discirniendo. Pasé por muchos sitios: Badajoz, Senegal, Carmona, Sevilla, Puebla de la Calzada, Calamonte... En Valencia del Ventoso y Valverde de Burguillos descubrí lo que significa ser cura de pueblo, y eso me atrapó; luego vino el traslado a Zafra, Atalaya y La Lapa (cuánto sufrí con el cambio, cuánto disfruté luego...), y después el intento de Níger, el curso "escondido" en Monesterio y ahora la vida en Los Valles. Me he encontrado con personas excepcionales, amigos y hermanos que me quisieron y me han ayudado a caminar.
Pero siempre regresé a mi casa. Siempre encontré el amor, la acogida y la comprensión de mi padre, de mi madre y de mis hermanas. Nunca estuve solo, nadie me juzgó, en todo momento me alentaron, me aconsejaron y me respetaron. ¡Gracias!
Hasta hoy. Puedo decir que, sorprendentemente, mis opciones fundamentales permanecen desde los 18 años, la motivación que me impulsó a ser salesiano y cura. Pero es verdad que han cambiado el carácter de mis decisiones, la madurez de mis valores; ya no necesito cambiar el mundo para ser feliz... hoy soy feliz y por eso disfruto intentando que lo de mi alrededor sea más humano. Y no lo que yo he decidido, sino lo que Dios me ha dado, los pueblos donde Él me ha puesto, sitios pequeños y humildes, donde uno no es relevante ni "importante", donde hay que entregarse con sencillez y generosidad. En eso estamos.
Si tuviera que ordenarme de cura hoy, sabiendo todo esto... lo haría con más razón, con más sentido y con más realismo; más convencido y más feliz. Claro que hoy... caminando por la calle de mi pueblo me han regalado acelgas, espinacas, huevos, una tortilla, una bolsa de roscas... ¿cómo no voy a querer ser cura hoy con más motivo?
Muchas felicidades, César. No me puedo creer que haya pasado tanto tiempo ya... y aún así, son tantas cosas las vividas, que me parece que sean muchos más. Seguimos caminando juntos.
ResponderEliminarTanti auguri a te. Desde la cercanía del alma y del corazón que siempre busca ser de Dios, tienes todo mi cariño y el afecto de quien te quiere como hermano y amigo. Nos vemos pronto.
ResponderEliminarMuchas felicidades!!Por tus diez años de busqueda, que guay encontrarse a curas que siguen oteando horizontes y descubriendo amaneceres...a ver si nos enseñas a los demás!!!(pero, por favor, sin tener que levantarnos a las 6 y media de la mañana jajaja)
ResponderEliminarun abrazo. Nacho
HOLA CESAR,!FELICIDADES!POR TUS DIEZ AÑOS DE SACERDOTE.ME HAS ECHO LLORAR,CON TUS PALABRAS TAN BIEN ESCRITAS.ESPERO QUE AHI TENGAS SUERTE Y TUS PROYECTOS E ILUSIONES SE HAGAN REALIDAD.DE CORAZON TE LO DESEA UNA AMIGA QUE TE APRECIA UN MONTON.DE VALENCIA
ResponderEliminarHola Cesar,me alegro,que estes contento.Que lleves a cabo todos tus proyectos,si es verdad que el camino no es facil,que hay mas cuestas,que sendero facil,pero en la vida todo es asi.
ResponderEliminarTu tienes mucho que dar,y ojala y aprovechen tu presencia en esos pueblos que tienes ahora.
Con nosotros estuvistes poco tiempo(Valencia del Ventoso),pero basto para que aprendieramos mucho de ti,y cada dia,cuando te cansa de seguir para adelante,me acuerdo de ti y de todo lo que nos dijiste.
Espero que sigas asi y mucho animo.
un besazo.una amiga