miércoles, 30 de mayo de 2012

CUMPLEAÑOS CHIRIPITIFLÁUTICO



James Worthy en plan chulo
El día comienza muy temprano, con el clarear insinuándose por la ventana de mi habitación mientras remoloneo leyendo unas páginas de Paul Auster. Me siento muy especial sentado ahora en mi patio, junto a mi verde árbol, los pájaros cantando y las campanas del campanario de mi pueblo escuchando.

Agradecido considero estos 42 años, acojo y celebro en gozoso silencio esta vida, niñez, juventud, decisiones, personas, vida "adulta", fe... Pienso en mi madre y en el milagro del nacimiento, de lo que significa comenzar a recibir amor y desvelos (literalmente, imagino a mi padre cantando "Capitán de madera" o montándome en el coche a las tres de la madrugada intentando desesperadamente que me duerma), pienso en mis hermanas, sonrío y me emociono con mis sobrinos, y ahora mi patio se llena de sus risas, sus juegos y su ternura. El móvil susurra ya mensajes de mis amigos, incluso una llamada. Quienes quiero y me quieren. Estáis todos aquí; advierto con feliz sorpresa que mi vida sois vosotros.

El paseo por el campo, esa pequeña maravilla cotidiana, me lleva hasta el Arroyal. Siento el frescor de la mañana rodeando mi cuerpo y el delicioso contraste del sol que me acaricia, inundados mis ojos por el verde del campo, salpicado a lo lejos por las siluetas de unas vacas que pastan, blancas y retintas. La vida es preciosa.

Son ahora las 11 de la mañana. Termino de limpiar y preparar mi casa para recibir a gente hoy. Escucho la banda sonora de Tarzán ("un hombre has logrado ser", jejeje) y recibo algunas llamadas. Dentro de un ratillo saldré a llevar la comunión a varias casas.

Estaba exquisito el gazpacho de mi vecina Josefita. Hemos comido los dos en casa, y después de fregar los platos me quedo solo frente a la tele, y eso me transporta a la adolescencia, aquellas noches de viernes viendo los partidos de la NBA. Soy de los Lakers, aquel equipo legendario de Magic y Abdul-Jabaar, pero de todos el que me gustaba a mi era James Worthy, el alero atlético y veloz que terminaba los contraataques con un mate a una mano marca de la casa. Worthy ("valioso") era un jugador clave en aquel equipo, all-star aunque no una superestrella; quizá por eso me gustaba, porque me identificaba con él, siempre me he sentido un chaval con cualidades pero desde la trastienda, valioso pero demasiado tímido para ser el protagonista.

Llega la media tarde y aparecen Carmen, Cristina y Ana María con este regalo que me deja atónito:

¡Vaya peazo de tarta! Nunca había visto algo semejante; lo más parecido, un año en el Teologado que Natalia y Emi me regalaron una tarta con forma de mapa de África. Qué momentazo.

Me voy a la parroquia; tenemos oración eucarística. Pasamos casi media hora ante el Santísimo en silencio, con la suave música de Enya meciendo la intimidad con el Señor. Voy repasando mi vida, lentamente, saboreando las experiencias que me han ido modelando como persona, como creyente y como cura. Y todo se me revela ahora como una gracia, como una asombrosa cadena de regalos que la bondad de Dios me ha ido enviando. Casi no me lo creo.

La tarde cae y los amigos llegan a casa. Comemos, reimos, bebemos. Recuerdo el final de la película "Tomates verdes fritos", cuando la anciana dice: "Tú me has hecho pensar en qué es lo más importante que nos puede dar la vida. ¿Sabes lo que creo que es? Amigos. Buenos amigos...". Así termina este día, que sabe a chocolate y a cariño, este cumpleaños que recordaré siempre.

lunes, 28 de mayo de 2012

UN DÍA DE FIESTA TOTAL

Esta foto es del año pasado; en cuanto me pasen una de este año, la cambio
La Primera Comunión es un día de auténtica "tarifa plana" de fiesta en el pueblo; y más este año, en que el grupo era de ¡17 niños!, uno de los más numerosos de úitimamente, y por lo tanto raro era el que no estaba invitado a una, dos o más comuniones. Mi amigo Grabiel y su familia tenían que ir a ¡siete! igual que yo, pero no nos vimos más que al final de todo, cuando ya te dejas caer desmadejado y reventado.

Esta vez el ruido en la iglesia, que va en el lote de la jornada, fue más o menos moderado, dentro de lo tolerable. Todos estábamos contentos y relajados, empezando por mí, así que no fue preciso reñir, apenas me detuve un par de veces para que se hiciera silencio. Es curioso cómo le transmite uno a la gente el estado de ánimo, la tensión o la desgana. Y lo fácil que resulta que el personal esté contento simplemente "toreando" con finura y buen semblante, no haciendo problema donde no lo hay y agradeciendo y valorando lo que el público hace bien, puesto que en la vida lo es todo la motivación.

Tras recoger el "paisaje después de la batalla" me dirigí hacia la primera estación, la celebración en la que comí los entremeses, los platos principales, un sorbete de mandarina que estaba riquísimo y bacalao, que con la edad cada vez me gusta más (quizá sea algo genético). Todo en medio de bromas con Vicente sobre el queso, o comentando las anécdotas de la ceremonia en un ambiente familiar y muy distendido, difrutando de la compañía agradable de gente que aprecias y sabes que es recíproco.

El postre tocaba en casa de Piñuela, ¡vaya sofocón de Pablo en la Comunión, cómo dió en llorar cuando salió su señorita a dirigirles a los niños unas palabras al final! Luego subida al Mirador, a la fiesta de Margarita y Chon, a la de Manolo el cabreao, hora de dulces y cubatillas, fiesta sencilla en vasos de plástico, saludos y presentaciones, opiniones y felicitaciones ("muy bonita la misa"...), con todos tienes que estar, con todos por igual, porque a todos les resulta simpático que seas accesible y "normal".

De hecho, en alguna de las comuniones siguientes (no me acuerdo ya, ¿la de Nico, la de Mª José Pastelero...?) salió el mejor de los piropos: "eres muy buena gente pero no por ser cura; eres como uno más del pueblo". Y vosotros sois excepcionales, y casi me daba vergüenza ver cómo al llegar os volcábais para atenderme, para que estuviera bien. Y de verdad estaba muy a gusto y muy contento por tener esta suerte, por ganar este pueblo y estos amigos sin merecerlo en absoluto.

Y así terminamos, en casa de Toni. Allí nos reencontramos viejos conocidos del día en un sitio y en otro, constatando el deterioro de los cuerpos a medida que la comida y las copas hacen mella. El plato de oreja de mamá Mari Cruz, las pulguitas y la caldereta fueron ya el remate del tomate, para ir bien despachao, un poco "alegre" y muy orgulloso de compartir este día grande de fiesta con mi pueblo.

martes, 22 de mayo de 2012

EL MISIONERO ENTRE NOSOTROS

Antonio con la maqueta de la sala polivalente que vamos a ayudar a financiar; y con los dos indígenas que la llevaron
Ya he hablado otras veces de él (ver 14 de diciembre de 2010), del amigo del alma, del compañero de aventuras y fatigas africanas, del padre, consejero y confidente... de este hombre singular llamado Antonio Herrera que ha compartido con nosotros el fin de semana y el Día de la Parroquia.

Es una persona humilde y accesible, de conversación fácil (y larga), que rezuma por los cuatro costados convicción en lo que hace, pasión por su misión. Sentarte con él significa contagiarte, provocar tu sentido de la solidaridad, tocar la fibra misionera, desperezar el amor por África. Y eso en mí tiene su peligro, no creáis que no.

En nuestra parroquia llevamos conociéndole todo este curso; bueno, conociendo sus proyectos, lo que él imagina hacer para ayudar a los niños y los jóvenes de Ouagadougou, en Burkina Faso... porque compartir lo que él sueña es realmente conocerle a él, es entrar en su interior, contemplar la sencillez de su corazón salesiano, lleno de jóvenes desde hace muchos años, corazón sin trampa ni cartón.

Así que su cara nos sonaba, habíamos visto fotos, habíamos oído hablar de atención a los chavales parados, de apoyo a la escolarización de los niños, de construcción de una sala polivalente. Y todo eso nos lo ha vuelto a contar con la fuerza modesta de su persona, nos lo ha planteado a su estilo, entre despistado y genial, y siempre afectuoso y cercano.

Presidió la Eucaristía y luego se sentó a la mesa abierta que es nuestra parroquia y nuestro pueblo, dio mil besos, estrechó mil manos y dedicó mil sonrisas. La gente extraordinaria de mi comunidad parroquial se volcó, como todos estos meses, para que Antonio pueda servir a aquellos jóvenes de futuro negro como su piel. Y yo lo viví todo orgulloso y emocionado por igual: así de ancho por ser cura de este pueblo, y sobrepasado por el cariño que recibió mi hermano.

"La comunidad cristiana que vive la solidaridad crece en dinamismo y en vida" - dijo. Es cierto. Lo veo y lo aprendo entre mi gente. Fe auténtica es aquella que se expresa en el compartir. En Santa Ana la hay; qué suerte estar aquí por si se me pega algo.

domingo, 13 de mayo de 2012

LA SEGUNDA COMUNIÓN



Me encanta cuando, en la siguiente Eucaristía, aparecen los "neocomulgandos", los niños que en la misa anterior hicieron la Primera Comunión. Hoy me ha ocurrido con Claudia, única "superviviente" de los cuatro pequeños protagonistas del evento en el Valle.

Me ha encantado verla a la hora de siempre pero sin aparejos raros, con un vestido normal (el traje de mini-novia debidamente archivado) y leyendo como de costumbre la oración de los fieles con el micro inalámbrico. Hemos estado ensayando en la sacristía la manera de comulgar en la mano, que a ella le gusta más, aunque aceptó que la primera vez era mejor en la boca por lo de la foto y lo de los guantes de encaje.

La he notado como ella es, natural; si acaso con un punto más de grave (y divertida) compostura porque hombre, ya es mayor, ya se pone en la cola como los demás. Como cada domingo ha subido conmigo al altar, me ha ayudado a colocar las cosas, ha sujetado el cáliz, nos hemos cogido de las manos para rezar el Padenuestro y, como siempre, me ha dado un beso en mi barba antes de bajar a la hora del Cordero.

Pero era encantadoramente diferente. Con la misma ternura que el día de la Comunión pero en zapatillas, sin aparato, llevando como único adorno la sencillez de lo cotidiano. Significa quizá que a Clau le gusta ir a la Eucaristía, y eso me encanta; o bien que se cree en el deber de ir, porque, como ha hecho la comunión... y eso me parece delicioso. Y me hace pensar que no todo está perdido, que siempre se las arregla Dios para sembrar en medio de nuestros surcos torcidos.

Eso sí, al acabar ha venido, como siempre, a por "pan" o sea, a por los recortes que les doy los domingos. "Qué panzá" ha dicho al recibirlos. Se lo merecía. La segunda comunión es mejor que la primera.

miércoles, 9 de mayo de 2012

CREE Y VERÁS LA GLORIA... ¡¡ATLETI!!


Eso es lo que ponía en la camiseta de Falcao: "Believe and you will see the glory of God". ¡Los del Atleti somos cristianos! Me acuerdo de una pancarta en el Calderón: "Un mito. Una fe. Nunca abandonaremos". Es que sí, somos colchoneros hasta las trancas, no sabemos muy bien por qué pero lo somos y estamos orgullosos.

Ganamos la final de la Europa Legue pero sabemos que no somos superiores a los del Bilbao; los vascos juegan mejor pero son unos críos y unos pardillos, nosotros hemos sido más zorros, hemos pegado más patadas y hemos tenido más suerte. No hay que darle mucha importancia porque esto es un juego y ya nos tocará morder el polvo, que estamos acostumbrados a las desgracias (de hecho los seguidores indios estábamos temiendo que nos metieran 4 goles en el descuento, cosa que es perfectamente posible que nos pase a nosotros).

Es increíble que, de los que ganaron hace dos años este paragüero, solo quedan dos o tres. Vendimos a Forlán y el Kun porque estamos tiesos, veremos a ver lo que nos duran Falcao y Diego. Siempre, provisional, en el alambre, siempre como cogido con alfileres, aspirando a lo imposible y disfrutando un título como un maravilloso guiño del destino; un año campeones, al siguiente eliminados en la primera fase, y al siguiente campeones ganando ¡12 partidos consecutivos!... eso es el Atlético en estado puro,

Si hubiéramos perdido creo que también habría escrito esta entrada. Porque ser del Atleti es admitir que la vida es, en buena medida, perder; y sabemos perder sin meter el dedo en el ojo a nadie ni llorar porque los árbitros nos roban; perdemos, sencillamente, porque los otros han sido mejores, y ya nos tocará otro día, como hoy. Sin conspiraciones cósmicas ni rollos propios de esos que presumen de piernita y te perdonan la vida porque son los más guapos, buenos y ricos...

Cree y verás la gloria, ¡pues claro! Este es el momento, ¡AÚPA ATLETI! Oeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeoeooeoeoeoeoeoeooeoeoeoeoeoeoeoeoeoeooeooeeoeoeoeoeoo

PS a mi amigo Kiko Carmona: lo siento compañero, pero te prometo que la camiseta rojiblanca que llevo puesta me sirve para la final de la Copa del Rey. ¡Un abrazo!

domingo, 6 de mayo de 2012

SACERDOTE MOSTRENQUITO

Y es que hoy mi sacerdocio cumple 12 años, ¡felicidades! Es para mí un día especial que solo puede comenzar con una plegaria de agradecimiento a Dios por tanta vida, por tantas experiencias y tantas personas que en este tiempo he tenido la suertaza de conocer.

Nunca hubiera sido capaz de imaginarme las cosas que me han ocurrido, todo ha sido "mucho más" de lo que aquel sábado de feria de Sevilla yo podía entrever. La realidad, la gente, me ha desbordado en todos los sentidos, y casi siempre por bondad y por fe.

Así que entro en la adolescencia como cura (así se llama en mi pueblo a los adolescentes, mostrencos, jajaja). ¿Eso significa que ya tiene uno "más conocimiento" o que se avecinan conflictos con los mayores? (Jejeje). Más bien quiere decir que ya cuento con registros apreciables de experiencia y que al mismo tiempo conservo la energía del principio. Es la ilusión de aquella mañana pero situada, pasada por el tamiz del realismo y reconfigurada con las coordenadas de lo concreto.

Porque solo existe el momento presente, estas comunidades parroquiales, estas personas, y solo a ellas he de dar respuesta y entregarme. No pienso en ser sacerdote "maduro", únicamente aspiro a ser sacerdote "uno-de-los-nuestros", en expresión de Bernhard Häring. Y decrecer (Jn 3, 33), de modo que mi vida esté llena por completo de los demás y no de mí; desde aquel momento solemne en que yo fui el protagonista hasta lograr que en el centro estén los pies cansados, y solamente los pies cansados.

Dame Señor la sabiduría para agacharme lo necesario. Menos mal que con 12 años la espalda está toavía bien.

viernes, 4 de mayo de 2012

CUIDAO QUE LA CRISIS NOS ATROFIA LA SOLIDARIDAD

Recuerdo a Adolfo Chércoles explicando que "uno no tiene nada, lo comparte todo. Tiene algo, ya comparte menos. Tiene mucho, ya no puede compartir tiene que defender lo que tiene". Parece una verdad demoledora, pero creo que la realidad la está cuestionando: ahora que la crisis nos ha despertado y vemos que tenemos menos de lo que pensábamos, resulta que, en vez de compartir más, nos replegamos. Se acabó el mito de la España solidaria.

En los presupuestos del Estado para el año 2012, el recorte más drástico ha sido en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, con una reducción del 54,4% frente a la media de 16,9% de reducción total de los Ministerios. En lo que se refiere a la Ayuda Oficial al Desarrollo, pasa de 834 millones a 240 millones, con una reducción del 71% y es el recorte más importante realizado a la Cooperación Española en la historia. El año 2012 terminará el 2012 con un 0,23% del PIB dedicado a cooperación al desarrollo, muy lejos del 0,7% prometido.

Comparando por departamentos, el presupuesto de Defensa ha pasado de 6929 millones a 6316, lo que supone tan sólo una rebaja de un 8.8%. El presupuesto del Ministerio del Interior se rebaja el 4,3%, pasando de 7822 millones a 7485 (Cfr. http://www.ecologistasenaccion.org/article22920.html).

O sea que se recorta en las ayudas a los más pobres, y no tanto en armas y uniformes. Hay "ajustes" y "reformas" en sanidad y educación, pero no en policía. El país de la pandereta, el pelotazo y los eufemismos en estado puro. El compromiso por asuntos como la reducción del hambre o la extensión de los Derechos Humanos económicos y sociales a nivel global se archiva sin paliativos cuando peligran los garbanzos.

Lo más perverso es que nos quieran colar esto como algo evidente, "no vamos a ayudar a los de fuera si estamos tan mal". Que no se nos olvide que nunca ha sido así; la gente mayor del pueblo te lo cuenta: "antes, cuando no había ná, estaban las casas abiertas y se tenía un cacho de pan para quien te lo pidiera". Estar necesitados debería afinar la generosidad en vez de atrofiar la solidaridad, porque no hay otro modo de salir a flote que juntos y compartiendo.