Hemos celebrado ayer tarde en Valle de Santa Ana nuestra asamblea parroquial, en la que se trataba de culminar el camino de elaboración del proyecto parroquial que comenzamos a finales del curso pasado. Me siento muy satisfecho, muy contento con el proceso y también con el resultado; y es algo nuevo para mi como cura, porque nunca antes me había dado tiempo a cuajar (o al menos empezar) un proyecto parroquial, algo que creo absolutamente necesario. ¡Así que estoy chiripitiflaútico!
En mayo pasado echamos a andar esto en el Consejo de Pastoral, decidimos cuál iba a ser itinerario y se lo explicamos al personal en la asamblea de final de curso. La cosa ha sido así:
- en esa asamblea de junio habíamos sacado unas líneas generales para este 2010-11
- con eso en la base, cada grupo en septiembre hizo su programación para este curso
- teniendo eso como base, durante el primer trimestre, los grupos (Liturgia, Cáritas, Consejo de Asuntos Económicos, Equipo de Catequistas, etc.) han realizado su parte del proyecto parroquial, es decir, como una programación pero más amplia: "¿qué queremos conseguir en esta dimensión durante los próximos tres años?" Y además han aportado, con palabras sencillas, a esta crucial pregunta: ¿qué nos parece fundamental para toda la parroquia en los próximos tres años?
- ese trabajo ha ido al Consejo de Pastoral, que en enero y febrero lo revisó, hizo sugerencias, miró al plan docesano de pastoral... Y diseñó un borrador de los objetivos generales del proyecto
- en marzo todo ese gran borrador ha ido presentándose en reuniones donde se juntaban dos o tres grupos; así todos han podido conocer lo que los demás han hecho, tener una visión global de la parroquia y hacer propuestas a todo, en especial a los posibles objetivos generales.
Y con eso en la retina llegamos a ayer: la asamblea parroquial. Varios coordinadores de grupos repasaron los aspectos más importantes de sus trabajos; y enseguida pasamos a ver, comentar, criticar, completar, poner o quitar los objetivos generales, es decir, nos imaginamos nuestra parroquia, decidimos cómo queremos que sea, por dónde creemos que hemos de caminar, qué cosas potenciar y cuidar, qué hay que modificar... Todo sin grandes tecnicismos, con ojos de pueblo, con sencillez y sentido común.
Todo según el espíritu de los panes y los peces: cada cual comparte lo que tiene, pone a disposición lo que es, para ir construyendo una comunidad. Porque el proyecto es el auténtico instrumento de continuidad de la parroquia, no los curas, que somos todos interinos y con fecha de caducidad; el proyecto parido y puesto en práctica por los laicos, que sienten que la parroquia, comunidad de vida y de fe, es cosa suya; que la tarea de construcción del Reino es algo suyo, ellos son los protagonistas.
Por eso el proyecto no es un papel: es un proceso de participación y corresponsabilidad de los laicos que nos hace mucha falta y que aquí da pequeños pero bonitos pasos. La comunidad imagina y genera el proyecto, y el proyecto construye a la comunidad en la reflexión y en la acción. ¡Apasionante!
QUE GRANDE ERES,Y QUE ALEGRIA VER QUE TU TRABAJO SE HACE REALIDADY QUE ESTES TAN A GUSTO.ME ALEGRO POR TI.PERO AUNQUE YA HAN PASADO UNOS AÑOS DESDE QUE TE FUISTE,NO HAY MOMENTO QUE NO NOS ACORDEMOS DE TI,POR TANTAS COSAS.PORQUE ALGUNAS VECES QUE DIFICIL ES SEGUIR PARA ADELANTE.YO SIEMPRE TENGO PRESENTE TUS PALABRAS Y SON LAS QUE ME HACES SEGUIR PARA DELANTE,PERO CUESTA,ME DIJISTE,LA PARROQUIA soy vosotros,PORQUE NOSOTROS NOS VAMOS.Y ASI ES.ENHORABUENA.
ResponderEliminarMe parece muy positivo tu manera de implicar al pueblo,a la comunidad parroquial, para que todo funcione mejor y a gusto de todos, sintiéndose parte importante de lo que se acuerda.
ResponderEliminarPero es mucho más importante e insustituible la mirada cercana del Pastor ( en este caso tú como sacerdote.)
Sigue adelante, que todos se beneficien de la riqueza interior que tienes.
Un abrazo.