El título no es mío, es de mi compañero y amigo Jose Rubio (el segundo por la derecha de pie en la foto). Y la crónica es de Enrique Gómez, el consiliario nacional del MRC, con ayuda del propio Jose. No creo que se enfaden si la transcribo:
Organizado por el Movimiento Rural Cristiano y Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos de Acción Católica se dieron cita en Madrid 32 consiliarios y sacerdotes rurales, los días 16 y 17 de Noviembre, bajo el lema Acompañar y ser acompañados en nuestros pueblos.
Oriundos de las diócesis de León, La Rioja, Teruel, Soria, Zaragoza, Albacete, Toledo, Plasencia, Coria-Cáceres, Mérida-Badajoz y Málaga, con seriedad y dinamismo, trataron de ir buscando respuestas a la secularización que también ha llegado a las comunidades rurales y auscultar las llamadas y retos que nos plantea una parroquia rural misionera, acertando con los caminos y recursos adecuados.
Antonio Carrascosa, teólogo y consiliario rural, nos ayudó, desde el evangelio, de forma muy creativa y profunda, a ver las posibilidades que tenemos como acompañantes de nuestros pueblos, siendo vigías de los signos del Reino y ayudantes de su crecimiento.
El trabajo en grupos trató de reconocer el apagamiento de una pastoral de cristiandad -preciosas imágenes de la noche, el bochorno y la sombra en el evangelio- sin quedarnos en la nostalgia y la restauración; alumbrando -la brisa, la amanecida evangélica- comunidades rurales, no desde el número y el éxito, sino desde lo poco y lo sencillo, no desde la búsqueda de la eficacia, sino desde lo fecundo; desde la fe inquebrantable, como acompañantes a los grupos de laicos, de que algo nuevo está naciendo y brotando en el mundo rural.
En coloquio distendido y comunicación abierta, el director de Vida Nueva, Juan Rubio, nos acercó, con la actualidad del periodista escrutador y el espíritu del sacerdote apasionado, a la actualidad de nuestra Iglesia, con sus temores y temblores, propios en unos tiempos cambiantes y seculares.
Toda una mañana dedicamos a la reflexión: Los aprendizajes vitales de anunciar el Evangelio. Dolores Aleixandre, religiosa del SCJ y profesora de Sagrada Escritura, nos acercó a la fuente de la sabiduría evangelizadora en el aprendizaje vital del Jesús acompañante; la frescura en la exposición y su experiencia profunda de mujer creyente, nos ilusionó de nuevo en la opción evangelizadora de nuestros pueblos, no para "atenderlos" como sacerdotes de la "institución" sino para ser testigos de los procesos que viven las personas que hacen camino con los curas de pueblo.
Hubo conclusiones y acuerdos para el mejor funcionamiento de los consiliarios rurales y por dónde descubrimos que la Iglesia, en esta realidad rural y de misión, tiene que ir dando respuesta.
Un Encuentro que ha sabido a poco para conocerse, querernos y salir fortalecidos, siendo fieles a lo débil y pequeño, algunos acompañan 19 pueblos.
Se confirma una vez más que nuestra Iglesia, en el medio rural, quiere ser más propositiva que impositiva: abierta a la realidad, con la mirada de la compasión, que le entra el cariño por la gente, con la mirada desde el corazón y servidora, que cree en el diálogo, porque no llega con las respuestas a las preguntas que ya nadie hace, que trata de ser fermento. Fue gozoso encontrarnos.
Ole, qué buen vino... Abrazos
ResponderEliminarNo se si el vino era bueno, pero si todo esto, trato de todo eso, si que fue bueno. Un saludo.
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