El clarear de hoy significa que por fin puedo decir esta frase de Serrat que siempre me ha gustado: "hace veinte años que tengo veinte años": ¡hoy cumplo 40 años! El otro día, viendo mi DNI, que tiene una foto del 2002, mi amigo Paco Sayago insinuaba que la foto hay que actualizarla, ¿no? Vaya, qué graciosillo...
Me siento muy afortunado y muy agradecido por este cumpleaños. Doy por bueno todo cuanto he vivido, todos los avatares de mi camino, mis decisiones acertadas y equivocadas, mis caídas y mis éxitos... en todo momento me acompañó desde dentro el misterio de bondad que nos envuelve, que es Dios.
Ser cuarentón implica que la vida ha llegado a la mitad, y que probablemente queda menos tiempo que el que ya ha transcurrido; siento que la juventud vibrante y efervescente ya ha concluido; la cabeza se va despejando y la barriga asomando vertiginosamente, nuestro cuerpo evoluciona hacia la madurez. Soy cuarentón y se que se más que hace quince años pero me siento mucho menos seguro de todo y bastante más tranquilo.
¿Lo de dentro también va hacia la madurez? Estoy mucho más contento con mi vida que cuando tenía treinta años, y creo que soy mejor persona, un tipo más humilde y más consciente que entonces. Con las opciones de vida intactas, luchando para no acomodarme y para ser coherente con ellas, puesto que es verdad que hace veinte años que tengo veinte años.
La vida tiene un final... pero continúa imparable en su perfecta mezcla de alegría y de dolor, como una estruendosa pintura de la contradicción: ayer, la fiesta de las primeras comuniones, que disfruté hasta las tantas pasando de una a otra... pero amargada desde por la mañana por la muerte del tío de una de las niñas protagonistas, un casi coetáneo de 47 años. Y hoy el entierro y las velas de la tarta; las risas de ayer se convierten en lágrimas sin solución de continuidad. Es la vida, este carrusel.
Os quiero decir GRACIAS a todas las personas que he conocido, especialmente a mis amigos: vuestras manos me han modelado, lo que soy os lo debo en buena medida a vosotros, gracias por vuestra paciencia y por quererme a pesar de lo modorro y cansino que puedo llegar a ponerme.
Mientras escribo, oigo los ronquidos de mi padre en la habitación de enfrente, y dentro de un rato estarán aquí todos: mis hermanas, mis cuñados, ¡y mis sobrinos! Éste es el mejor regalo de cumpleaños, el mayor descubrimiento de los 40: ¡mi familia! Sois el pilar de mi vida; os necesitaré por lo menos hasta que haga cuarenta (..) años que tengo veinte (¿?) años... qué me estoy liando.
Espero que hayas recibido mi sms intercontinental, pero por si acaso no, MUCHAS FELICIDADES
ResponderEliminarfelicidaes con undia de retraso
ResponderEliminarel de anonimo soy yo es que mehe quibocao
ResponderEliminarCésar: Los años dan sabiduría y conocimiento en discernir las cosas que ocurren y pasan.
ResponderEliminarAhora estás en lo mejor de tu vida.
" La Materia Prima " la tienes (eres tú y tu manera de ser )y si lo mezclas con sabiduría y conocimientos... ... el resultado es... ...lo que vemos y aprendemos de tí.
Que sí, que la familia es lo más importante de nosotros mismos así que una vez más feliz cumpleaños (ya lo hicimos a través de facebook) y enhorabuena por la familia que tienes.
Un abrazo.
Te conocí cuando tenías 24 años. No sé si es este tu mejor momento, pero sí sé que te he visto evolucionar hacia la estabilidad, hacia esta serenidad que disfrutas. Brindo por eso y por seguir a tu lado otros 40 años más.
ResponderEliminarTe quiero Kpayo.
Muchas felicidades cuarentón. Alguno te perseguimos de cerca. Un abrazo hermano
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