A medida que el día de ayer avanzaba, la tristeza caía sobre mí como una cortina de fina lluvia, o como una niebla que me invadía silenciosa y lentamente el corazón. Una oscuridad imparable me fue acorralando al mismo tiempo que la noche; no aterradora pero imparable. Algo se ha derrumbado dentro de mí. Sólo se ven unas lágrimas lentas, un llanto quedo. Me siento fracasado y absurdo. No tengo ganas de seguir.
Cuentas conmigo, incondicionalmente. Sabes que no te suelto, si caes, caemos los dos. Pero tengo fuerza para sostenerte y ánimo pa ayudarte a levantarte. Un peaso abracito.
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