sábado, 20 de septiembre de 2025

LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, PROTAGONISTAS DE LA MISIÓN


Testimonio de Verónica Rubí, misionera en la triple frontera Perú-Colombia-Brasil, territorio del pueblo tikuna.

La comunidad Magüta (comúnmente llamada tikuna) es una de las etnias originarias de esta zona de la triple frontera. Están asentados en los tres países: Colombia, Perú y Brasil. Tienen una cosmovisión muy bonita, de una estrecha relación con todo lo creado, una lengua que van revalorizando, y un gran sentido de la hermandad.

Verónica Rubí, actualmente misionera en Caballo Cocha, vivió durante 4 años en Umariaçú, del lado brasileño, inserta en una comunidad tikuna, donde compartió vida y fe de modo muy intenso.

En esos años se gestaron diferentes proyectos de formación y acompañamiento de estas comunidades, entre los que se destaca el Proyecto Iglesia Sinodal con Rostro Magüta, con la invalorable colaboración económica de Porticus, que permitió un fuerte impulso pastoral y de capacitación de líderes.

Aquí en Perú, la mayoría de las comunidades tikunas pertenecen a Iglesias evangélicas, los católicos son pocos y con escasa animación. A nuestro equipo misionero le pareció una buena idea que los mismos tikunas de Brasil pudieran hacer una misión de unos días en un poblado que pertenece a nuestra parroquia, llamado San José de Yanayacu. Nueve misioneros tikuna (adultos y jóvenes) viajaron surcando el Amazonas para encontrar a sus hermanos. Fueron acompañados, de parte de nuestro equipo, por Verónica y la hna. Marisol, y también estuvo presente el padre Ferney, sacerdote colombiano de origen tikuna.


El objetivo de la misión fue compartir la vida y la fe. No se había previsto la celebración de sacramentos, sino más bien espacios de intercambio fraterno y evangelizador.

Desde el comienzo se generó un hermoso espacio compartido con la comunidad de San José. Los misioneros fueron acogidos con calidez, y la comunidad local se sintió cómoda con su visita. Participaron de las actividades propuestas con alegría y sencillez.

Ellos mismos alentaron que hubiera espacios de catequesis, celebración eucarística y solicitaron la preparación al Bautismo de varios niños de la comunidad.

Todo fue transcurriendo en un marco de profundo respeto ecuménico y honda comunión en la hermandad tikuna. Fue una misión hecha en su misma lengua, con sus cantos, sus símbolos y experiencias, lo cual se vivió como una auténtica experiencia del Espíritu que traspasa fronteras.

Al final de los cinco días de misión, queda la gratitud por todo lo vivido, y también el desafío de profundizar el acompañamiento pastoral de la comunidad de San José de Yanayacu, especialmente apostando a la formación de algunos catequistas de la misma comunidad.

Lo positivo de la experiencia nos hace pensar que, también, es posible replicar esta experiencia de misión en otras comunidades tikuna de nuestra región, con características similares.

Verónica Rubí
Misionera laica en Caballo Cocha
Vicariato Apostólico San José del Amazonas (Perú)

sábado, 13 de septiembre de 2025

EL AGUA DE LOS RÍOS AMAZÓNICOS ES UN VENENO

 
Un reciente estudio caracteriza con datos científicos la alarmante contaminación por mercurio de los ríos de la Amazonía peruana debido a la proliferación abusiva e incontrolada de la minería ilegal. Se lo he escuchado a la gente muchas veces: “el agua del río es una cochinada”. Ya no es solo que está sucia: es escasa y tóxica. Poco a poco la ambición y la estupidez del ser humano están convirtiendo el elemento esencial para la vida en un tóxico letal.

La investigación, cuyo fruto lleva por título “Mercurio en Loreto: exposición humana y en peces en el contexto de la expansión mineraamazónica”, analizó muestras de cabello humano, peces y sedimentos en tres comunidades del Bajo Putumayo, y comparó los resultados con los datos reportados en seis comunidades de la cuenca del Nanay-Pintuyacu.

El Bajo Putumayo presenta un valor medio de mercurio en cabello humano de 15.67 mg/kg, casi el doble de lo registrado en Nanay-Pintuyacu (8.41 mg/kg). Si consideramos que el límite de referencia de la OMS es de 2.2 mg/kg, resulta que en el Putumayo es 7 veces más alto de media, y hasta 22 veces en las mediciones más elevadas. Una auténtica barbaridad. Ya teníamos en el Vicariato datos de un estudio realizado en el río Napo en el año 2011, que arrojó una tasa de mercurio que multiplicaba por 5 los estándares de la OMS; catorce años después, la situación ha empeorado.

El 83 % de personas evaluadas en el Bajo Putumayo presenta niveles de riesgo alto para la salud, y este es el resultado más elevado jamás registrado en la región Loreto. En esta cuenca, el 97 % de la población estudiada evidencia exposición crónica; en el Nanay-Pintuyacu es del 96 %. Está demostrado que la exposición prolongada a metales pesados provoca daños en órganos como el hígado y los riñones, problemas neurológicos, cardíacos y gastrointestinales, y aumenta el riesgo de cáncer. En niños puede producir bajo peso, retraso en el desarrollo, problemas cognitivos y daños cerebrales.


Para los habitantes de la ribera, el agua es la misma vida. La usan para beber, para cocinar, para lavar… Desde que nacen viven en el río, su cultura es la canoa, la pesca, la cocha, el baño. Dependen absolutamente del agua, y el agua se está tornando un veneno que mata, que ya está sembrando los ríos de enfermos y de cadáveres, y que compromete seriamente el futuro: el 81 % de las mujeres en edad reproductiva en el Bajo Putumayo y el 35 % en el Nanay-Pintuyacu están en condiciones de alto riesgo, lo que podría derivar en daños neurológicos irreversibles en el desarrollo fetal y otros efectos materno-infantiles.

¿Por qué ocurre esto? Por los intereses depredadores de los mineros, protegidos por leyes y normativas que emiten sus compadres dentro del Congreso de la República. Y por la complicidad e inacción del Estado, comentadas días atrás en una entrevista por el obispo de Iquitos, Miguel Ángel Cadenas: “No me creo que no haya plata… lo que ocurre es que conscientemente no quieren dedicarla a aquello que es absolutamente necesario para proteger a la población” aseguró ante la excusa de que los exámenes médicos son altamente costosos.

A pesar de las denuncias y movilizaciones, Mons. Miguel Ángel decía que “el número de dragas ha seguido creciendo, ya que las embarcaciones ingresan tanqueadas al 100% con combustible”, lo que alimenta la expansión de la minería ilegal en la Amazonía. Pero, además, este negocio ilícito viene acompañado de una serie de problema sociales, pues convive con mafias dedicadas a la trata de personas, explotación sexual, trabajo infantil, trabajo esclavo, lavado de dinero y tráfico de armas. Estos grupos criminales campan a sus anchas en territorios “liberados” del control del Estado, como nuestra selva.

En fin, un horror… Escribo esto con la esperanza de que divulgarlo sirva para algo. Al menos para que como Iglesia pongamos decididamente manos a la obra en la defensa de la vida de nuestros pueblos. Porque creo que, en este y otros asuntos realmente graves, tenemos que aplicarnos lo de San Francisco: “Comencemos, hermanos, a servir al Señor, porque hasta ahora poco o nada hemos hecho”.

sábado, 6 de septiembre de 2025

“EL CADAVER ECHÓSE A ANDAR”. SEMANA SOCIAL DE LA IGLESIA PERUANA 2025

 
Fue una Semana Social tan alegre, que creo que es la mejor noticia para la Iglesia peruana en 2025, después del nombramiento de León XIV. En Lima hubo una florida representación de todos, todos, todos: por un lado, un fértil diálogo intergeneracional entre los jóvenes y los clásicos, la savia nueva y los “viejos rockeros” de la Pastoral Social, que nos ofrecían la referencia de las citas históricas anteriores; de otra parte, un sentarse juntos a escucharse de la Iglesia institucional y las bases, varios obispos y los luchadores, algunos con muchas horas de vuelo y cicatrices.

La metodología, inductiva y sinodal, del ver-discernir-actuar, permitió hacer visibles y manejar los análisis gruesos de la situación de nuestro país y las grandes causas: la crisis climática sin retorno, el deterioro de la democracia, la liquidación práctica de la separación de poderes, las violaciones de los derechos humanos, la pobreza rampante, la minería ilegal, la modificación de la Ley Forestal… La Amazonía fue puesta desde el inicio en el foco, por actualidad y por justicia.

Carlos Castillo, Pedro Barreto, Rosa María Palacios, Jorge Izaguirre… compusieron el cartel de rostros y nombres prestigiosos, junto con Yolanda Flores y José Manuyama. Ellos prendieron los lemas, las consignas, las palabras potentes heredadas del ingenio de Francisco: caminar juntos, cultura del cuidado, todo está conectado, el bien común, la escucha, la fuerza de la ternura… La circulación de estos valores, motivos y propósitos, que pasan de mano en mano y de corazón a corazón, nos otorga identidad, aúna voluntades, enfoca aspiraciones y crea sinergias. Lo hemos sentido de modo muy estimulante.

Algunos peros: a pesar de que estaba concebida como un espacio de diálogo y propuestas en medio de la crisis sociopolítica que atraviesa el Perú de cara a las elecciones del año próximo, lo cierto es que la cantidad y dispersión de los argumentos no ayudó a focalizar claramente el tema. Solo Rosa María Palacios habló de la coyuntura pre-electoral más decididamente, pero seguimos necesitando una palabra enérgica y clara para sumar al discernimiento de los católicos. Además, lo numeroso de los grupos de trabajo, y la propuesta de elaborar las conclusiones de los diálogos con creatividad y arte, tal vez restó profundidad a las reflexiones.

Con todo, las sensaciones fueron muy positivas, las sonrisas se mostraron ostensibles y abiertas, el ambiente teñido de buen humor y la comida excelente. Creo que todos los participantes salimos de CEFOSA con mociones muy claras de continuar, comprometernos más y construir esperanza profética con valentía y resolución.

Una manera divertida de incidir fue el pasacalle: protesta y reivindicación acompañada por una magnífica batucada; se nota que quien ha escrito que fue una “triste” semana social no vivió ese momento tan significativo. Allí estábamos toditos: paso de relevo alegre y sinodal, recoger la tradición de las semanas sociales y lanzarla hacia adelante. El cadáver está muy vivo, como reseñó Alfredo Vizcarra en el mensaje final, glosando a César Vallejo, palabras plenas de contenido y mirada al futuro.

Finalmente, gracias a los organizadores en algunos nombres propios: Silvia Cáceres, Silvia Alayo, Glafira Jiménez, Javier Jahncke, Enrique Gonzáles y otros muchos. Ojalá en lo sucesivo se sumen más entidades eclesiales para seguir caminando y empujando juntos.

(Publicado en la revista Signos, del Instrituto Bartolomé de Las Casas - Lima)

sábado, 30 de agosto de 2025

INMORAL LEY DE AMNISTÍA EN PERÚ


Seguro que a Pilar Arroyo no le importa que yo reproduzca en parte y parafrasee su artículo de Coyuntura de este mes de agosto 2025, que se puede leer completo acá. Lo que yo quiero decir, ella lo dice mucho mejor.

Un buen ejemplo para entender lo que está ocurriendo en Perú se dio el 13 de agosto: la presidenta Dina Boluarte promulgó una infame y vergonzosa ley que otorga amnistía a los miembros de las fuerzas de seguridad y de los comités de autodefensa por crímenes graves contra los derechos humanos cometidos durante el conflicto armado interno, entre 1980 y 2000. De este modo la coalición gobernante ha seguido avanzando en sus objetivos de control de las instituciones e impunidad para delincuentes y violadores de los derechos humanos.

La norma fue promulgada con amplia fanfarria en Palacio de Gobierno, ignorando el pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de que el Ejecutivo observara la ley enviada por el Congreso (…). En Palacio se dieron un gran abrazo Dina Boluarte y el General Rivera Lazo, condenado a 25 años de prisión por haber sido el jefe directo del Grupo Colina*.

Esta ley concede amnistía a miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y a miembros de los Comités de Autodefensa que participaron en la lucha contra el terrorismo y fueron denunciados, investigados o procesados por diversos delitos considerados de lesa humanidad. Su aplicación anula 156 sentencias y 600 procesos en curso, beneficiando entre 300 a 900 policías, militares y miembros de los comités (se han dado ambas cifras), envueltos en 756 casos de graves violaciones a los derechos humanos durante la época de la violencia política que azotó al país.

Inmediatamente después de la ceremonia de promulgación en Palacio, Fernando Rospigliosi declaró que darán una similar para Dina y demás responsables de los 49 asesinados en las protestas de diciembre 2022 e inicios del 2023.

Numerosas organizaciones nacionales e internacionales han manifestado su condena a dicha norma; citamos aquí lo dicho por Volker Turk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos:
“La ley de amnistía promulgada en Perú viola los estándares internacionales y es un retroceso en la búsqueda de justicia por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante el conflicto armado interno en el país. El derecho internacional, al que está obligado Perú prohíbe claramente las amnistías y la prescripción de graves violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario” (negritas del original).

En las Conclusiones del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), tan vilipendiada por el sector partidario de esta amnistía, cuando se refiere a la labor de las fuerzas armadas, se afirma:
“En ciertos lugares y momentos del conflicto la actuación de sus miembros no sólo involucró algunos excesos individuales de oficiales o personal de tropa, sino también prácticas generalizadas y/o sistemáticas de violaciones de los derechos humanos que constituyen crímenes de lesa humanidad así como transgresiones de normas del Derecho Internacional Humanitario” (Conclusión n. 55).

Esta afirmación fue claramente demostrada en los casos emblemáticos de las masacres de Cayara (donde infantes de Marina drogados violaron a las mujeres antes de matarlas), Putis, Los Cabitos (sede del Comando Político Militar de Ayacucho) y Umasi (1983); todos ellos en Ayacucho. También en el caso de Barrios Altos en Lima (donde fueron asesinados heladeros que hacían una pollada que nada tenían que ver con Sendero Luminoso, entre ellos un niño de 9 años); y también, una vez más, en el juicio a los responsables de las violaciones masivas a mujeres en Manta y Vilca; así como muchos otros casos más.

Por otro lado, las declaraciones del ex teniente Telmo Hurtado, en 1985, en el juicio que se le siguió por la masacre de 69 comuneros de Accomarca (26 de ellos niños), dejaron en claro que los superiores permitieron una política de exterminio contra campesinos inocentes, entre ellos niños y ancianos. Ello fue corroborado por el entonces candidato presidencial Ollanta Humala, quien señaló que el Manual de Contrainsurgencia ME 41-7 ordenaba matar a jefes y a quienes se considerara colaboradores de la insurgencia, aunque no estuvieran armados.

La actuación de la coalición autoritaria, ultraconservadora y mafiosa que gobierna Perú ha demostrado hasta la saciedad que no los guía la búsqueda del bien común, sino sus particulares, criminales y oscuros intereses.


* El Grupo Colina fue un destacamento de inteligencia y escuadrón de la muerte del ejército peruano establecido en octubre de 1991 como parte de una estrategia de guerra de baja intensidad emprendida por el Estado a través de sus fuerzas armadas durante el gobierno de Alberto Fujimori. Fue desactivado oficialmente en noviembre de 1992 y dado a conocer públicamente en 1993. Dependía del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) directamente, y, a través de una cadena de mando paralela, del Comandante General del Ejército y del asesor presidencial Vladimiro Montesinos.
El grupo Colina participó en los asesinatos y desapariciones de al menos cuarenta y nueve personas, mediante sistemáticas violaciones a los derechos humanos, siendo las más destacadas las masacres de Barrios Altos y La Cantuta.
Durante los procesos de Alberto Fujimori, el expresidente fue condenado por su responsabilidad mediata de las actividades de este destacamento, al igual que el exasesor presidencial Vladimiro Montesinos. Los miembros del escuadrón fueron condenados a penas entre quince y veinticinco años de prisión.

sábado, 23 de agosto de 2025

UN RÍO DE JÓVENES EN CRECIENTE

 
- “¡Y ahora, vamos a armar por grupos una torre humana, y la más alta será el grupo ganador!” (aplausos)
- “Padre, tú que eres grande te colocas abajo, con los varones”.
- “¡Eso, y las chicas que se suban encima!”.
😨 Diosito – pensé yo. Estos huambros creen que uno tiene 18 años…

La torre humana me jundió la espalda, pero es que después hubo que formar una especie de oruga gigante, todos sentados, y ahí te pateaban feo los riñones. Y lo peor fue el juego de hacer una fila con las piernas abiertas e ir pasando por debajo… arrastrarse entre las piernas de una adolescente como Anahí, por ejemplo, que medirá 1,50 m, me arrasó las rodillas… todavía no sé cómo fui capaz. Bienvenidos al encuentro vicarial de jóvenes.

¿Cómo no voy a disfrutar de tres días en medio de un río de 80 chicos y chicas llegados de 13 puestos de misión del Vicariato? No sería yo mismo. Y supongo que se me nota por la cantidad de tonteras, bromas, risas y chorradas que digo, me la paso fastidiando a todo el mundo. He contado esta experiencia tantas veces, que los lectores se van a cansar y creo que ya voy a ir cerrando este blog: con los jóvenes todo coincide, todo cuadra, ahí es… Para mí, una transfusión de energía, optimismo y esperanza.

Esta vez, Vero y Juancho han desarrollado un taller con enfoque y metodología totalmente experienciales, una maravilla (¡gracias!). Nos invitaron a los “adultos” a no quedarnos fuera, a involucrarnos y participar plenamente de cada momento, a hacer lo mismo que los muchachos. Y qué hermosura, de veras. Una de las técnicas nos regresaba al vientre de nuestra mamá; teníamos los ojos vendados, la música y la voz nos guiaban.

Cuando los chicos compartieron lo que habían vivido, escuchamos auténticos tesoros:
- “Me he reconocido”.
- “Me he encontrado conmigo mismo”.
- “He sentido cuánto valgo”.

También yo me reconocí entre ellos, me sentía profundamente “yo mismo”, y como ligero, prístino, conectado con mi raíz, desembarazado de las porquerías que acumulamos los “adultos”, que nos disputamos parcelas de poder, o defendemos con uñas y dientes nuestros intereses…


Las fotos me recuerdan momentos de compartir a corazón abierto sentimientos, conmociones y vivencias pasadas que las distintas técnicas removían en los adolescentes. Un chaval de mi grupo comenzó a llorar sin poder contenerse, y se dieron varios casos similares. Las familias están a menudo desestructuradas, los hijos no reciben la atención que necesitan, hay muchos abusos y ausencias, y las heridas emocionales son sangrantes.

Atreverse a soñar grande; crecer como personas, y para ello sanar lo que duele, identificar y emprender tareas de maduración; creer escuchando el Evangelio, tras los pasos de Jesús; servir, descubriendo el sueño de Dios y respondiendo a su llamado. Más o menos así fue el esquema de “vocación” que se fue desplegando en actividades de silencio e interiorización, diálogo en los grupos de vida, expresión corporal y artística, cantos, dramatizaciones… Beleza, dicen los brasileros.

Un par de días no hubo “misa” como tal (lo cual acarreó alguna protesta), pero sí celebraciones engastadas en las tareas, y en la noche, la fiesta de la vida: traer lo cosechado durante la jornada e hilar reflexión y Palabra con música, baile y expansión. No solo no es imposible, sino que resultó sencillo y natural para los muchachos, además de innovador e inspirador.

Y al final, el envío: la maloka se iluminó de deseos y horizontes, siempre puros y amplios, siempre más allá. Los jóvenes están en época de creciente en nuestro Vicariato: llenan, alegran y fertilizan la misión. Sacuden y despiertan a nuestra pequeña iglesia amazónica, y le otorgan lozanía y empuje. ¡Gracias jóvenes!




sábado, 16 de agosto de 2025

SINODALIDAD-RECONCILIADORA


Con guion, ¿eh? Porque nunca se puede separar un eslabón del otro, especialmente cuando hay conflictos. Y siempre los hay. Además, si pudiéramos acercarnos con un microscópico electrónico de transmisión, de esos que se utilizar para ver dentro de las células, descubriríamos que el guión es en realidad una palabra: discernimiento.

Como la confianza es algo que se contagia a través del fluido de la amistad, resulta que Fernando López, gran jesuita miembro del Equipo Itinerante y gran amigo, me habló de su hermano Elías López, gran jesuita colaborador nada menos que del cardenal Grech, el secretario general del Sínodo de los Obispos. Desde allá se están poniendo en marcha equipos dinamizadores de la fase de implementación del sínodo de la sinodalidad, y uno de ellos es este, donde trabajan Elías y su compañero Javier Bernabéu.

Ambos se plantaron en Indiana, después de semanas de preparación via zoom, y nos sorprendieron a todos los misioneros con una especie de taller-retiro muy diferente a lo que veníamos haciendo los años anteriores. Siempre con el telón de fondo de los Ejercicios ignacianos, y la inspiración de las Escuelas de perdón y reconciliación (ESPERE), nos han hecho vivir una experiencia inolvidable a través de la comunicación sincera y profunda mediante las herramientas que nos han enseñado.

La primera de ellas, “el paso atrás”, es el examen ignaciano bien entendido: escuchar nuestro cuerpo, donde se registran y ubican las emociones, situados lúcidamente en nuestro contexto, para captar e interpretar las inspiraciones del Espíritu, el lenguaje divino. La plastilina nos ha ayudado a expresarlo de forma creativa. Las mociones son energía que nos impulsa a la acción en la dirección del querer de Dios.

“Liderazgo de discernimiento para la sinodalidad-reconciliadora”, este era el título de las jornadas. Liderazgo no es “ser jefe”, liderazgo significa cambio (la primera en la frente). Y se ejerce entre todos, es siempre liderazgo compartido; por tanto, el liderazgo es un proceso comunitario de cambio compartido.

La autoridad juega un papel en el liderazgo, y tiene que ver con la autenticidad, que implica intuición (sensibilidad tras muchas horas de vuelo, escuchar lo silencioso, ver lo invisible), empatía dura (no solo “pobrecito” y pasar la mano, sino “¿por dónde crees que es el siguiente paso posible?”), mi valor añadido (reconocer asertivamente mis talentos y ponerlos al servicio) y saber mostrar de forma sana la propia vulnerabilidad (heridas, miedos, ignorancias… abrir el corazón).

Es liderazgo de discernimiento, es decir, un proceso de escucha del Espíritu, de analizar, entender y contrastar las mociones en orden al cambio. Si no hay discernimiento, se gestiona a las personas. Dios no elige a los capacitados, sino que capacita a los que elige. Necesitamos elevar el nivel de conciencia de la comunidad, el tono espiritual. Si no somos expertos en cuidar la Luz, no tenemos nada que añadir como Iglesia al mundo.

La segunda herramienta, la conversación espiritual en los círculos de escucha, fue el eje sobre el que giró la metodología de la última Asamblea Sinodal. Hemos trabajado en pequeños grupiños, sentados bien cerca, con las rodillas chocando. El modo y orden es así: se plantea la cuestión que se va a tratar, hay un silencio en el que cada cual discierne, y después una rueda en la que todos vamos interviniendo sin que haya diálogo, ni debate, ni réplica, solo escucha abierta y vulnerable. Cuando uno habla, hay que salvar siempre su intención positiva: no puede haber “sí, pero…”. Lo hicimos con una o más rondas, en alguna se permitían más intercambios libres, y al final, después de un último “paso atrás”, siempre compartíamos a qué me está llamando Dios, a qué actuar me lleva.

Todo esto para la construir la sinodalidad. Cómo manejar las polarizaciones, tensiones y divisiones con los pies en el suelo (con-suelo, consolación) eligiendo transformar los conflictos – no resolverlos – sin violencia. Eso supone estar conectados con la Fuente, dejarnos perdonar (“per-don”, regalo excesivo), entregar al Señor mi incapacidad para perdonar, convencidos de que la herida no tiene la última palabra, y buscando con humildad y mansedumbre el próximo paso posible.

Porque “la inteligencia no está entre las orejas, sino entre las narices”: es relacional. Y la sinodalidad es co-creada y discernida en la ternura. Y Elías y Javi son geniales.

sábado, 9 de agosto de 2025

ENTREGA DE REMO EN ANGOTEROS

 
Fueron cuarenta bautizos, ¡cuarenta! Por tanto, fiesta gorda para los kichwas, masato a raudales, la iglesia a rebosar, las warmis con sus mejores galas… Pero también ocasión única porque se despedía pani Domi, Pishcu Chaqui, después de 9 años de compartir la vida con este pueblo. Como es natural, allá me embroqué para vivir ese acontecimiento.

Dominik es una habitual de este blog, protagonista de varias aventuras, inspiración de mi vocación misionera, modelo de amor por este pueblo y persona clave en mi discernimiento para venir al Vicariato. No podía dejar de estar con ella en este momento; primero porque la quiero, y después como representación del obispo, como reconocimiento oficial de su labor y entrega en Angoteros. Así lo declaré cuando me tocó decir unas palabras.

El día comenzó preparando un shunto de sándwiches de atún, pancitos de mantequilla y mermelada, decenas de bolsitas llenas de canchita, galletas y caramelos, junto con varios baldes de refresco y un buen viaje de botellas de gaseosa. ¿Y quiénes armamos semejante refrigerio? Pues las tres religiosas que forman el nuevo equipo de Angoteros: Clara y Nancy, paraguayas Misioneras Siervas del Espíritu Santo, más Pati, peruana de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús. Además, la ecónoma vicarial Anna Borkowska. No sería por falta de autoridades.

Porque sí, se sentía el ambiente especial en la decoración del templo (“Pakrachu Dominik”), los chicos y chicas del internado en pleno, y algunos rostros denotando pesar. Los naporunas no son tan expresivos, es difícil interpretar los estados de ánimo, pero aquella mañana me pareció detectar emociones propias del adiós, el cariño acumulado que pugna por mostrarse, alguna lágrima que se escapó en hombretones hechos y derechos. Sobre todo, al final.

Pero primero hay que contar la celebración. Domi se las ingenió para organizar de manera que no hubiera un completo desbarajuste a la hora los ritos: el achiote, los “soplones”, las wireras, la sal (cachi)… Todo ya lo he relatado acá. Y he de decir que se arma un delicioso barullo, divertido, pero increíblemente ordenado; la gente hace las cosas a su manera, con su gracejo y en su ley. Y siempre respetando la liturgia, ¿eh?

Me pidieron que narrara el evangelio, el episodio del bautismo de Jesús. Para escenificarlo, sacamos a los personajes de entre el público: doña Enercia, que hizo del Maestro, Juan, Dios Pachayaya y la paloma. Resulta que un viejito tiene como chapa justamente “Pachayaya”, así que lo llamé a él para ese papel y durante la representación las carcajadas retumbaron. Me impactó cómo todo el mundo conocía el pasaje, y fue fácil conectarlo con lo que estábamos viviendo.

Se hicieron dos colas en para el agua: Domi, que tiene facultades para bautizar, y yo. La celebración la presiden y conducen los kuyllur runa, que se colocan una especie de peto blanco. Los sacerdotes, cuando estamos, nos sentamos junto a ellos con esa misma vestimenta e intervenimos solo cuando nos corresponde: la consagración, la homilía y poco más.

Llegó el momento de los discursos, fundamentalmente agradecimientos por parte de unos y otros. Más que estar pendiente de las palabras, me impregné del significado y la mística de ese instante: un pueblo indígena que se despide de una misionera a la que han aceptado, querido y considerado una vecina más entre ellos (de hecho, existe el “barro Domi”). Ella explicó que se va por propia voluntad, que siente que ha cumplido un ciclo en su vida y necesita, por bien de todos, cambiar. Y creo que la gente linda, con su sabiduría sencilla y profunda, lo comprendió.

El relevo quedó expresado de manera plástica en el paso de manos del remo, que recoge la imagen. No necesita muchos pies de foto: ahora les toca bogar a ellas, junto con Matías, que llegará pronto. Una nueva etapa en esta misión, en la misma olada de generosidad, respeto y admiración por esta cultura y estas gentes, a quienes Domi ha servido hasta y en su adiós. Gracias, madrina; porque, como leímos hace poco, “amar es también saber irse”.

PS: Cuando ya había terminado todo, llegaban las mujeres para invitarnos a huevos a los kuyllur runa, a mí, al monitor, etc. Fueron una carrafilera de huevos sancochados; algunos me los iban metiendo de frente en la boca (vean el brazo extendido con el vestido rojo en la foto), otros los recogía con mi mano mientras masticaba. Llegué a tragar tres o cuatro y tenía siete u ocho esperando…



sábado, 2 de agosto de 2025

PERLAS DEL ARZOBISPO DE LIMA EL DÍA DE FIESTAS PATRIAS


Visto con ojos de español, varias cosas del día de Fiestas Patrias me parecen increíbles. Una: que acá en Perú haya una misa oficial, y que en ella el arzobispo de Lima pueda dirigirse de frente a las autoridades del país, en un programa de máxima audiencia.

Dos: que, en esa homilía, Mons. Carlos Castillo le haya dicho a la presidenta de la República, los congresistas y políticos en general, su vida, las verdades del barquero, les haya “sacado el ancho” sin tapujos, con claridad cristalina y sin ahorrarse un matiz.

Y tres: que el nivel de hartazgo de la clase dirigente en este país haya escalado hasta las mismas cumbres de su impunidad y su corrupción, de modo que el mensaje del obispo haya pasado medio desapercibido, como el discurso de Dina.

Por eso me interesa reproducir acá algunas frases tomadas de la página de Facebook del Arzobispado, por si así puedo dar un poco de difusión. Cito en cursiva y comento algo… pero no necesitan mucho aderezo.

“Para ser un verdadero dirigente se requiere sentir las tareas encomendadas desde las vísceras más hondas de su vocación. No es actuar como un simple y triste funcionario, lleno de criterios superficiales, frívolos y banales, ni distraerse en cosas de poca monta”.
Y, sí. Estamos perdidos en Rolex, operaciones estéticas y subidas de sueldo mientras 11 millones de peruanos no tienen acceso a agua potable ni sistemas de alcantarillado.

“La actitud dictadora y mandona viene de personas sin vocación entrañable. Quizá por eso, el sujeto dirigencial se forjó sin vocación democrática, primando más los intereses particulares que el amor entrañable en favor de todos”.
Ahí está, creo, la raíz de la mayoría de los males: los políticos buscan su propio interés por encima del bien común, el gobierno favorece a los “dueños del Perú”, los congresistas hacen leyes para beneficiar a las empresas mineras, madereras… de las que son dueños.

“Gracias a Dios que nuestro pueblo no calla porque es un pueblo digno, consciente de que la República es para todos. Y, porque desde esos movimientos que surgen por todos lados, se va generando un nuevo consenso nacional”.
Realmente la sociedad civil está generando plataformas ciudadanas que pueden ser una auténtica alternativa a los partidos políticos tradicionales, formados nomás para enriquecer a sus cuadros.

“No contribuyamos a que surja la anarquía, hagamos una autocrítica todos, incluso la dirigencia eclesial. Reconozcamos que una amplia capa de la dirigencia nacional vive de espaldas a la mayoría y solo ve su propio interés”.
También las autoridades eclesiales tienen que vigilar para no caer en la tentación del autoritarismo, el ensimismamiento y los intereses particulares.

“Nuestro pueblo percibe que son pocos los que actúan por vocación de servicio, como María, y que un espíritu mafioso se ha apoderado de nuestros corazones, dejándose llevar por la malsana tendencia mundial de la indiferencia egoísta y tiránica”.
Asu, acá más o menos llama “mafiosos” a los políticos. Realmente estamos gobernados por una coalición que Pilar arroyo califica de “autoritaria, ultraconservadora, mafiosa y corrupta”, que estos años ha destruido muchos avances en políticas públicas tan importantes como educación, salud, transporte, medio ambiente, minería, tributación, etc.

En fin… este pueblo al menos grita por sus derechos y cuestiona a sus gobernantes, y aleluya si lo puede hacer mediante la tribuna del obispo de Lima, de la Iglesia. No salgo de mi asombro ante el grado de: el deterioro social y económico del Perú; la caradura de ministros, diputados, gobernadores y alcaldes; el sufrimiento de la inmensa mayoría de la población; y el manejo de los medios de comunicación para amañar, lavar, esconder y tergiversar.

A pesar de todo amo este país: ¡viva el Perú!

martes, 29 de julio de 2025

TU HIBISCO


Mamá,
¿has visto
a tu hibisco de la playa
florecer de fuerza y hermosura?
 
Lo noto, en la mañana fresca
y salada,
desperezarse de pura y silenciosa alegría.
 
Es compañero
de la juventud adulta de tus hijos,
los sueños cristalizando,
compartidos en conversaciones nocturnas,
con el arrullo
del jazmín fragante alrededor.
 
Fiel,
el arbusto amigo,
contempla a tus nietos
en sus primeros pasos,
o por las tormentas de verano
de la adolescencia,
en los luminosos mediodías.
 
Esta flor rosada y blanca,
discreta pero poderosa
como la firma de un cuadro;
estas hojas lozanas,
esta vida siempre nueva y siempre nuestra,
el hibisco,
¿no es acaso Mamá tu sonrisa perpetua,
la huella de tu presencia
de amor y de luz para nosotros?

sábado, 26 de julio de 2025

CUANDO VOY A ORELLANA SIEMPRE PASAN COSAS

 
Tal vez por eso me guste tanto ir. Y también por las risas, bromas y buen humor que siempre disfruto en este puesto situado en la boca del Napo, donde no hay misioneros desde hace trece años, pero con un equipo de laicos que hace funcionar la misión de verdad. Me habían invitado muchas veces a la fiesta del aniversario de la parroquia, el Sagrado Corazón, y este año dije: “¡lo programo y no me lo pierdo!

Al llegar el jueves, estaban en la preparación de la gymkana, una tarde de sencillos juegos para pequeños y mayores en la puerta de la iglesia. Hacer rodar bolas sobre una mesa intentando que se queden paradas sobre unas tiras de cartulina, por ejemplo; premios: bolsa de papas, chupachups y una manzana. La recua de participantes era bien nutrida.

Otra actividad era lograr pinchar a ciegas una cartulina con el corazón de Jesús sobre un mural en el sitio correcto. Las carcajadas retumbaban por la plaza ante las intentonas de los jugadores. Y luego las adivinanzas, que dieron para constantes chanzas los días siguientes: “entra derecho y sale doblado, ¿qué es?”; o también “entra seco y sale mojado”… Las mentes sucias estaban en su salsa. Había también preguntas relativas a la festividad, por ejemplo “Nombre y apellidos de nuestro vicario, que nos visita”; las respuestas eran desternillantes: César Luna, César Vílchez, César Pérez, jeje. Los galardones para los adultos: un sobre con veinte lukitas.

¿Y de dónde salían estos dineros para las pruebas y las recompensas? Pues de las colaboraciones de la gente. Porque acá es asombroso cómo todo el mundo echa un cable para que el festejo se pueda armar, es una verdadera minga, una especie de crowdfunding amazónico. El señor Mauricio viene para conectar el motor a la red porque hará falta cuando se vaya la luz del pueblo en la noche. La municipalidad ha brindado la materia prima de los juanes, pollo y arroz, y el maíz morado para la chicha. Un profesor trae una carga de leña para cocinar. Varias personas han donado plata para los premios, otras los kekes, otras el manjar para decorarlos…

Justamente la ornamentación de la iglesia merece un comentario admirativo: ¡vaya trabajo de los dos jóvenes artistas que la obsequiaron! No cobraron nada, por supuesto, pero les llevó horas de tarea, y el resultado encantó a todo el mundo, incluido yo, porque el altar mayor quedó en puro rojiblanco... También realizaron el arreglo del santo, una fina talla del Corazón de Jesús al que le acoplaron adornos florales y unas tiras de luces led en los costados que quitaban el hipo.

El grupo de jóvenes de la parroquia tuvo un gran protagonismo en todos los actos programados y en los preparativos, que desde luego sacaron el ancho. Los chicos organizaron la gymkana, ensayaron los cantos y limpiaron el templo de arriba abajo, moviendo toditas las bancas para barrer, trapear, y lavándolas con paños mojados. Qué satisfacción verlos tan dispuestos y contentos.

Llegó la Eucaristía, el momento central, la iglesia llena. Y después la velada, que consiste en danzar ante la imagen, en una expresión corporal, comunitaria y espiritual de la veneración al patrón. Nos íbamos aventando con nuestros pañuelos, al compás de la música tradicional, y yo me sentía en paz y a gusto, y además creo que me sale cada vez mejor, ¿eh?

Las tortas estaban listas con el número 65 clavado, el cumpleaños de la parroquia, pero primero pudimos degustar los juanes: un guiso de arroz con pollo, huevos cocidos y aceitunas, envuelto en hojas de bijao y cocinado; y un buen vaso de chicha morada. Cantamos el happy birthday y después hubo casi tantas fotos como felicidad. Sobre nuestras cabezas, el tejado de la iglesia se veía flamante, recién renovado completamente gracias a la ayuda de la parroquia de Santiago, de Don Benito. ¡Gracias!

Guardo otros detalles preciosos de los tres días de visita. Me invitaron a pango para desayunar, delicioso pescado con plátano y yuca; también gocé un almuerzo a base de majás, la más fina carne de monte, no me ponen cualquier cosa. En la reunión con el equipo parroquial hablamos de que falta cerrar el techo para que no ingresen las palomas (quien quiera apoyar a esta obra, que me avise). Y hasta se dio la ocasión de conversar con un joven y sus padres acerca de su inquietud vocacional, casi nada.

Porque en Orellana pasan cosas siempre, también cuando no voy.



sábado, 19 de julio de 2025

"AGUA HASTA LAS RODILLAS" (Ez 47, 4)

 
Yanashi sufre en todas las estaciones. Cuando hay vaciante severa, el caño mengua y es obligatorio varar, hasta que se seca del todo y entonces toca nomás caminar desde el río grande, como ya conté. Pero es que cuando la creciente es media-alta, y más en años de lluvias fuertes como este, el pueblo se alaga y la vida se transforma en una práctica constante de piragüismo amazónico.

A principios de junio, cuando fui a acompañar a las hermanas MEMIs a su nuevo destino, el pueblo se encontraba completamente inundado. Únicamente lo había visto así en fotos, pero ahorita pude experimentar en primera persona lo que significa vivir rodeado de agua. Algo que puede parecer pintoresco y hasta simpático, pero que es duro, y que a mucha gente nacida acá no le gusta un pelo y trata de evitarlo como sea.

Todo el mundo va de un lado a otro en canoa, a remo. Qué tradicional y chévere, ¿no? Sí, pero tú te sientes inútil total comparado con los vecinos, que manejan el bote como quien pela pipas porque han nacido en la orilla, ese pequeño detalle. De pronto salir a la calle (perdón, al río) se convierte en una proeza o directamente en un imposible. Una mijita claustrofobia… la impresión de estar un poquillo atrapado, sí.

Y eso que no cubre mucho. El nivel del río llegó hasta más o menos mis rodillas, y en la foto se ve cómo ya había comenzado a mermar, “agua hasta las canillas” sería, entre los versículos 3 y 4 de Ez 47. El agua ingresó en la iglesia, de modo que para poder usarla armaron andamios de madera a un metro de altura, pero ese portento de ingeniería popular selvática me lo perdí. Acá el personal es experto en apañárselas para sobrevivir.


Puedes caminar por la vereda, es cierto. “Vamos a comprar huevos para el desayuno”, dijimos Gris y yo, quién dijo miedo de ese cacho charco. No es tan sencillo: tienes que ir mirando a los costados para no salirte del concreto y no meter el pie en un barro; y siempre con tiento para evitar patinar y caer, porque el agua hace que crezca esa especie de limo verdoso y resbaladizo. Además, cuando llevas cincuenta metros, los pies se te quedan fríos y el paso se te vuelve pesado, como si estuvieras subiendo un cerro de 1ª categoría del Tour de Francia.

Total, que vimos unos niños por ahí y les pedimos por favor que fueran al recado mientras nos sentábamos en el respaldo de un banco con los pies a salvo, prudentes. Al rato regresó uno de ellos, ¡corriendo por el agua con la bolsa de huevos en la mano! Diosito, me sentí más homo hábilis que en la barquita, ni un huevito se cascó, yo hubiera llevado a la casa la tortilla ya empezada… Le di dos soles de propina, poco fue.

Como saben que somos gringos y no sabemos maniobrar, nos quieren llevar a todas partes en bote. Entonces aparcan lo más cerca posible de la puerta de la casa, pero igual tienes que remangarte los pantalones y andar a pata cala hasta que llegas a la embarcación, y ahí comienzan las operaciones expertas para subir sin voltearla y botar a todos los pasajeros a una remojada.

Bromas aparte, la crecida plantea muchos problemas al devenir cotidiano, dificultando, interrumpiendo y hasta impidiendo. Los alumnos deben llegar en canoa al colegio. Muchas actividades de las tardes, como la catequesis, no han podido comenzar. Trasladar a un enfermo o a un adulto mayor es como un sudoku. Las viviendas anegan, los enseres se empapan y algunos quedan inservibles, la humedad se cuela hasta los huesos, los artefactos se malogran, el cieno se acumula, la ropa huele, los papayos se pudren desde la raíz, los cortocircuitos proliferan y los reumatismos arrecian.

Es otra modalidad de aislamiento tal vez menos cruel que la sequía implacable, porque la movilidad y el abastecimiento siguen fluyendo -nunca mejor dicho-, pero bien fregada e incómoda. No se puede salir a pasear, si acaso a nadar. Eso sí, agarras tu jabón y el baño lo tienes a la mano. Y la gente sonríe. No queda otra que aceptarlo con paciencia y acostumbrarse. Saben que esto, como todos los años y todas las circunstancias, es pasajero, y pronto podrán plantar su arroz en el bajial.

domingo, 13 de julio de 2025

EN EL 80 ANIVERSARIO DEL VICARIATO, GRATITUD A LOS MISIONEROS CANADIENSES QUE DIERON SU VIDA

El reciente viaje a Canadá tenía como objetivo, más allá de asegurar ayudas y presentar necesidades, el de visitar a los misioneros antiguos que, después de su servicio en estas tierras amazónicas, regresaron a su Quebec natal. Para mí ha sido la parte principal de la celebración del 80 aniversario de nuestro Vicariato, que se cumple justamente hoy, 13 de julio.

Solo a tres de ellos he tratado en persona acá, todavía en activo: el franciscano Jaime Lalonde, único cura que celebra con gorro en la selva, el p. Louis Castonguay y el p. Yvan Boucher. Los dos primeros estaban ya trabajando en el Vicariato ¡cuando yo nací! Al p. Jaime lo hallamos con barba y físicamente bien, pero más silencioso, más decaído y con un preocupante temblor en un brazo. El p. Louis, que vive en una residencia para sacerdotes y religiosos ancianos en Montreal, cree que está en Ottawa, alterna momentos de lucidez con galimatías comunicacionales, y amenaza con volver a la selva cualquier día.

Mención aparte merece Yvan, querido y venerado, un místico que baila, persona afable, de profunda y sencilla humanidad. Encontrarlo en su Comunidad del Desierto ha sido un gustazo. Se le ve menos flaco, pero con más dificultades para recordar, para leer… Esta comunidad es un testimonio valiente y sinodal de compromiso con los vulnerables. Acogen a personas que luchan por superar adicciones, se nutren de la Palabra, cuidan una fraternidad sólida, en la que varones y mujeres prestan por igual el servicio de la autoridad. Conocerlos en su propia casa me ha permitido seguir entendiendo y apreciando la historia y el estilo de nuestro Vicariato.

Los que son religiosos están en residencias de mayores, a menudo con alas enteras ocupadas por una congregación, e instalaciones propias. Las ursulinas nos recibieron en su sala de estar: Desneiges, Gabriela y María de las Nieves, de la que en Yanashi me han contado tantas anécdotas, que es como si la conociera. Como al p. Gastón Harvey, legendario fundador del movimiento de los animadores en Orellana e incansable navegador de las riberas de Indiana. Con él y el resto de clérigos de San Viator pasamos un rato muy agradable: Clemente Larose, párroco de Tamshiyacu tantos años, el p. André Thibault, que fue vicario general…


De pasadita dejamos un regalo conmemorativo a la superiora general de las hospitalarias de San José. Y pudimos compartir una mañana entrañable con los familiares de la hna. Imelda Lossier, brava misionera que se dejó la vida en un choque entre dos embarcaciones cerca de Iquitos en 2000. Su hermano, su cuñada y sus sobrinos se mostraron emocionados de estar con nosotros, y renovaron su compromiso con la formación de los jóvenes de Indiana a través de las becas de su fundación.

La hna. Yvonne Cormier, del Santo Rosario, “párroca” de siempre en Pebas, donde todos la recuerdan, está en plena forma y seguro que seguiría en la brecha si su congregación no se hubiera retirado por falta de personal. Los franciscanos p. Diego Lefevre y hno. Andrés Racine también se notan “tiesitos”, y con muy buen humor y amena conversación. Solo al oblato Mauricio Schroeder, sacerdote y médico en Santa Clotilde por décadas, no logramos ver.

Antes no era como ahora: los misioneros venían a la Amazonía para entregar su vida entera, con todas las consecuencias, y permanecían años y años, dejando hondas huellas. Para mí eran nombres míticos al estudiar el archivo vicarial, personajes de leyenda a quienes se dedican calles o eventos, como el Centro de Formación de animadores cristianos “Gastón Harvey”; ahora, he podido abrazar a varios de ellos, escuchar su voz, acaso impregnarme de algo de su espíritu. Todo un privilegio.

En el ocaso de sus vidas, su debilidad actual no les hace perder ni un destello de su valía y de la magnitud de lo que han conseguido. Seres humanos con todas las limitaciones, cuyas peripecias no siempre fueron perfectas, pero que, con valentía, creatividad y mucho amor a estos pueblos, escribieron una página crucial en la misión de San José del Amazonas: integraron la segunda hornada, que continuó a partir de los 70 y 80 lo que los pioneros habían iniciado.

En esta efeméride, sirvan mis sencillas palabras de homenaje nacido de la admiración y el reconocimiento leal. Tal vez solo los que ahora pisamos estos mismos barros podemos ponderar con acierto lo que estos misioneros, y otros muchos, significan para nuestro vicariato. Guardar y contemplar su memoria es una inspiración y un acicate. Como ya escribí en las bodas de brillantes, ojalá yo pueda ser digno, con la ayuda de Dios, de su legado.

sábado, 5 de julio de 2025

ENAMORADO DEL QUEBEC DE HOY


Todo está lleno de árboles, porque tienen cuidado de plantar y reforestar; por algo en la bandera de Canadá hay una hoja de arce roja. Veo barrios de viviendas bajas, limpieza y orden, autobuses escolares todos amarillos, residencias de mayores acá y allá, separación de residuos y reciclaje, carros eléctricos que cargas en tu propia cochera. Y en casa de Marie-Josée y Claude y sus alrededores, un silencio total.

Esta pareja me ha acogido en Victoriaville, nuestra primera parada en Canadá. Forman parte de la Comunidad del Desierto, de la que hablaré en la próxima entrada. Es una casa de dos pisos, con ventanas herméticas y tremendos aislamientos. Hemos venido en verano, cuando la temperatura oscila entre 11 y 28 o incluso 30 grados, pero en la temporada invernal puede llegar a 30 bajo cero. Diosito.

El nivel de vida es mejor que en Estados Unidos, me parece. No vemos muchos mendigos o transeúntes, tal vez más en Montreal y Ottawa. Sí muchos concesionarios de carros, autocaravanas, camiones, vehículos industriales y agrícolas. Hay silos de grano, bastantes factorías de leche en esta zona, y por supuesto vastos sembríos de canneberge, arándanos rojos, que se cosechan inundando los campos para que los frutos floten. En este país hay pocos pobres, variadas ayudas sociales y mucha demanda de empleo (“Nous embauchons” por todas partes).

Desde que la educación pública es aconfesional, la Iglesia católica ha ido menguando de manera drástica. No hay relevo generacional, y eso que hablamos de Quebec: pocos católicos y de edad, escasas vocaciones, cantidad de sacerdotes y religiosas ancianos, tremendos edificios históricos costosos de mantener y que suponen un considerable pasivo económico… Fuimos a la misa del domingo y concelebramos con el párroco, un hombre de mediana edad a cargo de varias poblaciones junto con otros tres curas, dos de los cuales tienen más de 80 años.

En la Eucaristía, los únicos niños y jóvenes eran inmigrantes, en este caso colombianos, con los que conversamos al final. Hay también en Canadá muchos asiáticos y africanos, pero mi impresión es que en Estados Unidos la Iglesia tiene más dinamismo, está más más rejuvenecida por la transfusión de vida multicultural. De la parroquia fuimos al almuerzo y probamos la poutine, el plato típico: patatas fritas con trozos de un queso fresco que al masticarlo hace “cuic cuic” (esa es la clave), y una salsa característica. No me lo pude acabar, y eso que era el tamaño pequeño (acá todo es XXL).

En Montreal, un mundo más urbano, empiezas a advertir muchos letreros en inglés. Pero visitando el casco antiguo te reencuentras con la raíz francesa de esta nación, especialmente con los vestigios de los misioneros que la construyeron. De hecho, su historia se representa a través de las vidrieras de la basílica de Notre-Dame, la iglesia más famosa de Canadá, una maravilla de arquitectura neogótica y originalísima policromía.

Pasamos también una jornada en Ottawa, la capital, donde ya todo está escrito en los dos idiomas, y todo el mundo habla inglés. Los edificios oficiales son mastodónticos y más al estilo británico. El parlamento me recordó al Big Ben. Yves me explicaba que es una ciudad realista, donde Carlos III es aclamado; porque, aunque Canadá es independiente, reconoce al rey de Inglaterra como Jefe de Estado (es una monarquía constitucional, igual que España) y forma parte de la Commonwealth. Lo cual ahora le viene bien para protegerse de las locuras anexionistas de Trump.

Pero lo que me ha fascinado es Quebec, ese precioso pedazo de Europa. Pasamos en ferry el San Lorenzo, desde donde comenzó todo para nuestro Vicariato. Es un río enorme y muy parecido al Amazonas: ambos parten de una anchura de un kilómetro y medio para irse expandiendo; el Amazonas gana en longitud (6.400 km frente a 1.197), pero el San Lorenzo es el estuario más grande del mundo, alcanzando entre 30 y 50 km de ancho. Acá cargó sus barcos Dámaso Laberge, soñando con la selva peruana.

Quebec me ha sabido dulce pero discreto, como la miel de arce (sirop d'érable). Acabo de despedirme y ya me gustaría volver, señal de que me ha encantado. Y además he podido comunicarme, mi francés kpayo, mal que bien, me ha servido. Merci et à tout à l'heure!

sábado, 28 de junio de 2025

ENAMORADO DE LA HISTORIA DE NUEVA FRANCIA, CUNA DE SAN JOSÉ DEL AMAZONAS

 
Me atraía conocer Canadá más que los Estados Unidos, pero no me podía figurar cuánto me iba a gustar Quebec, la región francófona del país, la cuna de nuestro Vicariato; la cultura desde la que partieron los fundadores que comenzaron a escribir esta aventura misionera, que llega ahora a los 80 años. Fue poner el pie allá y sentirme a l’aise, a gusto, cómodo, tranquilo.

Los primeros misioneros fueron quebequenses, hijos de esta provincia, que es nación reconocida como tal por Canadá en 2006, de ADN francés y católico, herederos de una fabulosa historia de conquista y después sumisión, de fe que se expande en servicio al desarrollo, de resistencia y fidelidad a unos valores humanistas y cristianos. Pasear por la ciudad de Quebec es como estar en una Francia americana, encantadora y llena de sabor, orgullosa de su raíz.

La colonia francesa se estableció con la llegada de Jacques Cartier en 1534 (Pizarro había llegado a Perú dos años antes nomás) y la fundación de Quebec por Samuel de Champlain en 1608. Poco después, en 1658, François de Laval fue nombrado vicario apostólico de la Nueva Francia. Este obispo y las congregaciones religiosas misioneras llegadas de la metrópoli resultaron claves en la construcción del país naciente y en la gestación de su identidad.

A Laval no le interesó levantar su catedral, sino que casi lo primero que creó fue el seminario, en 1663. Quería tener sacerdotes bien formados, misioneros que salieran a los lugares más alejados e ignotos del territorio. Por todas partes hicieron escuelas, puestos sanitarios, posibilitaron servicios básicos y mejor calidad de vida, pero siempre cuidando a las comunidades autóctonas, preservando sus culturas ancestrales con clarividencia y respeto.

Es increíble el papel que las religiosas jugaron en este proceso de fraguar Canadá. Visitamos el museo de las Ursulinas en Quebec y aprendimos cómo se adelantaron a su época educando a mujeres instruidas y empoderadas, fungiendo de constructoras, empresarias, promotoras de cultura, igualdad y progreso. ¡Qué personalidad la de su fundadora, María de la Encarnación! Y qué extraordinaria labor la de las misioneras, teniendo en cuenta además que eran monjas ¡de clausura! como todas en el siglo XVII…

El paralelismo con la misión de los pioneros franciscanos canadienses en nuestro Vicariato es enorme: ellos iniciaron la educación, la atención a la salud y tantos otros servicios en este rincón de la Amazonía donde el Estado peruano no había llegado en los años 50. Del San Lorenzo al Amazonas. Ahora comprendo y amo más todavía la historia de nuestra iglesia selvática, que también me cautivó desde el primer minuto. Pero sigamos con esta pequeña reseña.

En 1760 Canadá fue conquistado por los ingleses, pasando a ser colonia británica en 1763 con el Tratado de París, el mismo en el que España perdió Florida y Francia recuperó las plantaciones de caña de azúcar de la isla de Guadalupe. La ocupación trajo la expansión del inglés y la hegemonía de la cultura británica con la religión protestante. Los rasgos del Quebec francófono y católico fueron debilitándose, más aún con el impacto de la Revolución Francesa poco después, en 1789, y el posterior empuje globalizador de los EEUU hasta hoy.

Claude y Marie-Josée, que me alojaron amablemente en su casa, me decían que Quebec siempre ha resistido al invasor inglés como la aldea de Astérix. A partir de los años 60, con la “Revolución tranquila”, los quebequenses promovieron las familias numerosas y la defensa del francés, rehusando a hablar inglés; apostaron por la formación superior de cuadros dirigentes, por conservar y fomentar las tradiciones, recordando y actualizando sus fuentes europeas.

Creo que la batalla continúa, pero no puedo evitar intuir que no se puede ganar. He visto una sociedad muy envejecida, de crecimiento natural de la población negativo (mueren más personas que nacen) y el catolicismo relegado a los monumentos y los topónimos, aunque moteada de brotes de esperanza: rostros de inmigrantes jalados por el donaire de la flor de lis, como yo. Lo cuento mejor en la siguiente entrada.

sábado, 21 de junio de 2025

EL CORAZÓN CON LAS MALETAS HECHAS

 
El otro día tuve el privilegio de ser testigo de un hecho insólito: una congregación de religiosas misioneras se despide de “su” puesto de misión, donde han estado trabajando veintitrés años, para trasladarse a otro más lejano, más desafiante, más incómodo, más difícil. Por decisión propia. Guau (“interjección para expresar admiración o entusiasmo”, según la RAE).

Las protagonistas de tal resolución son las Misioneras Eucarísticas de María Inmaculada (MEMIs), que llegaron a Tamshiyacu en 2002 procedentes de Colima (México), y han escrito una bella historia de entrega, acompañamiento sencillo al pueblo, perseverancia y generosidad clarividente y sinodal. Ellas, hoy día Martha, Soledad y Griselda, han creído en los laicos, han apostado por su formación y han promovido que asuman con madurez responsabilidades importantes en la parroquia. Lo he ido apreciando en este tiempo que vengo visitando Tamshiyacu.

Las MEMIs además, por su valía, preparación, y por la proximidad geográfica con Iquitos, llevan años siendo piezas clave en tareas de coordinación vicarial. De modo que, además de la gente de Tamshiyacu, soy uno de los principales damnificados por este cambio, porque Gris y Sol son mis manos derecha e izquierda, mis pies, mi cabeza en muchos momentos… Pero ni modo. Su ADN misionero de pura cepa las impulsa a ir más allá, adonde el Espíritu les susurre.

La breve crónica de aquel 31 de mayo se puede leer acá. Para mí fue una experiencia muy luminosa. Había estado antes allí, a principios de abril, para dar la mala noticia al consejo de pastoral y en las eucaristías del domingo, y la reacción fue de sorpresa, desagrado y desolación: las hermanas se van. “¿Por qué? ¿Están molestas con algo? ¿Se cansaron? ¿Nos hemos portado mal?”. Pero luego, durante dos meses, la gente fue haciendo un proceso de encajar, comprender sus motivos y aceptar; y solo se puede recorrer ese trecho en la fe.

El día del adiós paladeamos un collage de sentimientos. Había en las hermanas y en la comunidad tristeza, ciertamente, pero también satisfacción por lo que han compartido, todo lo que han vivido juntos. Y determinación, serena pero firme. Convicción de que la llamada de Diosito está detrás de esa mudanza (nn. 89 y 318 de los Ejercicios) y, sobre todo, la contemplación, en todo su encanto y radicalidad, de la vocación misionera plasmada en estas mujeres, destellos de la vida de Jesús.

Y sí, de hecho hemos celebrado, las risas entreveradas con lágrimas. Hemos agradecido a Dios por ellas, hemos admirado cómo, tras un discernimiento honesto, han seguido la invitación a salir de su zona de confort; podían haber continuado allí donde controlan todo, donde son queridas… pero se marchan a una realidad desconocida, más necesitada, como Yanashi.

En la homilía dije que “los misioneros estamos siempre de paso y hemos de tener el corazón libre, sin apegarnos a nada ni a nadie, con la disposición de marchar adonde Jesús nos pida”. Recuerdo siempre a otra religiosa que me contaba que sus inicios en la congregación le resultaron duros, hasta el punto de que pasó meses y meses con su maleta lista bajo la cama, por si tenía que irse a su casa al toque. Quizá sea ese aspecto el que me resultó más sugerente y enriquecedor: las hermanas tienen el corazón con las maletas hechas, siempre preparadas para salir.

Es verdad que al día siguiente acarreamos bultos enormes en el traslado material, pero ellas viven una itinerancia interior, van ligeras. No significa que los misioneros no amemos ni seamos amados, por supuesto que sí; ese lindo equipaje afectivo lo llevamos con nosotros, pero no nos puede estorbar ni hacernos tropezar cuando queremos avanzar y necesitamos cambiar. A diferencia de personas cuyos amarres les hacen aferrarse a un determinado lugar, o tarea, o cargo, qué hermoso fue dejarse impactar por esa libertad de las MEMIs. “Reflectir para sacar algún provecho” (Ej 114), ojalá se me haya pegado algo.

Al final de la eucaristía, toda la comunidad parroquial envió a las hermanas (no solo las “dejó ir”), y la comunidad entera fue a la vez enviada, tomando el relevo, con más compromiso y fidelidad a la misión. Después hubo un programa, varias tortas, regalos de todo pelaje, cientos de fotos… Los discursos contuvieron palabras muy sentidas, de gratitud, de admiración. Las misioneras recibieron una catarata de cariño en sus últimas horas en Tamshiyacu. Pensé que era como el reverso de esa donación gratuita y genuina, ese ofrecer la vida sin decirlo ni darse importancia. El mejor premio del pueblo lindo, que olfatea y reconoce la autenticidad.

sábado, 14 de junio de 2025

SIERVO DE NUESTRA ALEGRÍA

 
Ha pasado un mes largo desde la elección de Robert Prevost y, ahora que veo que en RD empieza a haber noticias que no se refieren al nuevo Papa, y después de bastantes conversaciones con unos o con otros, me animo a escribir algunas impresiones sencillas acerca de estos primeros pasos de León XIV. Sin pretender darle consejos ni pedirle que haga nada; el pobre hombre ya tiene bastante encima.

La aparición en el balcón fue crucial, por las palabras y por la expresión gestual. El discurso, tan preciso, tan bien armado, con tanta intención, tan exhaustivo… me hace pensar que la noche anterior, incluso los días previos, el bueno de Mons. Robert Francis debió intuir que le podía tocar. Eso no se escribe en diez minutos, y menos bajo presión… “paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante”. Maravilla comunicacional por eficacia, impacto y concisión.

Una parte de la alocución fue en español, y dirigiéndose directamente a su diócesis de Chiclayo, en Perú. Alguien me hizo notar el otro día que Francisco, en la misma situación en 2013, no habló en español, a pesar de que era su lengua materna, y no la es de Prevost; y esto es muy relevante por la dimensión del mundo latino dentro de la Iglesia, y el especial contexto de tensión de los migrantes en USA. El Papa se mostró como un pastor genuino y como un valiente profeta, el que tenga oídos para oír que oiga.

La gesticulación fue muy contenida, discreta… pero su rostro lo revelaba todo. Un comentario en mi blog decía que “Me emocioné cuando le vi salir por primera vez al balcón. No vi un papa, vi un hombre emocionado, sencillo, humano, espiritual, sobrecogido por la nueva misión. Sí. Se le notaba un poco desbordado por las circunstancias, sin tiempo para encajar bien lo que le estaba pasando, por momentos a punto de llorar, conmovido pero determinado.

En la misa de inicio de su pontificado, el domingo 18 de mayo, León XIV se presentó como “como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría”. Me sigue iluminando esta declaración. El Papa se piensa como servidor de la alegría del pueblo, catalizador del gozo de la fe y el seguimiento de Jesús. Recuerdo aquellas primeras jornadas y descubro sorprendido que era justamente la alegría el sentimiento predominante, y lo sigue siendo hasta hoy, a pesar de que, para mucha gente, Prevost era un total desconocido.

Veamos más comentarios de mi entrada sobre el viaje en el bote que olía a chancho:
- Qué alegría tan grande. Cuánto me alegro
- Pues lo pensé, dije: A lo mejor César ha estado con él en Perú, y no me equivoqué. Qué alegría tan grande, César. Me alegro mucho por ti. Algún día podrás ir a visitarlo a Roma. Me encanta este Papa desde que lo vi salir al balcón. Me emocionó. Un abrazo
- Pensé en ti y estaba deseando que escribieras algo... qué alegría más grande que lo hayas conocido… tiene cara de muy buena persona
- Hola César, que alegría que estés tan contento. Un abrazo

Es como si, con este hombre, Diosito nos hubiera concedido lo que se pide en la cuarta semana de los Ejercicios Espirituales: “gracia para me alegrar y gozar intensamente de tanta gloria y gozo de Cristo nuestro Señor”. La felicidad más grande es cuando gozamos de la dicha del otro, como hacen los amigos verdaderos. La alegría y el gozo auténticos están descentrados, y son contagiosos, gestores de sinodalidad: el Papa León está abrumado, pero sereno y contento, y eso tiene un efecto multiplicador, todo el mundo parece estar encantado con él.

A principios de febrero de 2019 fui a Huacho, en la costa al norte de Lima, a un cursillo sobre el proceso rápido de nulidad matrimonial que el Papa Francisco estaba implantando. Había allí varios obispos, y el primer día, el seminarista que conducía el evento los iba mencionando para que los más de 200 participantes los conociéramos y saludáramos. Cuando llegó a Prevost, la aclamación fue enorme y atronadora: “¡Un aplauso para Monseñor Robert Francis!”. Se paró y saludó con la mano, esa sonrisa tímida que ahora vemos por todas partes. La gente lo quería mucho. Lo recuerdo muy bien porque me impactó.

Se me va acabando el espacio, solo añado que estoy convencido de que las reformas van a continuar y se van a profundizar, con un estilo de consolidación firme y tranquilo, como si actuara la mano izquierda de Francisco, menos espectacular y protagonista, pero más integradora. En concreto espero que se den pasos adelante con el Rito amazónico. Y un último comentario especialmente lúcido:

“Por su trayectoria, es una persona con importantes cualidades y capacidades para desempeñar este cargo. Si bien toda misión no depende de uno mismo, y se ve influenciada por la estructura en la que se contextualiza. Ojalá los corazones estén abiertos al soplo del Espíritu y no se empañen con resistencias estructurales que anclan las almas en el pasado. Pido para él que su determinación y coraje sean más fuertes que las presiones y miedos que puedan salirle al paso”.