sábado, 1 de noviembre de 2025

NO QUERIENDO DIOS I

 
Definitivamente, Soplín Vargas, en el alto Putumayo, le ha ganado a San Pablo en escenario de piñas (o sea, infortunios, gafes, desventuras en peruano) en mis viajes: retrasos, contratiempos, errores, anulaciones, averías y demás adversidades. Escribo esto desde Puerto Leguízamo -orilla colombiana- en tiempo real, porque el periplo no ha terminado y realmente ahora mismo no sabemos cuándo podremos llegar a casa.

Porque, eso sí, normalmente no me ocurre solo, esta vez me acompaña Montse, misionera laica madrileña y una de las últimas adquisiciones del Vicariato. Ya sabemos que en Soplín hay que estar preparados para que el vuelo semanal cambie de día de forma inesperada, o que haya que surcar un día entero a Gueppi para agarrar la avioneta, pero esta vez fue peor: por crisis de combustible en Petroperú, los vuelos están cancelados hasta nuevo aviso.

¿Cómo así? Si al menos nos dijeran que será posible dentro de una semana, ya estoy entrenado, pero esto… Ya: llamadas, consultas, el teléfono echa humo con el internet precario. Miramos la línea para ir por el río hasta Estrecho y salir por allá, que hay vuelos diarios; pero ni modo: el siguiente deslizador solo sale hasta dentro de ocho días… Y además tampoco hay conexión aérea Estrecho-Iquitos por lo del carburante. Entonces pensamos en dar una vueltaza: Soplín-Leguízamo-Bogotá-Leticia-Santa Rosa-Iquitos. Como en este mapa, pero por Colombia.

Qué estrés. Nos comunicamos para que la oficina del vicariato nos saque los pasajes, y sí, se logra. Tenemos pues que irnos a Leguízamo esa misma tarde, pero antes necesitamos el sello de salida del Perú. Nos dirigimos al puesto de Migraciones y… no hay nadies. Resulta que justo hoy hay relevo, y el funcionario se ha ido; solo se atenderá al público dentro de dos días, pero nosotros tenemos el pasaje a Bogotá para mañana. ¿Qué hacemos ahora? ¿Cómo nos van a dar la entrada en Colombia si no nos han dado antes la salida de Perú? ¡Hemos caído en un limbo migratorio!

Hay un rato de muchas llamadas, esperas, preguntas, consultas, con Tania que está en Medellín, con Magna, con Mirely, con la señorita Flavia de Migraciones Perú… Nos dicen del puesto fronterizo colombiano que normal nos van a registrar la entrada y salida, ya eso nos tranquiliza. Después, desde Iquitos, nos explican que más tarde tendremos que regularizar el sello que nos falta, pero que podemos viajar. Uuuuf. Hay que irse porque cierran a las 6 de la noche la oficina de Migración en Leguízamo.

Como no hallamos a Yako por teléfono, van a buscarlo y por fortuna está libre para llevarnos. Pero al llegar a Leguízamo nos enteramos que no hay energía en todo el día (hasta las 5 de la tarde) debido a reparaciones. No podemos ir por tanto a la oficina de Migración, de modo que nos vamos a pasear; conversando conversando nos viene una tromba de agua que pone en peligro que lleguemos después de las 5 y antes de las 6, hora de cierre.

Pero pasa un motocarro que nos lleva a la casa. La electricidad se restablece a las 5:40, corremos a Migraciones bajo la lluvia, llegamos a tiempo… pero nos dicen que “no hay sistema”, ayer hicieron un mantenimiento y no funciona. Puchaaaaa. ¿Y ahora? El señor lo intenta, llama a la central… pero nada. Nos vamos a cenar, regresamos, pero no hay manera. Están por ayudarnos y nos proponen que dejemos los pasaportes para seguir intentando en la noche y los recojamos a las cinco y media de la mañana, antes de ir al aeropuerto; no nos hace gracia, pero ¿qué podemos hacer?

Dormimos poco y mal. Jair el misionero de la Consolata me lleva en moto temprano y sí, han logrado colocar los sellos de entrada correctamente. Pienso que, a pesar de todas las tribulaciones, no podemos quejarnos: nos han acogido y alimentado magníficamente, contamos con múltiples ayudas a distancia, el dineral que cuestan los billetes aéreos podemos afrontarlo… No estamos tan mal.

Y así, más animaditos y después de tomar un tinto, nos encaminamos al aeropuerto a las 6 de la mañana, hora a la que nos han citado. No sabíamos la que nos esperaba, el día no había hecho más que comenzar…

(Continuará)

sábado, 25 de octubre de 2025

TEJIENDO ESPERANZAS DESDE ABAJO. IV Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña

 
Los días 22 al 24 de octubre se ha desarrollado en Lima el IV Congreso Continental de Teología Latinoamericana y Caribeña, organizado por Amerindia junto con el Instituto Bartolomé de las Casas. Ha sido una cita claramente marcada por la celebración del primer aniversario de la pascua de Gustavo Gutiérrez, el 22 de octubre de 2024.

El objetivo general era “Animar el quehacer teológico liberador en América Latina y el Caribe y en este tiempo, de modo que se torne en un dinamizador que ayude a organizar la esperanza”, claramente en línea con el jubileo que se está viviendo en la Iglesia universal.

Con casi 200 participantes llegados de todos los países de América del sur y central, el clima creado desde el primer minuto en los ambientes de la Pontificia Universidad Católica del Perú fue de gran cordialidad, acogida mutua, humor y motivación de cara al futuro.

El primer día, los ponentes Alejandro Ortiz (México), Moema Miranda (Brasil), Birgit Weiler (Perú) y Raúl Zibechi (Uruguay) situaron la coyuntura geopolítica actual construyendo, con gran lucidez, un ver centrado en el colapso socioambiental, el presente eclesial y con propuestas de resistencias desde los movimientos populares. Se agradeció y ponderó el reciente documento Dilexi te, en el que León XIV subraya la centralidad y actualidad de la opción por los pobres; recordando que la Tierra es quizá la más vulnerable hoy día.

La metodología del Congreso incluyó diferentes momentos y formas de escucha que, mediante la analogía del tejido (preparar la urdimbre, tensar los hilos, crear la trama, anudar la pasada…), trataba de ir construyendo entre todos y todas ese bordado latinoamericano, que antes otros empezaron a tejer, con diferentes colores y texturas. Cada jornada se iniciaba y se terminaba manifestando cómo se iba avanzando en ese lienzo vital.


El juzgar contó con las intervenciones de Eduardo Arens (Perú), Luiz Carlos Susin y Francisco Aquino Júnior (Brasil). Con un experto enfoque bíblico y espiritual, colocando en el centro al Jesús histórico, ayudaron a la asamblea a entrar en clave de discernir a la luz del Evangelio y de la tradición teológica latinoamericana, abordando la cuestión: ¿Qué es hacer teología de la liberación en el contexto actual?

Las llamadas a actuar trajeron propuestas concretas desde abajo, a cargo de Cristina Bove (Brasil), Rolando Pérez (Perú), Adriana Palacios (Chile), y Gabriel Herrera y Carmen Díaz (México). Experiencias protagonizadas por movimientos populares, comunidades de base, grupos de resistencia y acción… pequeños gestos que, con creatividad, abren rendijas de esperanza y cambio; y fortalecidos con la reflexión potente de Theresa Denger (El Salvador) y Pedro Trigo (Venezuela).

Un momento central del Congreso fue el homenaje a Gustavo Gutiérrez, personaje clave en el pensamiento latinoamericano del siglo XX y fundador de la Teología de la Liberación. Consistió en una mesa de intervenciones en la que diferentes personas fueron recordando y agradeciendo los jalones de la vida y obra de este sabio y humilde seguidor de Jesús. Desde Brasil Leonardo Boff, y Jon Sobrino desde El Salvador, deleitaron a los participantes con anécdotas y valoraciones llenas de afecto y admiración, al igual que el resto de panelistas. El auditorio rezumó emoción y reconocimiento al maestro.

Cada día, el grupo Bendita mezcla facilitó los espacios de espiritualidad con inspiración intercultural y sinodal. De igual manera, ofreció la cosecha diaria con gran originalidad a través del canto, la expresión corporal y el teatro. Las risas se entreveraron primorosamente con la poesía y la contemplación de los mártires latinoamericanos.

A la hora final de las concreciones, Geraldina Céspedes (República Dominicana) y Pablo Bonavía (Uruguay) animaron a mirar lejos, como decía Gustavo, y, ante una coyuntura desafiante, tejer juntos con palabras, experiencias, terquedad y memoria, la esperanza. Porque la teología ilumina la posibilidad de crear una realidad mejor en este hoy de Dios.

sábado, 18 de octubre de 2025

LOCOS DE DIOS


De nuevo en este fin del mundo tan querido: lejano, distinto y añorado. Amanece en el país kichwa lentamente, jirones de niebla van desvelando las ondas del río sereno, que apenas acaricia la playa emergente frente a mis ojos. La humedad es frondosa, como la calma; un colibrí suspendido a menos de dos metros rubrica el gozo que siento. Realmente es un fin del mundo de belleza deslumbrante.

Y a la vez es un confín duro, desafiante, dificultoso. Nada más llegar ayer, una víbora se cruzó en nuestro camino: verde, serpenteante, brillante, peligrosa. En mi conciencia los ecos del reciente libro de Javier Cercas, que quiere hablar del Papa Francisco, pero termina hablando de los misioneros, esos dementes, esos perturbados… pero ¿qué hacen en medio de esta selva estos cuatro locos que vengo a visitar?

Viven en una casa como las de la gente, de madera, techo de hoja y emponado. Solo tienen un baño y bromean acerca de quién demora más gestionando necesidades y limpiezas. Traen el agua potable en baldes que deben subir desde un manantial junto a la orilla del Napo. Racionan las baterías de los celulares porque en este pueblo solo hay cuatro horas de luz, en la noche; a duras penas conservan alimentos en un arcón y luchan sin ventiladores para combatir el calor, insoportable especialmente a las 2 de la tarde bajo el techo metálico de la capilla, donde se celebra la tantarina, el encuentro de agentes pastorales kuyllur runakuna, lideresas warmis y apus (jefes) de las comunidades.

También yo estoy ahí, sudando, abanicándome y espantando moscas que sé que provienen de la carne de majás ahumada que están preparando en la maloka que hay al costadito. Como no tienen cuarto de invitados, han separado con cortinas una parte de la sala y colocado una cama, pero la lluvia de la madrugada reveló un agujero en el irapay del tejado justo sobre mi cabeza, de modo que la gotera me despertó y tuve que emigrar. ¿Seré yo asimismo uno de estos lunáticos de Dios? En tal caso, ¿qué hacemos acá?

Durante el encuentro paso horas escuchando hablar en kichwa, tratando de seguir el hilo de las intervenciones gracias a algunas palabras que, al no existir en la lengua, surgen en castellano incrustadas dentro de ese discurso incomprensible, como resquicios o balizas de significado. En esta frontera cultural me cuentan que se trata de estar, contemplar, escuchar, aprender, permanecer, compartir. Eso es todo. No sé si satisface la profundidad indagatoria de la pregunta, pero es la respuesta de estos chiflados acerca de qué diantres pintan acá.

Son para mí días primos hermanos de las vacaciones: tranquilidad, silencio, muchas horas de sueño profundo… Como si Angoteros por sí solo pudiera exorcizar los enredos pastorales y personales, los desencuentros comunitarios, y dejar a años luz laberintos administrativos y socavones financieros que me suelen amedrentar y hasta afligir, sobre todo desde que estoy en tareas de coordinación. Cuando estoy más perdido, nada hay más efectivo como navegar dos días y “salir de la vida”, para hallarme.

Esta tantarina es especialmente deliciosa porque todo lo hacen ellos, y no me refiero a los chalados, sino a los naporunas. Ricson, Florentino, Alipio… líderes de largo recorrido y capacidad contrastada son los que llevan la voz cantante; y voz enteramente en kichwa, incluso la misa. ¿Qué hacemos acá, pues? Solo tengo que estar, dejarme llevar, no empujar, saludar, reír, mirar a los ojos.

Hacer bromas. Sale el tema de que hay kuyllur varones que no dejan participar a las mujeres en los encuentros de la misión porque son celosos; me dedico el resto de los días ya a llamar celosos a todos sin piedad. Quieren que salga en la noche cultural y les cuento una historia: el marido celoso que compró un guacamayo para que vigilase a su mujer. Las carcajadas retumban. Hablo y mi traductor, Rodil, se las ve y se las desea para encontrar las palabras y expresiones, y las risas arrecian. Eso hacemos.

También bailar. Y tomar aswa, por supuesto. Incluso durante la oración, que esta vez han preparado mientras el pate de masato pasa de mano en mano, y por tanto consiste en compartir, unidos a Pachayaya. Todo fluye con naturalidad y facilidad con esta gente desprovista de solemnidad y abundante en humor y sencillez. ¿Qué hacemos en este fin del mundo los locos de Dios, si es que yo soy uno de ellos? Fluir, ser nosotros, ser otros, respirar. Vivir.

Feliz día del DOMUND.

sábado, 11 de octubre de 2025

SER UNO DE TANTOS


Siempre me ha gustado sentirme lo que soy: una persona como otra cualquiera, sin nada especial, uno más en la cola de los pecadores, con un número de la seguridad social, como todo el mundo. Esto, que parece una obviedad, me sosiega, me centra y me hace respirar simplemente mi humanidad. Más que agradarme, es que lo necesito.

Nos formaron con la vieja táctica de sacarnos de “el mundo”, especialmente en las primeras etapas. La teología conciliar del Pueblo de Dios, con la igualdad radical de todos por el Bautismo (hace treinta años todavía no estaba de moda la palabra sinodalidad) estaba vigente pero ya en regresión; era una época claramente con muchos menos clergymans, pero seguía pesando mucho la tradición: los religiosos son “distintos”, de algún modo “mejores” o “superiores” al resto. Perdón por la crudeza, pero así era.

Por eso, cuando salí de la congregación y evolucioné a cura de pueblo, esa manera de vivir me calzó como un guante. Disfrutaba siendo vecino, que va a comprar el pan, participa en los carnavales, llora las muertes, cocina, va al bar con sus amigos, pasea y saluda a todos, porque es uno más, sin nada que lo distinga o lo segregue. Y cuando alguien me decía: “reza por mí, tú que estás más cerca de Dios”, yo le contestaba: “no es cierto, tú yo estamos a la misma distancia, porque Él está en nosotros”.

Esta sensación la disfruto en lugares de paso, en museos, bibliotecas, sitios públicos o en transportes. Según se estudia en antropología, citando a Foucault, son heterotopías, espacios excepcionales que existen fuera del orden social y territorial normal, con sus propias reglas, funciones y sentidos. Son áreas donde las identidades quedan difuminadas o integradas, que acogen la diversidad sin prejuicios ni clasificaciones, de alguna manera “no-lugares”.

Observo a las personas en el aeropuerto, durante la cola del control de seguridad. Es increíble la multiplicidad de razas, colores, peinados, atuendos, idiomas, expresiones, hasta olores. Cada viajero es diferente, único e irrepetible. Todo está mezclado, pero la corriente humana obedece a unas normas, porque estamos en un mundo peculiar dentro del mundo, y por eso acá todos somos iguales: el escáner, el pase de abordar, los números de puerta…

Y yo, uno más entre ellos. Con mi cultura, con mis afanes y mis esperanzas, como todos. Sin cargos, particularidades o importancias; con la jerarquía puesta en modo avión, porque acá no hay “el sacerdote”, o el encargado de esto o responsable de lo otro, sino solo un hombre con una mochila en tránsito hacia su destino. No me quiero poner distintivos, no deseo que me reconozcan o me señalen, para bien o para mal, sin eventuales ventajas o incomodidades. Descanso al pasar desapercibido, disuelto en la masa, perdido plácidamente en el anonimato.

Ahora estoy en el ponguero, el colectivo que surca el Amazonas de Indiana a Iquitos, una especie de autobús del río. Los asientos son dos largas bancas fijadas longitudinalmente a las bordas del bote, de manera que los pasajeros vamos colocados unos frente a otros, y es inevitable mirarse. Toda la gente de hoy es de raza amazónica, la piel oscura, el cabello y los ojos negros, la estatura baja, las piernas fuertes. Hay muchos niños, y varios bebés; uno llora, y su mamá inmediatamente saca la teta y se la embroca.

Acá se me nota mucho más singular, soy un gringo, o sea blanco, y además, pelacho. Contemplo sereno a mis compañeros de travesía, y me imagino los problemas de cada cual: la señora de mi costado, el joven con los audífonos… Voy con mi carga de preocupaciones, trabajo amontonado, enredos y sinsabores propios del día a día; pero cada cual tiene los suyos, nadie está libre, en eso sí que somos igualitos, y me conforta sentirme parte del conjunto, sin desentonar, también uno más.

En el ponguero o en el aeropuerto el tiempo tradicional se rompe o se "acumula" curiosamente. Se dilata, pero vamos chismeando quién sube en cada parada. Y de pronto ahí está el puente Nanay, y el cobrador pasa recogiendo los quince soles. Todos igual, ya llegamos, sonrío como todos, hay unos pollos en el piso, junto a unas piñas de plátanos, que sorteo como "uno de tantos" (Fil 2, 6-11). Qué alegría.

sábado, 4 de octubre de 2025

EL AGUA HA HABLADO

 
Todo ha sido vibrante en la Cumbre Amazónica del Agua, que se ha celebrado en Iquitos los días 1 al 3 de octubre. A todos nos abrazaba la sensación, como una amable nube de niebla, de que estábamos viviendo algo histórico. La energía que ha circulado se recargaba con las intervenciones, los gestos, las imágenes, los personajes, hasta desembocar en una rotunda expresión de vida compartida.

Los seres humanos somos agua hasta en un 70 %. En este encuentro, el agua que está en nosotros, el agua que somos todos los presentes allí, se ha juntado para hablar, para denunciar, para susurrarnos a nosotros mismos, para gritar al mundo. Porque, aunque el agua está tan agredida “que ya no canta”, como dice Serrat, sí que habla. ¿Y qué ha dicho?

Soy un sujeto,
    un tú, interlocutor.
No soy un “recurso”, algo con lo que comerciar,
    una veta para la codicia, una mercancía. No.

Soy sagrada, el fluido divino,
    la fórmula de la vida
    el secreto del futuro.

Tengo derechos. Y por tanto ustedes, los hombres y mujeres,
tienen serios deberes para conmigo.
 
Me duele oler mal, ser veneno,
    ser causa de muerte y no de vida,
    ser fuente de conflictos…
Me aflige que me hayan quitado mi color azul.
 
Únanse, escúchense, dialoguen,
busquen a otros para luchar,
    reconociéndose todos como parte del Agua global.
 
Y recuerden que yo me muevo,
que si me estanco me pudro y emponzoño,
    así que se tienen que poner en marcha
    con creatividad,
    con firmeza,
    con tenacidad,
 
para que todos puedan ser manantiales que broten “hasta la vida eterna” (Jn 4, 14),
todos puedan vivir con salud, en armonía
              y felicidad.
              Especialmente los más pequeños y vulnerables.
 
Estos son solo algunos apuntes de todo lo que el agua ha expresado estos días; se manifestó de manera muy clara a través del relator de Naciones Unidas Pedro Arrojo, de los representantes de los pueblos indígenas, de los obispos participantes, y de muchos activistas, no todos católicos, que llevan años jugándose la vida en la defensa del agua.

El cardenal Pedro Barreto, en la Eucaristía de clausura, conectó las inspiraciones de la Cumbre con el recorrido histórico de la Iglesia en la Amazonía desde Aparecida y en los últimos 11 años, descubriendo cómo remar a favor del agua y los derechos humanos nos ayuda a forjar la sinodalidad y a caminar en la ruta de los sueños de Francisco. Él rebautizó el lema del evento: “Somos Iglesia, somos agua, somos vida, somos esperanza en acción”.


sábado, 27 de septiembre de 2025

DIOS SIEMPRE ES "RE-"


En el taller-retiro de misioneros, cada día comenzaba con un espacio de silencio que se extendía durante el desayuno y las tareas de limpieza, hasta el comienzo del trabajo a las 8. Para ayudar y conectar con lo que se estaba proponiendo, se daban unos breves puntos a las 6:30. Una de las mañanas me tocó a mí, y esto fue lo que ofrecí, por si sirve.

Puntos para meditar la sinodalidad

Me siento con la espalda recta y me voy relajando haciendo una serie de respiraciones abdominales, profundas, notando cómo el aire me llena por completo. Así me sereno y me centro, considerando “adónde voy y a qué” (Ej 239).

Notando cómo Dios me mira (Ej 75), cruzo la mirada con Él. Miro que me mira con amor y humildad.

La historia es el relato de los discípulos de Emaús: Lc 24, 13-35


1) Las rodillas duelen

Cuando nos sentamos en el grupiño, las rodillas que chocan, duelen. Están operadas, desgastadas, fatigadas.
La sinodalidad implica tomar en serio la igualdad radical de todos nosotros por el Bautismo, pero hay otra igualdad también constitutiva y esencial: la que nos coloca en la cola de los pecadores, junto a Jesús en su Bautismo.
Sinodalidad es caminar juntos, uno al costado del otro, mirar en la misma dirección, como estos dos amigos; pero también los codos se rozan, y, por el sendero, nos hacemos daño…
Es la sinodalidad una bella palabra, pero duele; no le sale de fondo una música de violines, sino que exige integrar diferencias, activar la acogida, alzar la comprensión mutua.
Y eso es difícil y trabajoso, cuesta, pasa obligadamente por el perdón.

_ Considero lo duro de la ruta, el cansancio y las ganas de renunciar, como estaban haciendo aquellos dos.


2) Siempre podemos reconocer a Jesús en el otro

Necesitamos para ello abrir los ojos interiores, y nunca lo logramos plenamente, es un proceso en el claroscuro de la fe.
Jesús se les acerca y, a pesar de que no lo identifican, Él lidera.
Explica la Palabra, enseña…
El big bang de la la sinodalidad es la escucha; la escucha del otro; la escucha de Jesús en el otro.
Solo así arde el corazón.

_ Traigo a la memoria rostros y palabras, momentos en los que ahora reconozco que Jesús me hablaba.


3) Pasar de “nosotros y ellos” a solo “nosotros”
 
El grupo de se había roto… “Nosotros esperábamos”, “unas mujeres de nuestro grupo”…
Están decepcionados, desconcertados, y se han separado de sus compañeros; vuelven a casa, el sueño de Jesús ha terminado, “ellos” se quedaron en Jerusalén.
Cuando conocemos a Jesús, nos vamos re-conociendo en nuestras heridas, nuestra común vulnerabilidad.
Dios siempre es re-: reconstruye, recupera, re-envía (como a Pedro, al que Jesús le confía la misma misión para la que había demostrado que no valía), regala, reúne, reforma, re-nueva… pon más verbos.
Para Él, “ahora es siempre todavía”, como dice Machado.
Porque Dios es el Dios del futuro: ya no mira lo que hemos hecho, está atento a lo que haremos.

_ Recuerdo, siento y gusto los per-dones (regalos excesivos, inmerecidos) que he recibido de Dios, y me abro con agradecimiento y humildad a mi próximo paso posible en el camino de la sinodalidad.

sábado, 20 de septiembre de 2025

LOS PUEBLOS ORIGINARIOS, PROTAGONISTAS DE LA MISIÓN


Testimonio de Verónica Rubí, misionera en la triple frontera Perú-Colombia-Brasil, territorio del pueblo tikuna.

La comunidad Magüta (comúnmente llamada tikuna) es una de las etnias originarias de esta zona de la triple frontera. Están asentados en los tres países: Colombia, Perú y Brasil. Tienen una cosmovisión muy bonita, de una estrecha relación con todo lo creado, una lengua que van revalorizando, y un gran sentido de la hermandad.

Verónica Rubí, actualmente misionera en Caballo Cocha, vivió durante 4 años en Umariaçú, del lado brasileño, inserta en una comunidad tikuna, donde compartió vida y fe de modo muy intenso.

En esos años se gestaron diferentes proyectos de formación y acompañamiento de estas comunidades, entre los que se destaca el Proyecto Iglesia Sinodal con Rostro Magüta, con la invalorable colaboración económica de Porticus, que permitió un fuerte impulso pastoral y de capacitación de líderes.

Aquí en Perú, la mayoría de las comunidades tikunas pertenecen a Iglesias evangélicas, los católicos son pocos y con escasa animación. A nuestro equipo misionero le pareció una buena idea que los mismos tikunas de Brasil pudieran hacer una misión de unos días en un poblado que pertenece a nuestra parroquia, llamado San José de Yanayacu. Nueve misioneros tikuna (adultos y jóvenes) viajaron surcando el Amazonas para encontrar a sus hermanos. Fueron acompañados, de parte de nuestro equipo, por Verónica y la hna. Marisol, y también estuvo presente el padre Ferney, sacerdote colombiano de origen tikuna.


El objetivo de la misión fue compartir la vida y la fe. No se había previsto la celebración de sacramentos, sino más bien espacios de intercambio fraterno y evangelizador.

Desde el comienzo se generó un hermoso espacio compartido con la comunidad de San José. Los misioneros fueron acogidos con calidez, y la comunidad local se sintió cómoda con su visita. Participaron de las actividades propuestas con alegría y sencillez.

Ellos mismos alentaron que hubiera espacios de catequesis, celebración eucarística y solicitaron la preparación al Bautismo de varios niños de la comunidad.

Todo fue transcurriendo en un marco de profundo respeto ecuménico y honda comunión en la hermandad tikuna. Fue una misión hecha en su misma lengua, con sus cantos, sus símbolos y experiencias, lo cual se vivió como una auténtica experiencia del Espíritu que traspasa fronteras.

Al final de los cinco días de misión, queda la gratitud por todo lo vivido, y también el desafío de profundizar el acompañamiento pastoral de la comunidad de San José de Yanayacu, especialmente apostando a la formación de algunos catequistas de la misma comunidad.

Lo positivo de la experiencia nos hace pensar que, también, es posible replicar esta experiencia de misión en otras comunidades tikuna de nuestra región, con características similares.

Verónica Rubí
Misionera laica en Caballo Cocha
Vicariato Apostólico San José del Amazonas (Perú)

sábado, 13 de septiembre de 2025

EL AGUA DE LOS RÍOS AMAZÓNICOS ES UN VENENO

 
Un reciente estudio caracteriza con datos científicos la alarmante contaminación por mercurio de los ríos de la Amazonía peruana debido a la proliferación abusiva e incontrolada de la minería ilegal. Se lo he escuchado a la gente muchas veces: “el agua del río es una cochinada”. Ya no es solo que está sucia: es escasa y tóxica. Poco a poco la ambición y la estupidez del ser humano están convirtiendo el elemento esencial para la vida en un tóxico letal.

La investigación, cuyo fruto lleva por título “Mercurio en Loreto: exposición humana y en peces en el contexto de la expansión mineraamazónica”, analizó muestras de cabello humano, peces y sedimentos en tres comunidades del Bajo Putumayo, y comparó los resultados con los datos reportados en seis comunidades de la cuenca del Nanay-Pintuyacu.

El Bajo Putumayo presenta un valor medio de mercurio en cabello humano de 15.67 mg/kg, casi el doble de lo registrado en Nanay-Pintuyacu (8.41 mg/kg). Si consideramos que el límite de referencia de la OMS es de 2.2 mg/kg, resulta que en el Putumayo es 7 veces más alto de media, y hasta 22 veces en las mediciones más elevadas. Una auténtica barbaridad. Ya teníamos en el Vicariato datos de un estudio realizado en el río Napo en el año 2011, que arrojó una tasa de mercurio que multiplicaba por 5 los estándares de la OMS; catorce años después, la situación ha empeorado.

El 83 % de personas evaluadas en el Bajo Putumayo presenta niveles de riesgo alto para la salud, y este es el resultado más elevado jamás registrado en la región Loreto. En esta cuenca, el 97 % de la población estudiada evidencia exposición crónica; en el Nanay-Pintuyacu es del 96 %. Está demostrado que la exposición prolongada a metales pesados provoca daños en órganos como el hígado y los riñones, problemas neurológicos, cardíacos y gastrointestinales, y aumenta el riesgo de cáncer. En niños puede producir bajo peso, retraso en el desarrollo, problemas cognitivos y daños cerebrales.


Para los habitantes de la ribera, el agua es la misma vida. La usan para beber, para cocinar, para lavar… Desde que nacen viven en el río, su cultura es la canoa, la pesca, la cocha, el baño. Dependen absolutamente del agua, y el agua se está tornando un veneno que mata, que ya está sembrando los ríos de enfermos y de cadáveres, y que compromete seriamente el futuro: el 81 % de las mujeres en edad reproductiva en el Bajo Putumayo y el 35 % en el Nanay-Pintuyacu están en condiciones de alto riesgo, lo que podría derivar en daños neurológicos irreversibles en el desarrollo fetal y otros efectos materno-infantiles.

¿Por qué ocurre esto? Por los intereses depredadores de los mineros, protegidos por leyes y normativas que emiten sus compadres dentro del Congreso de la República. Y por la complicidad e inacción del Estado, comentadas días atrás en una entrevista por el obispo de Iquitos, Miguel Ángel Cadenas: “No me creo que no haya plata… lo que ocurre es que conscientemente no quieren dedicarla a aquello que es absolutamente necesario para proteger a la población” aseguró ante la excusa de que los exámenes médicos son altamente costosos.

A pesar de las denuncias y movilizaciones, Mons. Miguel Ángel decía que “el número de dragas ha seguido creciendo, ya que las embarcaciones ingresan tanqueadas al 100% con combustible”, lo que alimenta la expansión de la minería ilegal en la Amazonía. Pero, además, este negocio ilícito viene acompañado de una serie de problema sociales, pues convive con mafias dedicadas a la trata de personas, explotación sexual, trabajo infantil, trabajo esclavo, lavado de dinero y tráfico de armas. Estos grupos criminales campan a sus anchas en territorios “liberados” del control del Estado, como nuestra selva.

En fin, un horror… Escribo esto con la esperanza de que divulgarlo sirva para algo. Al menos para que como Iglesia pongamos decididamente manos a la obra en la defensa de la vida de nuestros pueblos. Porque creo que, en este y otros asuntos realmente graves, tenemos que aplicarnos lo de San Francisco: “Comencemos, hermanos, a servir al Señor, porque hasta ahora poco o nada hemos hecho”.

sábado, 6 de septiembre de 2025

“EL CADAVER ECHÓSE A ANDAR”. SEMANA SOCIAL DE LA IGLESIA PERUANA 2025

 
Fue una Semana Social tan alegre, que creo que es la mejor noticia para la Iglesia peruana en 2025, después del nombramiento de León XIV. En Lima hubo una florida representación de todos, todos, todos: por un lado, un fértil diálogo intergeneracional entre los jóvenes y los clásicos, la savia nueva y los “viejos rockeros” de la Pastoral Social, que nos ofrecían la referencia de las citas históricas anteriores; de otra parte, un sentarse juntos a escucharse de la Iglesia institucional y las bases, varios obispos y los luchadores, algunos con muchas horas de vuelo y cicatrices.

La metodología, inductiva y sinodal, del ver-discernir-actuar, permitió hacer visibles y manejar los análisis gruesos de la situación de nuestro país y las grandes causas: la crisis climática sin retorno, el deterioro de la democracia, la liquidación práctica de la separación de poderes, las violaciones de los derechos humanos, la pobreza rampante, la minería ilegal, la modificación de la Ley Forestal… La Amazonía fue puesta desde el inicio en el foco, por actualidad y por justicia.

Carlos Castillo, Pedro Barreto, Rosa María Palacios, Jorge Izaguirre… compusieron el cartel de rostros y nombres prestigiosos, junto con Yolanda Flores y José Manuyama. Ellos prendieron los lemas, las consignas, las palabras potentes heredadas del ingenio de Francisco: caminar juntos, cultura del cuidado, todo está conectado, el bien común, la escucha, la fuerza de la ternura… La circulación de estos valores, motivos y propósitos, que pasan de mano en mano y de corazón a corazón, nos otorga identidad, aúna voluntades, enfoca aspiraciones y crea sinergias. Lo hemos sentido de modo muy estimulante.

Algunos peros: a pesar de que estaba concebida como un espacio de diálogo y propuestas en medio de la crisis sociopolítica que atraviesa el Perú de cara a las elecciones del año próximo, lo cierto es que la cantidad y dispersión de los argumentos no ayudó a focalizar claramente el tema. Solo Rosa María Palacios habló de la coyuntura pre-electoral más decididamente, pero seguimos necesitando una palabra enérgica y clara para sumar al discernimiento de los católicos. Además, lo numeroso de los grupos de trabajo, y la propuesta de elaborar las conclusiones de los diálogos con creatividad y arte, tal vez restó profundidad a las reflexiones.

Con todo, las sensaciones fueron muy positivas, las sonrisas se mostraron ostensibles y abiertas, el ambiente teñido de buen humor y la comida excelente. Creo que todos los participantes salimos de CEFOSA con mociones muy claras de continuar, comprometernos más y construir esperanza profética con valentía y resolución.

Una manera divertida de incidir fue el pasacalle: protesta y reivindicación acompañada por una magnífica batucada; se nota que quien ha escrito que fue una “triste” semana social no vivió ese momento tan significativo. Allí estábamos toditos: paso de relevo alegre y sinodal, recoger la tradición de las semanas sociales y lanzarla hacia adelante. El cadáver está muy vivo, como reseñó Alfredo Vizcarra en el mensaje final, glosando a César Vallejo, palabras plenas de contenido y mirada al futuro.

Finalmente, gracias a los organizadores en algunos nombres propios: Silvia Cáceres, Silvia Alayo, Glafira Jiménez, Javier Jahncke, Enrique Gonzáles y otros muchos. Ojalá en lo sucesivo se sumen más entidades eclesiales para seguir caminando y empujando juntos.

(Publicado en la revista Signos, del Instrituto Bartolomé de Las Casas - Lima)

sábado, 30 de agosto de 2025

INMORAL LEY DE AMNISTÍA EN PERÚ


Seguro que a Pilar Arroyo no le importa que yo reproduzca en parte y parafrasee su artículo de Coyuntura de este mes de agosto 2025, que se puede leer completo acá. Lo que yo quiero decir, ella lo dice mucho mejor.

Un buen ejemplo para entender lo que está ocurriendo en Perú se dio el 13 de agosto: la presidenta Dina Boluarte promulgó una infame y vergonzosa ley que otorga amnistía a los miembros de las fuerzas de seguridad y de los comités de autodefensa por crímenes graves contra los derechos humanos cometidos durante el conflicto armado interno, entre 1980 y 2000. De este modo la coalición gobernante ha seguido avanzando en sus objetivos de control de las instituciones e impunidad para delincuentes y violadores de los derechos humanos.

La norma fue promulgada con amplia fanfarria en Palacio de Gobierno, ignorando el pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de que el Ejecutivo observara la ley enviada por el Congreso (…). En Palacio se dieron un gran abrazo Dina Boluarte y el General Rivera Lazo, condenado a 25 años de prisión por haber sido el jefe directo del Grupo Colina*.

Esta ley concede amnistía a miembros de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y a miembros de los Comités de Autodefensa que participaron en la lucha contra el terrorismo y fueron denunciados, investigados o procesados por diversos delitos considerados de lesa humanidad. Su aplicación anula 156 sentencias y 600 procesos en curso, beneficiando entre 300 a 900 policías, militares y miembros de los comités (se han dado ambas cifras), envueltos en 756 casos de graves violaciones a los derechos humanos durante la época de la violencia política que azotó al país.

Inmediatamente después de la ceremonia de promulgación en Palacio, Fernando Rospigliosi declaró que darán una similar para Dina y demás responsables de los 49 asesinados en las protestas de diciembre 2022 e inicios del 2023.

Numerosas organizaciones nacionales e internacionales han manifestado su condena a dicha norma; citamos aquí lo dicho por Volker Turk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos:
“La ley de amnistía promulgada en Perú viola los estándares internacionales y es un retroceso en la búsqueda de justicia por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante el conflicto armado interno en el país. El derecho internacional, al que está obligado Perú prohíbe claramente las amnistías y la prescripción de graves violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario” (negritas del original).

En las Conclusiones del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), tan vilipendiada por el sector partidario de esta amnistía, cuando se refiere a la labor de las fuerzas armadas, se afirma:
“En ciertos lugares y momentos del conflicto la actuación de sus miembros no sólo involucró algunos excesos individuales de oficiales o personal de tropa, sino también prácticas generalizadas y/o sistemáticas de violaciones de los derechos humanos que constituyen crímenes de lesa humanidad así como transgresiones de normas del Derecho Internacional Humanitario” (Conclusión n. 55).

Esta afirmación fue claramente demostrada en los casos emblemáticos de las masacres de Cayara (donde infantes de Marina drogados violaron a las mujeres antes de matarlas), Putis, Los Cabitos (sede del Comando Político Militar de Ayacucho) y Umasi (1983); todos ellos en Ayacucho. También en el caso de Barrios Altos en Lima (donde fueron asesinados heladeros que hacían una pollada que nada tenían que ver con Sendero Luminoso, entre ellos un niño de 9 años); y también, una vez más, en el juicio a los responsables de las violaciones masivas a mujeres en Manta y Vilca; así como muchos otros casos más.

Por otro lado, las declaraciones del ex teniente Telmo Hurtado, en 1985, en el juicio que se le siguió por la masacre de 69 comuneros de Accomarca (26 de ellos niños), dejaron en claro que los superiores permitieron una política de exterminio contra campesinos inocentes, entre ellos niños y ancianos. Ello fue corroborado por el entonces candidato presidencial Ollanta Humala, quien señaló que el Manual de Contrainsurgencia ME 41-7 ordenaba matar a jefes y a quienes se considerara colaboradores de la insurgencia, aunque no estuvieran armados.

La actuación de la coalición autoritaria, ultraconservadora y mafiosa que gobierna Perú ha demostrado hasta la saciedad que no los guía la búsqueda del bien común, sino sus particulares, criminales y oscuros intereses.


* El Grupo Colina fue un destacamento de inteligencia y escuadrón de la muerte del ejército peruano establecido en octubre de 1991 como parte de una estrategia de guerra de baja intensidad emprendida por el Estado a través de sus fuerzas armadas durante el gobierno de Alberto Fujimori. Fue desactivado oficialmente en noviembre de 1992 y dado a conocer públicamente en 1993. Dependía del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) directamente, y, a través de una cadena de mando paralela, del Comandante General del Ejército y del asesor presidencial Vladimiro Montesinos.
El grupo Colina participó en los asesinatos y desapariciones de al menos cuarenta y nueve personas, mediante sistemáticas violaciones a los derechos humanos, siendo las más destacadas las masacres de Barrios Altos y La Cantuta.
Durante los procesos de Alberto Fujimori, el expresidente fue condenado por su responsabilidad mediata de las actividades de este destacamento, al igual que el exasesor presidencial Vladimiro Montesinos. Los miembros del escuadrón fueron condenados a penas entre quince y veinticinco años de prisión.

sábado, 23 de agosto de 2025

UN RÍO DE JÓVENES EN CRECIENTE

 
- “¡Y ahora, vamos a armar por grupos una torre humana, y la más alta será el grupo ganador!” (aplausos)
- “Padre, tú que eres grande te colocas abajo, con los varones”.
- “¡Eso, y las chicas que se suban encima!”.
😨 Diosito – pensé yo. Estos huambros creen que uno tiene 18 años…

La torre humana me jundió la espalda, pero es que después hubo que formar una especie de oruga gigante, todos sentados, y ahí te pateaban feo los riñones. Y lo peor fue el juego de hacer una fila con las piernas abiertas e ir pasando por debajo… arrastrarse entre las piernas de una adolescente como Anahí, por ejemplo, que medirá 1,50 m, me arrasó las rodillas… todavía no sé cómo fui capaz. Bienvenidos al encuentro vicarial de jóvenes.

¿Cómo no voy a disfrutar de tres días en medio de un río de 80 chicos y chicas llegados de 13 puestos de misión del Vicariato? No sería yo mismo. Y supongo que se me nota por la cantidad de tonteras, bromas, risas y chorradas que digo, me la paso fastidiando a todo el mundo. He contado esta experiencia tantas veces, que los lectores se van a cansar y creo que ya voy a ir cerrando este blog: con los jóvenes todo coincide, todo cuadra, ahí es… Para mí, una transfusión de energía, optimismo y esperanza.

Esta vez, Vero y Juancho han desarrollado un taller con enfoque y metodología totalmente experienciales, una maravilla (¡gracias!). Nos invitaron a los “adultos” a no quedarnos fuera, a involucrarnos y participar plenamente de cada momento, a hacer lo mismo que los muchachos. Y qué hermosura, de veras. Una de las técnicas nos regresaba al vientre de nuestra mamá; teníamos los ojos vendados, la música y la voz nos guiaban.

Cuando los chicos compartieron lo que habían vivido, escuchamos auténticos tesoros:
- “Me he reconocido”.
- “Me he encontrado conmigo mismo”.
- “He sentido cuánto valgo”.

También yo me reconocí entre ellos, me sentía profundamente “yo mismo”, y como ligero, prístino, conectado con mi raíz, desembarazado de las porquerías que acumulamos los “adultos”, que nos disputamos parcelas de poder, o defendemos con uñas y dientes nuestros intereses…


Las fotos me recuerdan momentos de compartir a corazón abierto sentimientos, conmociones y vivencias pasadas que las distintas técnicas removían en los adolescentes. Un chaval de mi grupo comenzó a llorar sin poder contenerse, y se dieron varios casos similares. Las familias están a menudo desestructuradas, los hijos no reciben la atención que necesitan, hay muchos abusos y ausencias, y las heridas emocionales son sangrantes.

Atreverse a soñar grande; crecer como personas, y para ello sanar lo que duele, identificar y emprender tareas de maduración; creer escuchando el Evangelio, tras los pasos de Jesús; servir, descubriendo el sueño de Dios y respondiendo a su llamado. Más o menos así fue el esquema de “vocación” que se fue desplegando en actividades de silencio e interiorización, diálogo en los grupos de vida, expresión corporal y artística, cantos, dramatizaciones… Beleza, dicen los brasileros.

Un par de días no hubo “misa” como tal (lo cual acarreó alguna protesta), pero sí celebraciones engastadas en las tareas, y en la noche, la fiesta de la vida: traer lo cosechado durante la jornada e hilar reflexión y Palabra con música, baile y expansión. No solo no es imposible, sino que resultó sencillo y natural para los muchachos, además de innovador e inspirador.

Y al final, el envío: la maloka se iluminó de deseos y horizontes, siempre puros y amplios, siempre más allá. Los jóvenes están en época de creciente en nuestro Vicariato: llenan, alegran y fertilizan la misión. Sacuden y despiertan a nuestra pequeña iglesia amazónica, y le otorgan lozanía y empuje. ¡Gracias jóvenes!




sábado, 16 de agosto de 2025

SINODALIDAD-RECONCILIADORA


Con guion, ¿eh? Porque nunca se puede separar un eslabón del otro, especialmente cuando hay conflictos. Y siempre los hay. Además, si pudiéramos acercarnos con un microscópico electrónico de transmisión, de esos que se utilizar para ver dentro de las células, descubriríamos que el guión es en realidad una palabra: discernimiento.

Como la confianza es algo que se contagia a través del fluido de la amistad, resulta que Fernando López, gran jesuita miembro del Equipo Itinerante y gran amigo, me habló de su hermano Elías López, gran jesuita colaborador nada menos que del cardenal Grech, el secretario general del Sínodo de los Obispos. Desde allá se están poniendo en marcha equipos dinamizadores de la fase de implementación del sínodo de la sinodalidad, y uno de ellos es este, donde trabajan Elías y su compañero Javier Bernabéu.

Ambos se plantaron en Indiana, después de semanas de preparación via zoom, y nos sorprendieron a todos los misioneros con una especie de taller-retiro muy diferente a lo que veníamos haciendo los años anteriores. Siempre con el telón de fondo de los Ejercicios ignacianos, y la inspiración de las Escuelas de perdón y reconciliación (ESPERE), nos han hecho vivir una experiencia inolvidable a través de la comunicación sincera y profunda mediante las herramientas que nos han enseñado.

La primera de ellas, “el paso atrás”, es el examen ignaciano bien entendido: escuchar nuestro cuerpo, donde se registran y ubican las emociones, situados lúcidamente en nuestro contexto, para captar e interpretar las inspiraciones del Espíritu, el lenguaje divino. La plastilina nos ha ayudado a expresarlo de forma creativa. Las mociones son energía que nos impulsa a la acción en la dirección del querer de Dios.

“Liderazgo de discernimiento para la sinodalidad-reconciliadora”, este era el título de las jornadas. Liderazgo no es “ser jefe”, liderazgo significa cambio (la primera en la frente). Y se ejerce entre todos, es siempre liderazgo compartido; por tanto, el liderazgo es un proceso comunitario de cambio compartido.

La autoridad juega un papel en el liderazgo, y tiene que ver con la autenticidad, que implica intuición (sensibilidad tras muchas horas de vuelo, escuchar lo silencioso, ver lo invisible), empatía dura (no solo “pobrecito” y pasar la mano, sino “¿por dónde crees que es el siguiente paso posible?”), mi valor añadido (reconocer asertivamente mis talentos y ponerlos al servicio) y saber mostrar de forma sana la propia vulnerabilidad (heridas, miedos, ignorancias… abrir el corazón).

Es liderazgo de discernimiento, es decir, un proceso de escucha del Espíritu, de analizar, entender y contrastar las mociones en orden al cambio. Si no hay discernimiento, se gestiona a las personas. Dios no elige a los capacitados, sino que capacita a los que elige. Necesitamos elevar el nivel de conciencia de la comunidad, el tono espiritual. Si no somos expertos en cuidar la Luz, no tenemos nada que añadir como Iglesia al mundo.

La segunda herramienta, la conversación espiritual en los círculos de escucha, fue el eje sobre el que giró la metodología de la última Asamblea Sinodal. Hemos trabajado en pequeños grupiños, sentados bien cerca, con las rodillas chocando. El modo y orden es así: se plantea la cuestión que se va a tratar, hay un silencio en el que cada cual discierne, y después una rueda en la que todos vamos interviniendo sin que haya diálogo, ni debate, ni réplica, solo escucha abierta y vulnerable. Cuando uno habla, hay que salvar siempre su intención positiva: no puede haber “sí, pero…”. Lo hicimos con una o más rondas, en alguna se permitían más intercambios libres, y al final, después de un último “paso atrás”, siempre compartíamos a qué me está llamando Dios, a qué actuar me lleva.

Todo esto para la construir la sinodalidad. Cómo manejar las polarizaciones, tensiones y divisiones con los pies en el suelo (con-suelo, consolación) eligiendo transformar los conflictos – no resolverlos – sin violencia. Eso supone estar conectados con la Fuente, dejarnos perdonar (“per-don”, regalo excesivo), entregar al Señor mi incapacidad para perdonar, convencidos de que la herida no tiene la última palabra, y buscando con humildad y mansedumbre el próximo paso posible.

Porque “la inteligencia no está entre las orejas, sino entre las narices”: es relacional. Y la sinodalidad es co-creada y discernida en la ternura. Y Elías y Javi son geniales.

sábado, 9 de agosto de 2025

ENTREGA DE REMO EN ANGOTEROS

 
Fueron cuarenta bautizos, ¡cuarenta! Por tanto, fiesta gorda para los kichwas, masato a raudales, la iglesia a rebosar, las warmis con sus mejores galas… Pero también ocasión única porque se despedía pani Domi, Pishcu Chaqui, después de 9 años de compartir la vida con este pueblo. Como es natural, allá me embroqué para vivir ese acontecimiento.

Dominik es una habitual de este blog, protagonista de varias aventuras, inspiración de mi vocación misionera, modelo de amor por este pueblo y persona clave en mi discernimiento para venir al Vicariato. No podía dejar de estar con ella en este momento; primero porque la quiero, y después como representación del obispo, como reconocimiento oficial de su labor y entrega en Angoteros. Así lo declaré cuando me tocó decir unas palabras.

El día comenzó preparando un shunto de sándwiches de atún, pancitos de mantequilla y mermelada, decenas de bolsitas llenas de canchita, galletas y caramelos, junto con varios baldes de refresco y un buen viaje de botellas de gaseosa. ¿Y quiénes armamos semejante refrigerio? Pues las tres religiosas que forman el nuevo equipo de Angoteros: Clara y Nancy, paraguayas Misioneras Siervas del Espíritu Santo, más Pati, peruana de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús. Además, la ecónoma vicarial Anna Borkowska. No sería por falta de autoridades.

Porque sí, se sentía el ambiente especial en la decoración del templo (“Pakrachu Dominik”), los chicos y chicas del internado en pleno, y algunos rostros denotando pesar. Los naporunas no son tan expresivos, es difícil interpretar los estados de ánimo, pero aquella mañana me pareció detectar emociones propias del adiós, el cariño acumulado que pugna por mostrarse, alguna lágrima que se escapó en hombretones hechos y derechos. Sobre todo, al final.

Pero primero hay que contar la celebración. Domi se las ingenió para organizar de manera que no hubiera un completo desbarajuste a la hora los ritos: el achiote, los “soplones”, las wireras, la sal (cachi)… Todo ya lo he relatado acá. Y he de decir que se arma un delicioso barullo, divertido, pero increíblemente ordenado; la gente hace las cosas a su manera, con su gracejo y en su ley. Y siempre respetando la liturgia, ¿eh?

Me pidieron que narrara el evangelio, el episodio del bautismo de Jesús. Para escenificarlo, sacamos a los personajes de entre el público: doña Enercia, que hizo del Maestro, Juan, Dios Pachayaya y la paloma. Resulta que un viejito tiene como chapa justamente “Pachayaya”, así que lo llamé a él para ese papel y durante la representación las carcajadas retumbaron. Me impactó cómo todo el mundo conocía el pasaje, y fue fácil conectarlo con lo que estábamos viviendo.

Se hicieron dos colas en para el agua: Domi, que tiene facultades para bautizar, y yo. La celebración la presiden y conducen los kuyllur runa, que se colocan una especie de peto blanco. Los sacerdotes, cuando estamos, nos sentamos junto a ellos con esa misma vestimenta e intervenimos solo cuando nos corresponde: la consagración, la homilía y poco más.

Llegó el momento de los discursos, fundamentalmente agradecimientos por parte de unos y otros. Más que estar pendiente de las palabras, me impregné del significado y la mística de ese instante: un pueblo indígena que se despide de una misionera a la que han aceptado, querido y considerado una vecina más entre ellos (de hecho, existe el “barro Domi”). Ella explicó que se va por propia voluntad, que siente que ha cumplido un ciclo en su vida y necesita, por bien de todos, cambiar. Y creo que la gente linda, con su sabiduría sencilla y profunda, lo comprendió.

El relevo quedó expresado de manera plástica en el paso de manos del remo, que recoge la imagen. No necesita muchos pies de foto: ahora les toca bogar a ellas, junto con Matías, que llegará pronto. Una nueva etapa en esta misión, en la misma olada de generosidad, respeto y admiración por esta cultura y estas gentes, a quienes Domi ha servido hasta y en su adiós. Gracias, madrina; porque, como leímos hace poco, “amar es también saber irse”.

PS: Cuando ya había terminado todo, llegaban las mujeres para invitarnos a huevos a los kuyllur runa, a mí, al monitor, etc. Fueron una carrafilera de huevos sancochados; algunos me los iban metiendo de frente en la boca (vean el brazo extendido con el vestido rojo en la foto), otros los recogía con mi mano mientras masticaba. Llegué a tragar tres o cuatro y tenía siete u ocho esperando…



sábado, 2 de agosto de 2025

PERLAS DEL ARZOBISPO DE LIMA EL DÍA DE FIESTAS PATRIAS


Visto con ojos de español, varias cosas del día de Fiestas Patrias me parecen increíbles. Una: que acá en Perú haya una misa oficial, y que en ella el arzobispo de Lima pueda dirigirse de frente a las autoridades del país, en un programa de máxima audiencia.

Dos: que, en esa homilía, Mons. Carlos Castillo le haya dicho a la presidenta de la República, los congresistas y políticos en general, su vida, las verdades del barquero, les haya “sacado el ancho” sin tapujos, con claridad cristalina y sin ahorrarse un matiz.

Y tres: que el nivel de hartazgo de la clase dirigente en este país haya escalado hasta las mismas cumbres de su impunidad y su corrupción, de modo que el mensaje del obispo haya pasado medio desapercibido, como el discurso de Dina.

Por eso me interesa reproducir acá algunas frases tomadas de la página de Facebook del Arzobispado, por si así puedo dar un poco de difusión. Cito en cursiva y comento algo… pero no necesitan mucho aderezo.

“Para ser un verdadero dirigente se requiere sentir las tareas encomendadas desde las vísceras más hondas de su vocación. No es actuar como un simple y triste funcionario, lleno de criterios superficiales, frívolos y banales, ni distraerse en cosas de poca monta”.
Y, sí. Estamos perdidos en Rolex, operaciones estéticas y subidas de sueldo mientras 11 millones de peruanos no tienen acceso a agua potable ni sistemas de alcantarillado.

“La actitud dictadora y mandona viene de personas sin vocación entrañable. Quizá por eso, el sujeto dirigencial se forjó sin vocación democrática, primando más los intereses particulares que el amor entrañable en favor de todos”.
Ahí está, creo, la raíz de la mayoría de los males: los políticos buscan su propio interés por encima del bien común, el gobierno favorece a los “dueños del Perú”, los congresistas hacen leyes para beneficiar a las empresas mineras, madereras… de las que son dueños.

“Gracias a Dios que nuestro pueblo no calla porque es un pueblo digno, consciente de que la República es para todos. Y, porque desde esos movimientos que surgen por todos lados, se va generando un nuevo consenso nacional”.
Realmente la sociedad civil está generando plataformas ciudadanas que pueden ser una auténtica alternativa a los partidos políticos tradicionales, formados nomás para enriquecer a sus cuadros.

“No contribuyamos a que surja la anarquía, hagamos una autocrítica todos, incluso la dirigencia eclesial. Reconozcamos que una amplia capa de la dirigencia nacional vive de espaldas a la mayoría y solo ve su propio interés”.
También las autoridades eclesiales tienen que vigilar para no caer en la tentación del autoritarismo, el ensimismamiento y los intereses particulares.

“Nuestro pueblo percibe que son pocos los que actúan por vocación de servicio, como María, y que un espíritu mafioso se ha apoderado de nuestros corazones, dejándose llevar por la malsana tendencia mundial de la indiferencia egoísta y tiránica”.
Asu, acá más o menos llama “mafiosos” a los políticos. Realmente estamos gobernados por una coalición que Pilar arroyo califica de “autoritaria, ultraconservadora, mafiosa y corrupta”, que estos años ha destruido muchos avances en políticas públicas tan importantes como educación, salud, transporte, medio ambiente, minería, tributación, etc.

En fin… este pueblo al menos grita por sus derechos y cuestiona a sus gobernantes, y aleluya si lo puede hacer mediante la tribuna del obispo de Lima, de la Iglesia. No salgo de mi asombro ante el grado de: el deterioro social y económico del Perú; la caradura de ministros, diputados, gobernadores y alcaldes; el sufrimiento de la inmensa mayoría de la población; y el manejo de los medios de comunicación para amañar, lavar, esconder y tergiversar.

A pesar de todo amo este país: ¡viva el Perú!

martes, 29 de julio de 2025

TU HIBISCO


Mamá,
¿has visto
a tu hibisco de la playa
florecer de fuerza y hermosura?
 
Lo noto, en la mañana fresca
y salada,
desperezarse de pura y silenciosa alegría.
 
Es compañero
de la juventud adulta de tus hijos,
los sueños cristalizando,
compartidos en conversaciones nocturnas,
con el arrullo
del jazmín fragante alrededor.
 
Fiel,
el arbusto amigo,
contempla a tus nietos
en sus primeros pasos,
o por las tormentas de verano
de la adolescencia,
en los luminosos mediodías.
 
Esta flor rosada y blanca,
discreta pero poderosa
como la firma de un cuadro;
estas hojas lozanas,
esta vida siempre nueva y siempre nuestra,
el hibisco,
¿no es acaso Mamá tu sonrisa perpetua,
la huella de tu presencia
de amor y de luz para nosotros?

sábado, 26 de julio de 2025

CUANDO VOY A ORELLANA SIEMPRE PASAN COSAS

 
Tal vez por eso me guste tanto ir. Y también por las risas, bromas y buen humor que siempre disfruto en este puesto situado en la boca del Napo, donde no hay misioneros desde hace trece años, pero con un equipo de laicos que hace funcionar la misión de verdad. Me habían invitado muchas veces a la fiesta del aniversario de la parroquia, el Sagrado Corazón, y este año dije: “¡lo programo y no me lo pierdo!

Al llegar el jueves, estaban en la preparación de la gymkana, una tarde de sencillos juegos para pequeños y mayores en la puerta de la iglesia. Hacer rodar bolas sobre una mesa intentando que se queden paradas sobre unas tiras de cartulina, por ejemplo; premios: bolsa de papas, chupachups y una manzana. La recua de participantes era bien nutrida.

Otra actividad era lograr pinchar a ciegas una cartulina con el corazón de Jesús sobre un mural en el sitio correcto. Las carcajadas retumbaban por la plaza ante las intentonas de los jugadores. Y luego las adivinanzas, que dieron para constantes chanzas los días siguientes: “entra derecho y sale doblado, ¿qué es?”; o también “entra seco y sale mojado”… Las mentes sucias estaban en su salsa. Había también preguntas relativas a la festividad, por ejemplo “Nombre y apellidos de nuestro vicario, que nos visita”; las respuestas eran desternillantes: César Luna, César Vílchez, César Pérez, jeje. Los galardones para los adultos: un sobre con veinte lukitas.

¿Y de dónde salían estos dineros para las pruebas y las recompensas? Pues de las colaboraciones de la gente. Porque acá es asombroso cómo todo el mundo echa un cable para que el festejo se pueda armar, es una verdadera minga, una especie de crowdfunding amazónico. El señor Mauricio viene para conectar el motor a la red porque hará falta cuando se vaya la luz del pueblo en la noche. La municipalidad ha brindado la materia prima de los juanes, pollo y arroz, y el maíz morado para la chicha. Un profesor trae una carga de leña para cocinar. Varias personas han donado plata para los premios, otras los kekes, otras el manjar para decorarlos…

Justamente la ornamentación de la iglesia merece un comentario admirativo: ¡vaya trabajo de los dos jóvenes artistas que la obsequiaron! No cobraron nada, por supuesto, pero les llevó horas de tarea, y el resultado encantó a todo el mundo, incluido yo, porque el altar mayor quedó en puro rojiblanco... También realizaron el arreglo del santo, una fina talla del Corazón de Jesús al que le acoplaron adornos florales y unas tiras de luces led en los costados que quitaban el hipo.

El grupo de jóvenes de la parroquia tuvo un gran protagonismo en todos los actos programados y en los preparativos, que desde luego sacaron el ancho. Los chicos organizaron la gymkana, ensayaron los cantos y limpiaron el templo de arriba abajo, moviendo toditas las bancas para barrer, trapear, y lavándolas con paños mojados. Qué satisfacción verlos tan dispuestos y contentos.

Llegó la Eucaristía, el momento central, la iglesia llena. Y después la velada, que consiste en danzar ante la imagen, en una expresión corporal, comunitaria y espiritual de la veneración al patrón. Nos íbamos aventando con nuestros pañuelos, al compás de la música tradicional, y yo me sentía en paz y a gusto, y además creo que me sale cada vez mejor, ¿eh?

Las tortas estaban listas con el número 65 clavado, el cumpleaños de la parroquia, pero primero pudimos degustar los juanes: un guiso de arroz con pollo, huevos cocidos y aceitunas, envuelto en hojas de bijao y cocinado; y un buen vaso de chicha morada. Cantamos el happy birthday y después hubo casi tantas fotos como felicidad. Sobre nuestras cabezas, el tejado de la iglesia se veía flamante, recién renovado completamente gracias a la ayuda de la parroquia de Santiago, de Don Benito. ¡Gracias!

Guardo otros detalles preciosos de los tres días de visita. Me invitaron a pango para desayunar, delicioso pescado con plátano y yuca; también gocé un almuerzo a base de majás, la más fina carne de monte, no me ponen cualquier cosa. En la reunión con el equipo parroquial hablamos de que falta cerrar el techo para que no ingresen las palomas (quien quiera apoyar a esta obra, que me avise). Y hasta se dio la ocasión de conversar con un joven y sus padres acerca de su inquietud vocacional, casi nada.

Porque en Orellana pasan cosas siempre, también cuando no voy.