¡Qué gozada la semana santa! Es de lo que más me gusta de la vida, desde que era adolescente y me pasaba la semana en Puebla de la Calzada organizando el encuentro juvenil salesiano de Pascua. Cada año me siento especial y éste ha sido precioso.
La "banda sonora" ha sido magnífica, las canciones de "mis" vigilias juveniles, llenas de frescura y ritmo. El coro de mi parroquia ha estado colosal, los muchachos han hecho un esfuerzo inmenso, pero ha merecido la pena, ¡muchas gracias!
Me quedo con varios momentos que me han llegado singularmente. El viernes fue impresionante ver a las personas adorar la cruz; especialmente a quienes iban con tremendas heridas que yo conozco, dolores hondos y muchas lágrimas derramadas. La verdad de ese gesto, la valentía... me pusieron un nudo en la garganta. Cada vez más me doy cuenta de que para mi es fundamental el vínculo emocional con la comunidad con la que celebro la Pascua. No es sólo que soy su párroco, es que los conozco, me importan y los quiero. La unión que da la fe se enraíza en lo afectivo, se enriquece con el agradecimiento mutuo, el reconocimiento y el amor.
La Vigilia ha sido ocasión para estrenar mi nueva casulla; la primera, con la que me ordené de cura y celebré mi primera misa, se estropeó aunque luego se pudo arreglar. Pero ya no era un símbolo adecuado de mi servicio; necesitaba, en esta nueva etapa de mi vida, una representación mejor del sentido y del estilo de mi ser cura de pueblo y cura de jóvenes. Así que encargué una casulla nueva que ha superado todas mis expectativas. Mientras en la noche pascual sonaba "Aleluya" después del Evangelio, casi temblando de emoción, me la coloqué. A ver qué os parece:
¡Semana santa 2011, experiencia fenomenal! Hemos trabajado como máquinas en los dos pueblos, el equipo de liturgia se lo ha currado, y hemos disfrutado. No ha habido un enfado, una palabra más alta que otra... aunque hemos acabado agotados. Pero felices; tanto que hasta he bailado en la Vigilia. Sí, sí, como lo oís, ¡bailando en mitad de la misa! Menos mal que no hay pruebas gráficas (...); de lo que no hay duda es de que me siento feliz.
jueves, 28 de abril de 2011
viernes, 22 de abril de 2011
DOLOR CON CRISTO DOLOROSO
En estos días he terminado la Tercera Semana de los Ejercicios ignacianos: una experiencia que marcará mi vida. Lo que se contempla es la pasión de Jesús; la homilía del viernes santo está impregnada de mi reflexión en este misterio, no podía ser de otra manera. Por si sirve, ahí va.
“He visto el sufrimiento de mi pueblo”… y lo he hecho mío, he sufrido con él.
Este drama de la pasión es un retrato de la historia humana y de la historia de cada uno de nosotros. Jesús sufre terriblemente y muere víctima de un sistema injusto; los poderosos lo percibieron como una amenaza para sus chiringuitos: los jefes religiosos temieron que este hombre, con las cosas que decía y que hacía, provocara un derrumbamiento de su conjunto de leyes y prácticas, que les permitía oprimir al pueblo y vivir como reyes; Pilato temió un levantamiento popular de los habitantes de Jerusalén si no cumplía su exigencia de ejecutar a Jesús, vio peligrar su sillón y miró para otro lado. A todos interesó esta muerte. Como siempre; como hoy: el mundo está lleno de sufrimiento, de víctimas del sistema injusto: la ambición, la vanidad y el egoísmo de los hombres generan enormes sufrimientos; la desigualdad institucionalizada produce lágrimas, dolor y muerte.
En el relato de la Pasión Dios es quien sufre y muere; en el drama de la vida real hoy, Dios está en quien padece, Dios sigue sufriendo en la humanidad crucificada. Jesús es víctima, está en las víctimas que sigue habiendo hoy por las mismas causas. Este sistema perverso en el que importa ante todo el interés propio, importa la imagen, el dinero, importa vender y consumir. Dios ha visto el sufrimiento de su pueblo… y lo ha hecho suyo, sufre con él y en él. Está en los hombres y mujeres destruidos, en las familias rotas, en los desechos humanos que vagan sin hogar, sin que los miremos; Dios vive en las chabolas, sufre y llora por los estragos de la droga y el alcohol, se pudre en la cárcel, se hunde Dios en la miseria de los muertos de hambre, en los que agonizan en el hospital, en los que no tienen ni dónde caerse muertos. En los de Haití, en los de Japón, en los de Libia, en los de España, en los de Santa Ana… En los parados, en los inmigrantes, en los deprimidos, en la tristeza y desamparo que provoca el cáncer Dios se esconde. Allí donde la humanidad es degradada, allí está Jesús; en la manipulación, la mentira, la violencia gratuita, la traición, la prostitución, el tráfico de armas y de personas, la explotación, la esclavitud… en la mujer maltratada está Jesús, en los abandonados y desgraciados. En cada ser humano, en cada uno de nosotros, cuando sufrimos y lloramos, está Dios.
Al “Dios como Dios manda”, que baja de la cruz o que envía un ejército de ángeles para destruir a sus enemigos, no se le ve por ningún lado. No está Él fuera del sufrimiento: ni “mandando el mal” ni “resolviendo” el mal. Está dentro: la divinidad de Dios habita en Jesús destrozado y aniquilado, Dios está en quien sufre, Dios se identifica con las víctimas: “tuve hambre y me disteis de comer”…
¿Qué significa hoy adorar la cruz? Cuando hagamos el gesto santo pidamos compasión:
• “Dolor con Cristo doloroso”: es implicarnos con los que sufren, sentir su dolor como algo nuestro; no sentir pena por lo mal que lo pasan, sino “sentir con” su mismo dolor, compartirlo…
• Es soportar, aguantar el sufrimiento. Como Jesús aguanta; como María, de pie. Soportar con valor, sin derrumbarnos. Y ayudar a soportar a quienes parece que no pueden más. Estar ahí; quizá sin palabras, pero junto a quien llora y se desespera.
• Compasión es afrontar; es no ser cómplices de la injusticia y luchar contra el mal que genera dolor. Es remediar, es vendar alguna herida, es abrazar un corazón desgarrado. Con discreción, sirviendo, lavando los pies, dando nuestro pan, comprometidos.
Cuando toquemos la cruz sintamos la mano de Dios tocando nuestra herida; cuando nos arrodillemos ante la cruz pongamos nuestras fuerzas a disposición de los cansados y vencidos, que no pueden con su peso; cuando besemos la cruz notemos el beso de Dios. Porque en nosotros Él se acerca al herido; porque cuando estamos derrotados es cuando está más cerca de nosotros, dándonos vida y esperanza.
Adoremos la cruz con agradecimiento al buen Dios… que ve el sufrimiento de su pueblo y lo hace suyo por amor.
“He visto el sufrimiento de mi pueblo”… y lo he hecho mío, he sufrido con él.
Este drama de la pasión es un retrato de la historia humana y de la historia de cada uno de nosotros. Jesús sufre terriblemente y muere víctima de un sistema injusto; los poderosos lo percibieron como una amenaza para sus chiringuitos: los jefes religiosos temieron que este hombre, con las cosas que decía y que hacía, provocara un derrumbamiento de su conjunto de leyes y prácticas, que les permitía oprimir al pueblo y vivir como reyes; Pilato temió un levantamiento popular de los habitantes de Jerusalén si no cumplía su exigencia de ejecutar a Jesús, vio peligrar su sillón y miró para otro lado. A todos interesó esta muerte. Como siempre; como hoy: el mundo está lleno de sufrimiento, de víctimas del sistema injusto: la ambición, la vanidad y el egoísmo de los hombres generan enormes sufrimientos; la desigualdad institucionalizada produce lágrimas, dolor y muerte.
En el relato de la Pasión Dios es quien sufre y muere; en el drama de la vida real hoy, Dios está en quien padece, Dios sigue sufriendo en la humanidad crucificada. Jesús es víctima, está en las víctimas que sigue habiendo hoy por las mismas causas. Este sistema perverso en el que importa ante todo el interés propio, importa la imagen, el dinero, importa vender y consumir. Dios ha visto el sufrimiento de su pueblo… y lo ha hecho suyo, sufre con él y en él. Está en los hombres y mujeres destruidos, en las familias rotas, en los desechos humanos que vagan sin hogar, sin que los miremos; Dios vive en las chabolas, sufre y llora por los estragos de la droga y el alcohol, se pudre en la cárcel, se hunde Dios en la miseria de los muertos de hambre, en los que agonizan en el hospital, en los que no tienen ni dónde caerse muertos. En los de Haití, en los de Japón, en los de Libia, en los de España, en los de Santa Ana… En los parados, en los inmigrantes, en los deprimidos, en la tristeza y desamparo que provoca el cáncer Dios se esconde. Allí donde la humanidad es degradada, allí está Jesús; en la manipulación, la mentira, la violencia gratuita, la traición, la prostitución, el tráfico de armas y de personas, la explotación, la esclavitud… en la mujer maltratada está Jesús, en los abandonados y desgraciados. En cada ser humano, en cada uno de nosotros, cuando sufrimos y lloramos, está Dios.
Al “Dios como Dios manda”, que baja de la cruz o que envía un ejército de ángeles para destruir a sus enemigos, no se le ve por ningún lado. No está Él fuera del sufrimiento: ni “mandando el mal” ni “resolviendo” el mal. Está dentro: la divinidad de Dios habita en Jesús destrozado y aniquilado, Dios está en quien sufre, Dios se identifica con las víctimas: “tuve hambre y me disteis de comer”…
¿Qué significa hoy adorar la cruz? Cuando hagamos el gesto santo pidamos compasión:
• “Dolor con Cristo doloroso”: es implicarnos con los que sufren, sentir su dolor como algo nuestro; no sentir pena por lo mal que lo pasan, sino “sentir con” su mismo dolor, compartirlo…
• Es soportar, aguantar el sufrimiento. Como Jesús aguanta; como María, de pie. Soportar con valor, sin derrumbarnos. Y ayudar a soportar a quienes parece que no pueden más. Estar ahí; quizá sin palabras, pero junto a quien llora y se desespera.
• Compasión es afrontar; es no ser cómplices de la injusticia y luchar contra el mal que genera dolor. Es remediar, es vendar alguna herida, es abrazar un corazón desgarrado. Con discreción, sirviendo, lavando los pies, dando nuestro pan, comprometidos.
Cuando toquemos la cruz sintamos la mano de Dios tocando nuestra herida; cuando nos arrodillemos ante la cruz pongamos nuestras fuerzas a disposición de los cansados y vencidos, que no pueden con su peso; cuando besemos la cruz notemos el beso de Dios. Porque en nosotros Él se acerca al herido; porque cuando estamos derrotados es cuando está más cerca de nosotros, dándonos vida y esperanza.
Adoremos la cruz con agradecimiento al buen Dios… que ve el sufrimiento de su pueblo y lo hace suyo por amor.
lunes, 18 de abril de 2011
ENTRE LO INÉDITO Y LO CHUSCO
Más o menos por esa zona se podrían situar los últimos episodios protagonizados por los pseudogrogres anticlericaloides que andan sueltos por este país nuestro de pelotazo y pandereta. Se ha escrito y dicho de todo, ha habido hasta desagravios litúrgicos y quemas en hogueras mediáticas, pero no me resisto a comentar lo de las capillas universitarias, lo del boicot a la mezquita y lo de la procesión... "laica" (como si las otras fueran todas creyentes...).
Primero lo de esa invasión de universitarias en top-less a la capilla... ¡vaya ocurrencia!, como se entere Almodóvar copia la idea. Los que estaban rezando, ¿se enterarían de por qué protestaban? Me temo que las distracciones provocadas por las mozas de buen año fundieron plomos y neuronas. En cambio, los que están en contra de la mezquita en Collado Villalba utilizan cabezas de cerdo, como para dejar bien rubricado el surrealismo que los adorna. Es una protesta más ibérica de bellota, o sea propia de españoles belloteros.
¿De dónde han salido estos cómicos? ¿De las peladuras de manzana de lo políticamente correcto o de los intestinos del inconsciente colectivo, repleto de engendros fascistas ? En la tele, se ve a los que protestan blandiendo un cartel: "En los lugares de todos, los símbolos de todos, o mejor ninguno". ¿Y cuáles son los "símbolos de todos"? ¿El yugo y las flechas? Los símbolos son polisémicos, son semáticamente abiertos, estimulan la creatividad, nos pasamos la vida personalizándolos. ¿Por qué eso molesta?
¿No hemos quedado que en democracia cada cual puede pensar y creer como quiera? ¿A qué obedece, entonces, eso de "manifestarse contra" alguien o contra algo? A una chica, un consejo escolar le prohíbe llevar velo porque en el instituto no se puede ir con la cabeza cubierta y a los gurús y las gurusas de la igualdad y del género les dan siete síncopes de democrática indignación; pero claro, una capilla es una rémora arqueo-religiosa y una mezquita un potencial foco de binladenes barbudos. ¿Dónde están mis ministras, diputadas y secretarias de Estado con sus cruzadas y su lazo en la solapa?
Él último modelo en estupidez es la procesión laica que tramaban para el Jueves Santo. A nadie se obliga a creer o a practicar ninguna religión, pero que nadie se atreva a impedirlo o violentarlo. A ver si la defensa de los derechos y las libertades va a ser la piel de cordero de dictadores envueltos en papel de celofán con tuétanos de intolerancia pasada de moda. Porque el anticlericalismo es una antigualla; hay que dejar tranquilos a los de los pelos verdes, a los vegetarianos, a los góticos, a los antitaurinos... y a los católicos también. Ese prurito laicista torticero y chapucero... qué cansinos, de verdad.
Menos mal que son anécdotas puntuales; porque yo sigo creyendo en la mente amplia de los jóvenes, vayan a misa o a un concierto. Y en su capacidad de convivir con todos... hasta con los que boicotean chuscamente a base de maracas o pestorejo colgantes, según el caso.
Primero lo de esa invasión de universitarias en top-less a la capilla... ¡vaya ocurrencia!, como se entere Almodóvar copia la idea. Los que estaban rezando, ¿se enterarían de por qué protestaban? Me temo que las distracciones provocadas por las mozas de buen año fundieron plomos y neuronas. En cambio, los que están en contra de la mezquita en Collado Villalba utilizan cabezas de cerdo, como para dejar bien rubricado el surrealismo que los adorna. Es una protesta más ibérica de bellota, o sea propia de españoles belloteros.
¿De dónde han salido estos cómicos? ¿De las peladuras de manzana de lo políticamente correcto o de los intestinos del inconsciente colectivo, repleto de engendros fascistas ? En la tele, se ve a los que protestan blandiendo un cartel: "En los lugares de todos, los símbolos de todos, o mejor ninguno". ¿Y cuáles son los "símbolos de todos"? ¿El yugo y las flechas? Los símbolos son polisémicos, son semáticamente abiertos, estimulan la creatividad, nos pasamos la vida personalizándolos. ¿Por qué eso molesta?
¿No hemos quedado que en democracia cada cual puede pensar y creer como quiera? ¿A qué obedece, entonces, eso de "manifestarse contra" alguien o contra algo? A una chica, un consejo escolar le prohíbe llevar velo porque en el instituto no se puede ir con la cabeza cubierta y a los gurús y las gurusas de la igualdad y del género les dan siete síncopes de democrática indignación; pero claro, una capilla es una rémora arqueo-religiosa y una mezquita un potencial foco de binladenes barbudos. ¿Dónde están mis ministras, diputadas y secretarias de Estado con sus cruzadas y su lazo en la solapa?
Él último modelo en estupidez es la procesión laica que tramaban para el Jueves Santo. A nadie se obliga a creer o a practicar ninguna religión, pero que nadie se atreva a impedirlo o violentarlo. A ver si la defensa de los derechos y las libertades va a ser la piel de cordero de dictadores envueltos en papel de celofán con tuétanos de intolerancia pasada de moda. Porque el anticlericalismo es una antigualla; hay que dejar tranquilos a los de los pelos verdes, a los vegetarianos, a los góticos, a los antitaurinos... y a los católicos también. Ese prurito laicista torticero y chapucero... qué cansinos, de verdad.
Menos mal que son anécdotas puntuales; porque yo sigo creyendo en la mente amplia de los jóvenes, vayan a misa o a un concierto. Y en su capacidad de convivir con todos... hasta con los que boicotean chuscamente a base de maracas o pestorejo colgantes, según el caso.
viernes, 15 de abril de 2011
HACIENDO CAPPING
¿Que qué es esta palabreja? Pues un anglicismo que me he inventado para designar chuscamente a lo que estuve haciendo ayer: capando guarros. Ni más ni menos; que de todo hay en el diario de un cura rural, aunque no sea el de Bernanos.
La jornada empezó con un desayuno en casa de mi estilista, que no sólo no me cobra por cortarme el pelo, sino que su madre me pone un viaje de tostadas. Lleno de pelos voy por la calle y unos personajes que van en todoterreno me saludan y al momento veo que dan la vuelta: "amos, sube, vente con nosotros que nos vas a echar un cable"- me dicen. "¿Pero adónde?"-les replico. "Ya te entererás (versión de andar por casa del evangélico ven y lo verás)"; y no hay más que hablar.
Llegando a lo de Piporra me explican que tienen que capar a unos cuanto guarros que tiene allí Antonio el negro. Yo sólo lo he hecho una vez, en Antequera, en el postnoviciado: era un bicho enorme que un grupo de salesianos jóvenes ayudamos a sujetar mientras el guardés lo operaba, vaya carnicería. Pero ayer eran unos quince animales pequeños, que aviaron en un rato entre los tres: se coje el guarrino por los futuros jamones, se le da la vuelta y se le atrapa entre las piernas; y, así quieto, Cefe, con gran habilidad, da sendos cortes y extrae las turmas. Yo al principio no miraba, pero luego, como vi que los bichos no chillaban demasiado, ya me quedé más tranquilo; cuando son pequeños sufren mucho menos y el asunto es más fácil y rápido, y casi nada sangriento.
Los productos obtenidos se lavan y se preparan para cocinarlos. Tamaña tarea se mereció unas rondas de cervezas en el bar, y ya de paso una ración de jamón mismo, jerezano por supuesto. En el bar se habla de fútbol, de las elecciones y de las cosas del pueblo; es un ambiente de hombres que yo frecuento poco y hago mal, porque ahí se hacen amistades y se convive con gente que en general sólo va a la iglesia para dar el pésame. Y la iglesia es un mundo mayoritariamente femenino.
Eso es todo; no es una experiencia tumbativa por solidaria o mística, ni tampoco provoca una gran reflexión. Por supuesto que a estos tres ni por un momento se les pasó por la cabeza que yo iba a tocar un guarro (¡si yo soy de ciudad y con manos finas de chico estudiao, y lo saben!), pero oye, les dio por invitarme a "lo suyo" y estaban contentos de que echara ese rato, simplemente. Y yo a gustísimo también; ni que decir tiene: que no me dejaron pagar (que para eso "les había ayudao"), ya se encargó José Antonio el cartuja de eso... y que he sido yo el que me he jincao hoy un plato de criadillas exquesitas. Jejejejeje....loquesecomesecría...jejejejejeje.
La jornada empezó con un desayuno en casa de mi estilista, que no sólo no me cobra por cortarme el pelo, sino que su madre me pone un viaje de tostadas. Lleno de pelos voy por la calle y unos personajes que van en todoterreno me saludan y al momento veo que dan la vuelta: "amos, sube, vente con nosotros que nos vas a echar un cable"- me dicen. "¿Pero adónde?"-les replico. "Ya te entererás (versión de andar por casa del evangélico ven y lo verás)"; y no hay más que hablar.
Llegando a lo de Piporra me explican que tienen que capar a unos cuanto guarros que tiene allí Antonio el negro. Yo sólo lo he hecho una vez, en Antequera, en el postnoviciado: era un bicho enorme que un grupo de salesianos jóvenes ayudamos a sujetar mientras el guardés lo operaba, vaya carnicería. Pero ayer eran unos quince animales pequeños, que aviaron en un rato entre los tres: se coje el guarrino por los futuros jamones, se le da la vuelta y se le atrapa entre las piernas; y, así quieto, Cefe, con gran habilidad, da sendos cortes y extrae las turmas. Yo al principio no miraba, pero luego, como vi que los bichos no chillaban demasiado, ya me quedé más tranquilo; cuando son pequeños sufren mucho menos y el asunto es más fácil y rápido, y casi nada sangriento.
Los productos obtenidos se lavan y se preparan para cocinarlos. Tamaña tarea se mereció unas rondas de cervezas en el bar, y ya de paso una ración de jamón mismo, jerezano por supuesto. En el bar se habla de fútbol, de las elecciones y de las cosas del pueblo; es un ambiente de hombres que yo frecuento poco y hago mal, porque ahí se hacen amistades y se convive con gente que en general sólo va a la iglesia para dar el pésame. Y la iglesia es un mundo mayoritariamente femenino.
Eso es todo; no es una experiencia tumbativa por solidaria o mística, ni tampoco provoca una gran reflexión. Por supuesto que a estos tres ni por un momento se les pasó por la cabeza que yo iba a tocar un guarro (¡si yo soy de ciudad y con manos finas de chico estudiao, y lo saben!), pero oye, les dio por invitarme a "lo suyo" y estaban contentos de que echara ese rato, simplemente. Y yo a gustísimo también; ni que decir tiene: que no me dejaron pagar (que para eso "les había ayudao"), ya se encargó José Antonio el cartuja de eso... y que he sido yo el que me he jincao hoy un plato de criadillas exquesitas. Jejejejeje....loquesecomesecría...jejejejejeje.
lunes, 11 de abril de 2011
CON EL FÚTBOL HEMOS TOPADO
El otro día, en una reunión del grupo del Movimiento Rural nos las vimos y nos las deseamos intentando buscar fecha para un taller que hemos ideado (lo contaré otro día). Nada raro habida cuenta la cantidad de cosas que el personal tiene en agenda en esta vida cada vez más compleja; pero el sudoku todavía se vuelve más laberíntico cuando hay que tratar de evitar... ¡los cuatro Madrid-Barça de este mes de abril! En mitad del rompecabezas, una de los miembros del grupo soltó esta perla: "Joe, ¡con el fútbol hemos topado, Sancho!". Y nos dimos la gorda de reír.
Es que es verdad. Cualquiera pone una reunión a la hora del panem et circenses moderno. Lo mismo pasa con la misa: como jueguen el Madrid o el Barça hay gente que no te aparece; y lo más gracioso es que si preguntas por qué te miran con cara de extraterrestre: por supuesto que falto a la reunión, la actividad, la misa o lo que haga falta si están Messi o Ronaldo en la pantalla verde. Lo contrario es impensable: el fútbol siempre prevalece. Las escalas de valores saltan por los aires a patadas, a los compromisos les sacan tarjeta roja y las prioridades caen en cuartos de final.
Les pasa hasta a los del Vadesa, el equipo de mi pueblo; recuerdo un partido en el que sólo había 12 jugadores (el suplente tuvo que entrar enseguida porque se lesionó uno en el primer tiempo); "¿qué pasa hoy?"- pregunté yo."Que se han ido al Madrid" (o sea, al Bernabéu a ver un partido y echar el fin de semana)- me dijeron. "Pero ¿y dejan así tirado al equipo?". Silencio en la grada... me siento de otro planeta; con el fútbol hemos topado, jejejeje.
Con decir que hemos cambiado el via crucis del miércoles al martes santo para que no nos coincida con la final de la copa del rey... Sí, sí, no os riáis que es verdad. Se planteó en la junta de hermandades y es que era obvio... Confieso que, para lo que queda de curso, he consultado la web de la Uefa Champios League para que no coincidan el consejo de pastoral, liturgia o el equipo de catequistas con estos eventos de interés general (...).
El fútbol es una nueva modalidad de religión de obligado cumplimiento; aunque los partidos sean un rollo intragable, da igual, el dogma es incuestionable. Fútbol casi todos los días, a todas horas; es el nuevo instrumento que usan para entretenernos y por momentos idiotizarnos, y que además nos cuesta una pasta con la que está cayendo. Buenas dosis, ¿eh?, no vaya a ser que pensemos en... no vaya a ser que pensemos. ¡Con el fútbol hemos topado, Sancho!
PS: hoy me han invitado a ver la final de la copa de Europa en pantalla gigante... en una primera comunión; ¿cómo se les ocurre a los de la UEFA poner tal partido el 28 de mayo sabiendo que tenemos la Comunión en el pueblo? Mira que están tontos...
viernes, 8 de abril de 2011
YOGUR CONTRA LA CANCAMURRIA
Sucede a menudo que personas en mi pueblo se van al hospital por una operación o por "reparaciones"; los días de ausencia la gente se interesa, pregunta, comenta... Y cuando el enfermo regresa se produce una peregrinación de visitas. Y visitas con premio.
Los familiares (medio pueblo aproximadamente), los vecinos, las amistades... van acudiendo a casa del convaleciente. Con la mejor intención, y esa solidaridad instintiva de los pueblos chicos, se sientan un rato en la casa para escuchar la historia de las tataratas eliminadas, la aventura de la colocación de la rodilla nueva o esa hernia que daba la lata que ya me lan quitao y man dao nosecuántos puntos.
Muy a menudo, especialmente la gente mayor, lleva un detalle, generalmente comestible: un pack de yogur, un cartón de zumo, un bizcocho hecho en casa... Curioso y bonito, como queriendo colaborar a "que te pongas bueno, tómate esto que te va a asentar bien". No va el personal con las manos vacías, el "lo tuyo me importa" se materializa de esta forma sencilla y expresiva.
A veces, si no puede alguien ir personalmente, le envía al enfermo con un conocido un manojo de espárragos o un paquete de actimel que por lo visto es muy sano. A mi un día se me presentó una vecina con un queso fresco porque el médico había estado en mi casa por la mañana (era para desayunar); la mujer ni entró, pero el queso, o el yogur o unas perrunillas son un trasunto de la preocupación, de la cercanía.
Cuando es la familia entera la que se trastoca por noches de hospital o tanatorio, al llegar a casa, cansados y a veces hundidos, se encuentran con la comida hecha para ese día y los siguientes, en los que acumularán cariño y zumos. Me contaron el otro día que en Barcarrota, un pueblo de aquí cerca, las vecinas se organizan con el restaurante: se encargan las comidas necesarias (a veces los familiares vienen de lejos a un entierro), se apuntan quienes quieren colaborar y al final se paga entre todos. Es fenomenal: ¡aquí la amabilidad permanece en el anonimato!
Variantes de solidaridad en zapatillas, que combate la cancamurria y la tristeza a base zuguetazos de cariño con sabor a fresa, a piña, a bondad.
Los familiares (medio pueblo aproximadamente), los vecinos, las amistades... van acudiendo a casa del convaleciente. Con la mejor intención, y esa solidaridad instintiva de los pueblos chicos, se sientan un rato en la casa para escuchar la historia de las tataratas eliminadas, la aventura de la colocación de la rodilla nueva o esa hernia que daba la lata que ya me lan quitao y man dao nosecuántos puntos.
Muy a menudo, especialmente la gente mayor, lleva un detalle, generalmente comestible: un pack de yogur, un cartón de zumo, un bizcocho hecho en casa... Curioso y bonito, como queriendo colaborar a "que te pongas bueno, tómate esto que te va a asentar bien". No va el personal con las manos vacías, el "lo tuyo me importa" se materializa de esta forma sencilla y expresiva.
A veces, si no puede alguien ir personalmente, le envía al enfermo con un conocido un manojo de espárragos o un paquete de actimel que por lo visto es muy sano. A mi un día se me presentó una vecina con un queso fresco porque el médico había estado en mi casa por la mañana (era para desayunar); la mujer ni entró, pero el queso, o el yogur o unas perrunillas son un trasunto de la preocupación, de la cercanía.
Cuando es la familia entera la que se trastoca por noches de hospital o tanatorio, al llegar a casa, cansados y a veces hundidos, se encuentran con la comida hecha para ese día y los siguientes, en los que acumularán cariño y zumos. Me contaron el otro día que en Barcarrota, un pueblo de aquí cerca, las vecinas se organizan con el restaurante: se encargan las comidas necesarias (a veces los familiares vienen de lejos a un entierro), se apuntan quienes quieren colaborar y al final se paga entre todos. Es fenomenal: ¡aquí la amabilidad permanece en el anonimato!
Variantes de solidaridad en zapatillas, que combate la cancamurria y la tristeza a base zuguetazos de cariño con sabor a fresa, a piña, a bondad.
martes, 5 de abril de 2011
COMUNIDAD, ASAMBLEA Y PROYECTO (y II)
Estos son, después de la Asamblea, los objetivos generales de la parroquia para los próximos tres años. Han quedado tan bien y me ilusionan tanto que aquí los tenéis. Para la gente los prioritarios son el 1, el 7 y el 8. Están divididos en las cuatro dimensiones de la comunidad, que quiere ser como panes y peces, como sal, vino y aceite. ¡Ahora hay que vivirlos!
COMUNIÓN=SER COMUNIDAD – LOS PANES Y LOS PECES (Mt 14, 13-21)
PARROQUIA FRATERNA, PARTICIPATIVA Y ORGANIZADA
1. Crecer en el protagonismo y la corresponsabilidad de los laicos, que cada vez han de tener más iniciativa y autonomía, asumiendo responsabilidades finales:
• potenciando los cauces de participación: los organismos parroquiales como centros de decisión (el Consejo de pastoral, el Consejo de Asuntos Económicos, la Asamblea Parroquial) y los grupos parroquiales
• poniendo en práctica y revisando el proyecto parroquial, para que la parroquia no dependa del cura y preparando la comunidad para el futuro
2. Cuidar la formación de los laicos
- Dedicando en cada grupo tiempos a la formación específica
- Realizando acciones formativas en común (mesa de los laicos, etc.).
(Proyecto Diocesano de Pastoral pág. 63)
EVANGELIZACIÓN=EVANGELIZADORA – LA SAL (Mt 5, 13-16)
PARROQUIA QUE ANUNCIA EL EVANGELIO Y A JESÚS
3. Realizar una inteligente pastoral de alejados (Proyecto Diocesano de Pastoral pág. 70), acercándonos, proponiendo, sin imponer, ofreciendo, implicando de forma que se sientan atraídos. Cuidaremos especialmente:
• los jóvenes
• los padres y madres de la catequesis familiar
• los encuentros prebautismales con padres y padrinos
• el cursillo de preparación al matrimonio
4. Estar en el pueblo como “gente normal” que da el testimonio de una fe sencilla y auténtica, no centrada en los sacramentos sino en la construcción del Reino en medio de la vida cotidiana.
CELEBRACIÓN =FESTIVA – EL VINO (Jn 2,1 -12)
PARROQUIA QUE CELEBRA LA VIDA Y LA FE
5. Cuidar los momentos en que la comunidad parroquial invita, como lugar de encuentro, a la gran masa de personas que viven una religiosidad ambiental, especialmente las fiestas importantes, el Día de la Parroquia y otras iniciativas
6. Procurar que las celebraciones litúrgicas estén conectadas con la vida.
SERVICIO=SAMARITANA Y SERVIDORA – EL ACEITE (Lc 10, 30-37)
7. Ser PARROQUIA ABIERTA AL PUEBLO
• capaz de mirar a nuestro pueblo con ojos de fe y descubrir:
- todo lo positivo: sus valores, su patrimonio cultural, su potencialidad…
- su pobreza, sus frustraciones, sus problemas, todo cuanto ha de ser transformado a la luz del Evangelio
• capaz de ponerse en marcha con otros (administración, asociaciones, etc.), para contribuir a un tejido social de calidad y buscar juntos el futuro de nuestro pueblo en línea transformadora-evangelizadora de la realidad
• potenciar la Acción Católica, el Movimiento Rural Cristiano (MRC) y la JEC
8. Ser PARROQUIA QUE OPTA POR LOS POBRES
• solidaria con los más pobres de nuestro mundo, cada año de manera especial con un proyecto concreto en el Tercer Mundo
• sensible a las pobrezas de nuestro pueblo, implicada con los más débiles: ancianos, enfermos, parados, personas solas...
COMUNIÓN=SER COMUNIDAD – LOS PANES Y LOS PECES (Mt 14, 13-21)
PARROQUIA FRATERNA, PARTICIPATIVA Y ORGANIZADA
1. Crecer en el protagonismo y la corresponsabilidad de los laicos, que cada vez han de tener más iniciativa y autonomía, asumiendo responsabilidades finales:
• potenciando los cauces de participación: los organismos parroquiales como centros de decisión (el Consejo de pastoral, el Consejo de Asuntos Económicos, la Asamblea Parroquial) y los grupos parroquiales
• poniendo en práctica y revisando el proyecto parroquial, para que la parroquia no dependa del cura y preparando la comunidad para el futuro
2. Cuidar la formación de los laicos
- Dedicando en cada grupo tiempos a la formación específica
- Realizando acciones formativas en común (mesa de los laicos, etc.).
(Proyecto Diocesano de Pastoral pág. 63)
EVANGELIZACIÓN=EVANGELIZADORA – LA SAL (Mt 5, 13-16)
PARROQUIA QUE ANUNCIA EL EVANGELIO Y A JESÚS
3. Realizar una inteligente pastoral de alejados (Proyecto Diocesano de Pastoral pág. 70), acercándonos, proponiendo, sin imponer, ofreciendo, implicando de forma que se sientan atraídos. Cuidaremos especialmente:
• los jóvenes
• los padres y madres de la catequesis familiar
• los encuentros prebautismales con padres y padrinos
• el cursillo de preparación al matrimonio
4. Estar en el pueblo como “gente normal” que da el testimonio de una fe sencilla y auténtica, no centrada en los sacramentos sino en la construcción del Reino en medio de la vida cotidiana.
CELEBRACIÓN =FESTIVA – EL VINO (Jn 2,1 -12)
PARROQUIA QUE CELEBRA LA VIDA Y LA FE
5. Cuidar los momentos en que la comunidad parroquial invita, como lugar de encuentro, a la gran masa de personas que viven una religiosidad ambiental, especialmente las fiestas importantes, el Día de la Parroquia y otras iniciativas
6. Procurar que las celebraciones litúrgicas estén conectadas con la vida.
SERVICIO=SAMARITANA Y SERVIDORA – EL ACEITE (Lc 10, 30-37)
7. Ser PARROQUIA ABIERTA AL PUEBLO
• capaz de mirar a nuestro pueblo con ojos de fe y descubrir:
- todo lo positivo: sus valores, su patrimonio cultural, su potencialidad…
- su pobreza, sus frustraciones, sus problemas, todo cuanto ha de ser transformado a la luz del Evangelio
• capaz de ponerse en marcha con otros (administración, asociaciones, etc.), para contribuir a un tejido social de calidad y buscar juntos el futuro de nuestro pueblo en línea transformadora-evangelizadora de la realidad
• potenciar la Acción Católica, el Movimiento Rural Cristiano (MRC) y la JEC
8. Ser PARROQUIA QUE OPTA POR LOS POBRES
• solidaria con los más pobres de nuestro mundo, cada año de manera especial con un proyecto concreto en el Tercer Mundo
• sensible a las pobrezas de nuestro pueblo, implicada con los más débiles: ancianos, enfermos, parados, personas solas...
sábado, 2 de abril de 2011
COMERSE LAS MANZANAS
Esto es lo que he preparado para la homilía de este fin de semana; en el corazón de la Cuaresma estamos llamados a ser comunidad festiva, que celebra la vida.
“¿Cómo estás? – Regular”. Nadie se atreve a decir “bien”, porque… siempre hay algo, siempre se puede estar mejor y nunca se está bien del todo. A menudo estamos ciegos a las cosas buenas y positivas, y eso pasa porque nos quedamos “atascados” en los pequeños sufrimientos de cada día. ¿Cómo hacer?
- Pactar con los dolores cotidianos: aceptarlos, amar tus heridas, ”el cáncer me ha dado la vida” (decía Paco Contreras); “Comencé a vivir cuando el médico me dio que tenía sida y que la muerte era segura”…
Conozco a un paralítico extraordinario
Me dijo: "Sabe, padre, yo comencé a
vivir realmente después de que quedé paralítico.
Por primera vez en la vida, tuve tiempo de mirarme a mí mismo,
ver mi vida, mis reacciones
y mis pensamientos. Mi vida se hizo mucho más
profunda, más rica y mucho más atractiva que antes".
¿No es notable que un paralítico haya encontrado la vida
y que tantas personas que caminan libremente
de un lado para el otro no la hallen,
porque están paralizadas por dentro?
- Encontrar las manzanas, jejeje.
Un indio, condenado a muerte, se escapa, y como lo persiguen de cerca se sube a un árbol que está colgado frente a un precipicio. Abajo lo esperan sus guardianes. No tiene escapatoria. Pero de pronto, descubre que el árbol al que se subió es un manzano. Entonces toma su fruto y se pone a disfrutar las manzanas que están a su alcance. Esto es saber saborear el presente, sin proyectar el pasado en el futuro.
Siempre estamos “regular” o siempre estamos bien, depende de cómo nos situemos. En lugar de quejarnos (“tú estás mal, pero anda que yo”), lo nuestro es ver la vida con ojos positivos, como el ciego que supo percibir en Jesús la salvación.
Creer es afinar y descubrir todo lo bueno que hay en las personas y en el mundo, ¡hay manzanas riquísimas!; y si lo positivo está escondido o es pequeño, ser como prismáticos que buscan y encuentran los tesoros ocultos.
Ser comunidad festiva es celebrar la vida, esta vida con sus contradicciones, mezcla de alegría y dolor, pero llena de belleza, de sentido y de amor. Y celebrarla como una auténtica fiesta, siendo como el vino que alegra y no amarga; el vino es el alma de la fiesta, la parroquia el alma del pueblo.
- Pactar con los dolores cotidianos: aceptarlos, amar tus heridas, ”el cáncer me ha dado la vida” (decía Paco Contreras); “Comencé a vivir cuando el médico me dio que tenía sida y que la muerte era segura”…
Conozco a un paralítico extraordinario
Me dijo: "Sabe, padre, yo comencé a
vivir realmente después de que quedé paralítico.
Por primera vez en la vida, tuve tiempo de mirarme a mí mismo,
ver mi vida, mis reacciones
y mis pensamientos. Mi vida se hizo mucho más
profunda, más rica y mucho más atractiva que antes".
¿No es notable que un paralítico haya encontrado la vida
y que tantas personas que caminan libremente
de un lado para el otro no la hallen,
porque están paralizadas por dentro?
- Encontrar las manzanas, jejeje.
Un indio, condenado a muerte, se escapa, y como lo persiguen de cerca se sube a un árbol que está colgado frente a un precipicio. Abajo lo esperan sus guardianes. No tiene escapatoria. Pero de pronto, descubre que el árbol al que se subió es un manzano. Entonces toma su fruto y se pone a disfrutar las manzanas que están a su alcance. Esto es saber saborear el presente, sin proyectar el pasado en el futuro.
Siempre estamos “regular” o siempre estamos bien, depende de cómo nos situemos. En lugar de quejarnos (“tú estás mal, pero anda que yo”), lo nuestro es ver la vida con ojos positivos, como el ciego que supo percibir en Jesús la salvación.
Creer es afinar y descubrir todo lo bueno que hay en las personas y en el mundo, ¡hay manzanas riquísimas!; y si lo positivo está escondido o es pequeño, ser como prismáticos que buscan y encuentran los tesoros ocultos.
Ser comunidad festiva es celebrar la vida, esta vida con sus contradicciones, mezcla de alegría y dolor, pero llena de belleza, de sentido y de amor. Y celebrarla como una auténtica fiesta, siendo como el vino que alegra y no amarga; el vino es el alma de la fiesta, la parroquia el alma del pueblo.